Mónica García, en guerra con la sanidad privada. La ministra de Sanidad disparó contra la sanidad privada con unas duras declaraciones en sede parlamentaria en las que asoció el aumento de la mortalidad evitable con la subcontratación de proveedores sanitarios. Unas declaraciones que desmiente un informe de la Universidad Complutense, tras el análisis de más de 500 artículos científicos, que demuestra que la sanidad privada supera a la pública en atención al paciente. Así lo señalan índices de satisfacción, de recomendación global y de reclamaciones.
“Revisión bibliográfica de la Colaboración Público-Privada en Sanidad: impacto en indicadores sanitarios”, es el nombre de la investigación llevada a cabo por la Cátedra Extraordinaria de Salud Sostenible y Responsable de la Facultad de Comercio y Turismo de la Universidad Complutense de Madrid, impulsada por ASPE -la patronal de la sanidad privada-. Este informe concluye, con datos públicos oficiales, que los hospitales públicos gestionados por operadores privados registran, por norma general, mejores indicadores que la media de los hospitales del Servicio Madrileño de Salud en eficiencia y atención al paciente.
Los hospitales que desarrollan su actividad sanitaria bajo un modelo colaborativo público-privado presentan mejores resultados que la media de los hospitales públicos en la mayoría de indicadores analizados por esta cátedra de la universidad pública.
Uno de los ejemplos recogidos es el índice agregado de mortalidad: cuatro de los cinco hospitales públicos gestionados por un operador privado presentan los mejores índices de toda la región. Se trata de los centros hospitalarios Infanta Elena, Rey Juan Carlos, Villalba y Fundación Jimenez Díaz. El ratio de mortalidad estandarizada (RME) es inferior a 1, es decir, menos de lo esperado. El quinto hospital, Torrejón, presenta un RME de 1.
La investigación de la UCM también concluye que no existen evidencias de que la colaboración público-privada suponga un incremento de la mortalidad evitable en España y otros países europeos. Un resultado que desmiente las palabras de la ministra Mónica García, que llegó a afirmar en el Congreso de los Diputados que la colaboración público-privada en sanidad había supuesto un aumento de la mortalidad evitable en Reino Unido e Italia.
La cruzada de García contra la privada
Uno de los principales proyectos de Mónica García es la tramitación de la Ley de Gestión Pública e Integridad del Sistema Nacional de Salud. Una ley que da un paso más allá de la Ley Darias -que no llegó a tramitarse por la convocatoria de elecciones-. García pretende poner fin a los convenios de colaboración entre la sanidad pública y la sanidad privada, habituales en sistemas como el madrileño que, por cierto, cuenta con la lista de espera quirúrgica más baja de toda España.
El presidente de ASPE, Carlos Rus, considera que “nuestro sistema sanitario no puede permitirse una ley que arrasa con una colaboración histórica y exitosa en favor de la salud del ciudadano y que se convierta en la ley del ‘No es no al Paciente’ al aumentar estrepitosamente las listas de espera”. "La eliminación de conciertos llevarán de forma predecible e irresponsable a una situación de agravamientos de salud en cientos de miles de usuarios, al incrementar previsiblemente las listas de espera, ya en cifras muy elevadas. La colaboración público-privada es la única alternativa para paliar esta situación”, añade.
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