Política

Interior frena el caos de Barajas: el visado a Mauritania reduce a 61 los menas aterrizados en septiembre

Tras un verano de récord, el visado de tránsito con Mauritania empieza a dar sus frutos en el aeropuerto madrileño. Jupol avisa de que el nuevo reto migratorio llegará desde Marruecos. La Comunidad de Madrid fue quien alertó primero al ministro Marlaska de este problema

Solicitantes de asilo en Barajas
Solicitantes de asilo en el aeropuerto de Barajas Archivo

El año 2024 está siendo uno de los más complicados en clave migratoria para el aeropuerto de Barajas. A la crisis existente, que se materializa semanalmente en las costas de las Islas Canarias con la llegada de centenares de inmigrantes, se ha sumado otra vía de entrada que genera auténticos quebraderos de cabeza al Ministerio del Interior.

El espacio aéreo es un punto estratégico de entrada para centenares de extranjeros, especialmente menores no acompañados (menas). De todos los aeropuertos, Barajas capitaliza este fenómeno migratorio por encima del resto.

Con punto de salida en Mauritania, muchísimos menores se suben a aviones para llegar a Marruecos, donde hacen escala gracias a la compañía Royal Air Maroc hasta aterrizar en Madrid. Aunque, supuestamente, su ruta debe seguir hasta El Salvador, la gran mayoría de ellos piden asilo en España, provocando que la lista de inmigrantes se engrose de forma sustancial.

Una situación que tiene desbordadas a las Comunidades Autónomas del país, que ven cómo el Gobierno central los distribuye sin miramientos, siendo estas las encargadas de alojarlos y mantenerlos sin prácticamente ayudas del Estado.

La crisis migratoria de Barajas

Desde que empezó el año, ha habido varios picos críticos en la entrada de menores no acompañados a Barajas. En enero de 2024, tras un incremento paulatino de menores que llegaron al aeropuerto a partir de octubre del año pasado, se vivió el pico máximo con 274 menas.

Una cifra que superó todas las expectativas posibles, dejando una primera mitad de año con llegadas puntuales, pero sin encender las alarmas. Tras este arreón de enero, la Consejería de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, capitaneada por Ana Dávila, escribió por carta dos veces al Ministerio del Interior para solicitar medidas urgentes que palien esta situación.

Unas a las que la cartera de Grande-Marlaska respondió de forma coherente en mayo, alegando que ya habían puesto en marcha algunas acciones, las cuales estaban siendo eficaces en grado sumo, cortando todo este flujo migratorio.

Tras unas semanas de tranquilidad, con la llegada del verano todo se volvió a disparar. En el mes de julio aterrizaron en Madrid 231 menas por el aeropuerto de Barajas, siendo esta la segunda cifra más alta del año, solo superada por los 274 de enero.

En agosto, y como informó Vozpópuli en primicia, otros 200 menores se afincaron en la capital, muchos de ellos con destino a los centros de primera acogida de la Comunidad de Madrid, aumentando hasta los 48 millones de euros el gasto anual del Gobierno de Ayuso entre manutención y acondicionamiento de La Cantueña.

Pero la insistencia de la Consejería de Familia y Asuntos Sociales tuvo sus frutos, y a finales del mes de agosto, el Ministerio del Interior impuso la obligatoriedad de un visado de tránsito a los ciudadanos que viniesen de Mauritania, lo que anunció como la ansiada solución.

El visado de tránsito funciona

Un mes después, los datos respaldan esta decisión. Vozpópuli ha accedido a los datos de llegadas de menores no acompañados a Barajas en septiembre. En total, 61 menas llegaron a Madrid, un descenso muy considerable viviendo de los 200 de agosto, confirmando que el visado de tránsito ha sido un éxito.

De la enorme capacidad de los Cuerpos y Fuerzas de seguridad del Estado nadie dudaba, pero necesitaban que alguien diera la acción. Empujado por la presión mediática y el empuje político de la Comunidad de Madrid, Marlaska activó finalmente el visado.

Sin embargo, no hay que cantar victoria. Desde Jupol indican a este periódico que "el problema se ha trasladado a personas de origen marroquí". Solucionada la crisis con Mauritania, el sindicato apunta que el siguiente paso debería ser "solicitar el visado de tránsito a personas de esta nacionalidad".

Los siguientes meses, hasta el cierre del 2024, servirán para conocer si vuelve a haber repuntes en la llegada a Barajas de menas procedentes de Mauritania o si, por el contrario, el visado continúa siendo tan efectivo. Con Marruecos se abre la gran incógnita, con lo que la pelota volverá a estar en el tejado de Interior de nuevo.

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