El equipo de asesores de Pedro Sánchez, liderado por Iván Redondo, alertó a lo largo de esta semana de que las acusaciones del vicepresidente segundo Pablo Iglesias contra la prensa por el ‘caso Dina’ se podían convertir en un bumerán para el Presidente del Gobierno. Fuentes del Ejecutivo y también de Podemos coinciden en que Redondo manifestó su irritación por el pulso de Iglesias a la prensa. “Es un error, afectará a Sánchez que deberá dar explicaciones y la prensa de derecha se cebará con él”, manifestó durante la crisis de esta semana.
Los últimos días han sido particularmente duro para Podemos. Las contradicciones de la exasesora de Iglesias, Dina Bousselham, en la pieza del caso Tándem vinculada al robo de su móvil han sacudido el partido morado. Este diario adelantó que durante la segunda declaración, Bousselham desmentía la tesis de las cloacas de Iglesias. El propio vicepresidente decidió admitir un mes después que recibió la tarjeta del móvil y que la custodió durante meses sin que su exasesora lo supiera.
Ante una batería de informaciones negativas para Podemos, Iglesias decidió dar la cara y explicar lo ocurrido. Sin embargo, sus dos declaraciones (en RNE y en la Moncloa) acabaron empeorando la situación. Y aun así, dirigentes de Podemos y el propio Iglesias intensificaron su crítica a la prensa, en algunos casos señalando a periodistas y justificando los insultos directamente desde la sede del Gobierno.
En el medio de esta semana trágica, se activó la alerta en la Moncloa. El equipo de Redondo consideró que Iglesias no lograba recuperar y controlar el relato. Los socialistas empezaron a mostrar su enfado por una situación que consideran que mancha a todo el Ejecutivo. El propio Redondo aseguró a personas de su confianza que el problema de Iglesias no podía afectar a Sánchez. "Se enfadó mucho”, admiten en Podemos.
Explicaciones
En el partido morado sostienen que Sánchez pidió a Iglesias que le explicara en el detalle la situación sobre el caso Dina. A partir de ese momento, la conclusión a la que llegaron en la Moncloa es que “el caso Dina no se puede parar, porque está en los tribunales, pero la bronca con la prensa sí”. “No puede ser que esta cuestión afecte al Presidente", alertaba Redondo. "Acabará que tendrá que dar explicaciones sobre lo de Iglesias, y diga lo que diga recibirá las críticas de la prensa de derechas”, consideró Redondo en la Moncloa, según las fuentes consultadas.
Tenía razón. El miércoles 8 de julio, en una importante rueda de prensa conjunta con el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, Sánchez recibió la pregunta sobre las declaraciones de Iglesias. Evitó desautorizar a su número tres, pero su equipo de asesores y también otros ministros socialistas comprendieron que era prioritario bajar la intensidad de la polémica.
"Él es el jefe"
El escollo se pudo superar gracias a las informaciones sobre el dinero de Juan Carlos I y sus relaciones con Arabia Saudí. En esa misma rueda de prensa, Sánchez habló de la gravedad de esas informaciones. Por la noche, en una entrevista concedida a eldiario.es, el presidente del Gobierno anunció su voluntad de modificar la Constitución para eliminar la inviolabilidad del Jefe del Estado. Mientras, desde Podemos empezaron a difundir mensajes en redes cuestionado la monarquía y promoviendo un debate sobre la Republica.
El viernes por la mañana, Iglesias dio un paso más. Escribió en Facebook que “crece un debate sobre la utilidad de la monarquía" y señaló al rey Felipe VI, rechazando desvincular su figura de la de su padre. La Moncloa se desmarcó de las declaraciones de Iglesias. Aunque en Podemos recuerdan: “Pablo dice lo que dice porque tiene el visto bueno de Sánchez. Lo último que haría es hacerle enfadar, al fin y al cabo es el jefe. Es él quien puede mantener a Podemos en el Gobierno o echarle”.
Cabe señalar que siempre en el Diario.es, ya a finales de la semana, Sandra Gómez, Secretaria General del PSPV-PSOE Valencia y Vicealcaldesa de Valencia, también cuestionó la “utilidad” de la monarquía. En un artículo titulado Carta abierta a mi partido, el PSOE, pidió abrir un debate sobre el futuro monárquico de España y la posibilidad de cuestionar la continuidad de la Casa Real.
Es por ello que ahora muchos creen que la ofensiva contra la monarquía de Podemos se apoya en una estrategia conjunta Iglesias-Sánchez. Lo cierto es que en el cierre de la campaña electoral de Galicia y el País Vasco, y con una polémica sobre la prensa muy difícil de resolver para el Gobierno, se ha abierto otro debate que permite al Ejecutivo respirar. Poco importa que sea en el medio de una pandemia y de una crisis económica que a partir de septiembre mostrará sus dientes.
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