La empresa Indra defiende la seguridad del recuento de la jornada electoral del 10-N frente a las posibles injerencias extranjeras. Y basa esa categórica conclusión en que el recuento de los votos es manual, y que después se plasma en las actas de votaciones, cuyas copias guardan los representantes de los partidos.
Un portavoz de la tecnológica, a preguntas de Vozpópuli, asegura que la firma está aplicando "las máximas medidas de seguridad en las diferentes tareas relacionadas con los resultados provisionales de las elecciones del 10 de noviembre".
En el Ministerio del Interior temen que hackers rusos o de otros países ayuden a los Comités de Defensa de la República (CDR) o al colectivo Tsunami Democràtic a intentar boicotear las próximas elecciones generales: ya sea con ataques informáticos o mediante manifestaciones durante la jornada electoral o la de reflexión, el 9 de noviembre.
Por ello, un boicot informático solo podría afectar a la comunicación de los datos hechos públicos en la noche electoral, pero nunca a los resultados oficiales, que se cuentan de forma manual; primero en las mesas y en los colegios electorales, y después en las Juntas Electorales.
Indra no cuenta votos
Por ello, Indra no se encarga del recuento de los votos de las próximas elecciones, sino que únicamente el Gobierno de Pedro Sánchez le ha adjudicado un contrato para comunicar, de forma telemática y provisional, los resultados que reciba de los colegios electorales. Este es uno de los principales motivos por los que los resultados electorales de España son más rápidos que en los países del entorno.
Los resultados de la noche electoral "no son vinculantes de cara a la proclamación de electos, tarea que es realizada por las Juntas Electorales, con base a las copias originales de las actas de escrutinio", ponen de manifiesto en Indra.
Y esta es la explicación por lo que un fallo tecnológico de la empresa en la noche electoral solo podría implicar un daño reputacional, apuntan otras fuentes conocedoras de los trabajos que desempeña la empresa.
Un boicot
Pero las repercusiones acabarían ahí, pues en el caso de que la comunicación de los resultados electorales de Indra sufriera algún tipo de boicot, el único resultado electoral válido sería el comunicado por la Junta Electoral Central. No los datos provisionales trasladados por la firma tecnológica.
Este es el motivo por el que la empresa considera que el escrutinio oficial y definitivo de los resultados, que es el que se realiza de forma manual y se refleja en las actas electorales, "no se puede hackear ni retrasar respecto a sus plazos habituales, ya que este es un proceso manual y físico".
Un portavoz de Indra pone de manifiesto a este diario que la empresa es la encargada de dar soporte a la captura, transmisión, totalización y difusión de resultados provisionales y de carácter informativo. Por tanto, no realiza el recuento de los votos, del que se encargan los miembros de mesa en el colegio electoral, bajo la supervisión de los interventores de los partidos políticos, coaliciones o agrupaciones que concurren a la elección".
Los interventores
Estos resultados oficiales son procesados por las Juntas Electorales Provinciales a partir de las actas presentadas físicamente en los juzgados por los presidentes de las mesas electorales en la noche de las elecciones: "Los interventores de los partidos y los miembros de mesa garantizan la transparencia de la elección, ya que participan tanto en el recuento de los votos en la mesa, como en la elaboración y transporte de las actas hasta los juzgados".
Los partidos políticos también conservan, prosigue el portavoz de Indra, una copia de los resultados de todas las mesas hasta el escrutinio definitivo: "El escrutinio general se realiza por las Juntas Electorales entre el tercer y sexto día posterior a las elecciones y es público".
Este escrutinio, prosigue el portavoz de Indra, se realiza mesa a mesa a partir de la documentación original de las mesas, en presencia de los representantes y apoderados de las candidaturas.
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