A finales de 2018, Podemos activó una purga contra los dirigentes errejonistas instalados en el Ayuntamiento de Madrid y consolidó el liderazgo de Pablo Iglesias en las primarias de diciembre de ese año, que los críticos creen ahora que se manipularon, en una operación que llevaba el sello de Pablo Escobar. La 'número dos' de la formación, Irene Montero, empleó la figura del narcotraficante colombiano como referencia para el ataque a los “socialtraidores”, según afirma ella en una conversación que mantuvo con altos dirigentes del partido y que Vozpópuli desvela en exclusiva.
En estos chats, Montero se mofa de los dirigentes afines a Íñigo Errejón, que a partir de ese momento empiezan a ser laminados. Lo hace utilizando el término de “socialtraidor”, que en la Unión Soviética se empleaba para atacar a los socialdemócratas.
En ese chat, la 'número dos' de Podemos y actual ministra de Igualdad hace referencia al inicio de una estrategia dirigida a reducir el peso de los errejonistas, que podían convertirse en una amenaza para la continuidad de Montero e Iglesias, sacudidos por el referéndum sobre el chalet de pocos meses antes.
La operación empieza sobre las ocho de la tarde del 12 de noviembre de 2018. Montero crea con otros dirigentes un chat interno a través del cual comentar la evolución de la situación. Forman parte del chat un número reducido de dirigentes selectos, que pocas horas después (sobre las once de la noche), formalizan el alejamiento de figuras como Rita Maestre y otros concejales del Ayuntamiento de Madrid.
Oficialmente pierden el estatus de militante de carácter temporal. Pero en realidad ha estallado la noche de los cuchillos largos en Podemos. Y los concejales cercanos a la alcaldesa renuncian a las primarias de Podemos, a la vez que entran en la lista de Manuela Carmena.
"Quita el escobar, que la liamos"
En esos momentos, los portavoces de Podemos (Pablo Echenique y Noelia Vera, amiga íntima de Montero) arremetían contra los concejales del Ayuntamiento de Madrid. Esa actitud despertaba algunos comentarios críticos de dirigentes considerados siempre afines a la línea de Iglesias. Pocos meses después, los dirigentes que dudaban de ese ataque acabarán alejados. El caso más sonado fue el de Ramón Espinar, líder de Podemos Madrid y senador del partido, que dimitió en febrero de 2019.
En los chats se ve cómo la formación morada no quería dejar espacio a ningún crítico. Para ello, Montero ironizaba utilizando la imagen de Pablo Escobar, el narcotraficante colombiano que acabó con la vida de 657 personas y se convirtió en el rey de la cocaína en los años ochenta. Montero bromea con la foto de Escobar y una pistola: “Venga. Como no podía ser de otra manera os estrenáis combatiendo a los socialtraidores”. “Quita el escobar, tú. Que vamos a perder un día el móvil y la liamos”, comentaba Juanma Del Olmo, también de la cúpula del partido (que en los mensajes aparece con la cuenta eliminada).
El chat permaneció activo hasta 2019. Y en diciembre de 2018, Montero comentó el resultado de las primarias para las listas electorales. Para Iglesias y sus sectores fue un triunfo importante. El partido acababa de superar la consulta del chalet con un resultado poco satisfactorio y entre los partidarios del secretario general se dudaba sobre su capacidad de resistir. Este diario ha desvelado que al menos en La Rioja hay elementos que apuntan a que esas primarias fueron manipuladas con un sistema de códigos copiados y votos delegados. Los críticos hablan ahora abiertamente de "fraude electoral".
El fin de los barones
Después de las primarias de 2018, Montero comentó el resultado con estas palabras: “Cómo puede ser que no tengamos un vídeo de Pablo Escobar diciendo cimbronazo?! La verdad que hemos metido unos buenos cimbronazos: más participación, más votos de Pablo, arrasamos en la lista, arrasamos en el senado, arrasamos a Asturias, Euskadi y hasta Valencia. Cago en dios”. En ese arrasamos “a” cabe destacar que se refiere a territorios históricamente díscolos con el pablismo.
En enero de 2019, un grupo de once secretarios generales o barones de Podemos se reunió para plantar una estrategia alternativa a Iglesias. El intento fracasó con el muro de la dirección nacional. Para darse cuenta del impacto de ese enfrentamiento es suficiente ver que de los once barones de Podemos solo queda uno en el cargo.
El resultado de esa operación, que arranca el 12 de noviembre de 2018, es que Podemos pierde en tres meses a los errejonistas y a sectores afines a Iglesias, pero críticos con algunos planteamientos. Es una guerra relámpago que Irene Montero gestiona en primera persona y que los chats internos así lo demuestran. Desde entonces, el partido ha perdido el cogobierno en Castilla-La Mancha, peso político en todos los territorios (menos La Rioja, donde ha llegado a un acuerdo con el PSOE, pero con el único grupo crítico al mando) y una paulatina caída electoral. Ha logrado, eso sí, entrar en el Ejecutivo de Pedro Sánchez, pero a través de una pirueta que según algunos expablistas condena a la formación a la irrelevancia.
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