Nadie espera que Mariano Rajoy deje las riendas del PP durante el año que comienza y, en cambio, el PSOE está pendiente de elegir a un nuevo líder mientras Podemos deberá confirmar, o no, al que ahora tiene. Es la izquierda, pues, la que tiene sus liderazgos en el alero en un arranque de legislatura que el PP prevé larga a no ser que Pedro Sánchez dé la sorpresa y recupere la secretaría general de su partido en el congreso previsto para la primavera.
La división en el PSOE y en Podemos mantiene en el alero sus respectivos liderazgos
El calendario congresual de los socialistas es algo a lo que se presta especial atención en el Gobierno ya que de él puede depender la estabilidad política. Fuentes del PP lo resumen de esta forma. “Si es Susana Díaz la que se hace con la secretaría general, no encontraremos grandes problemas para agotar la legislatura. En cambio, si fuera Pedro Sánchez el vencedor de las primarias, todos los problemas del pasado volverían de golpe y estaríamos en una situación parecida, si no peor, a la que vivimos del 20 de diciembre”.
Parte del misterio podrá resolverse el próximo día 14 si el comité federal del PSOE fija la fecha de las primarias y del congreso. Susana Díaz prevé anunciar su candidatura inmediatamente después de que el máximo órgano entre congresos dé este paso y Pedro Sánchez acabará entonces enseñando sus cartas. Mientras tanto, la gestora que preside Javier Fernández continuará haciendo una “oposición útil” pactando con el Gobierno los asuntos que considera fundamentales, entre ellos el proyecto de ley de Presupuestos. Esta colaboración tendría continuidad si la presidenta andaluza se hiciera con el control de su partido, se admite también en Ferraz.
División en la formación morada
Podemos también encara su congreso en febrero, pero en este caso la previsible confirmación de Pablo Iglesias como número uno del partido no afectaría a la estabilidad política, sí, en cambio al papel de oposición que está ejerciendo el PSOE. La formación morada ha quedado voluntariamente fuera de juego de la mayor parte de las negociaciones que los socialistas están manteniendo con el Gobierno y durante el año recién estrenado se esforzará en acentuar la imagen de un PSOE entregado a las políticas de la derecha. Es la estrategia que ha venido defendiendo Iglesias desde antes de las legislativas del 20D, enfrentada a a la opinión de quienes, como Iñigo Errejón, están convencidos de que la proximidad a los socialistas es la única vía que permitiría a Podemos llegar al Ejecutivo en el medio plazo. En un partido como éste dividido casi en dos mitades, la gran incógnita que se abre para 2017 es si acabará sufriendo, o no, un proceso de escisión, algo que mira también con lupa el sector del socialismo más escorado a la izquierda.
Si la izquierda tiene sus liderazgos en el alero, el PP mantiene el cierre de filas con Mariano Rajoy, algo que no ocurría hace año y media cuando todavía proliferaban las voces que le daban por amortizado. Llegó el 20D, después del 26J, y tras un año de interinidad consiguió afianzarse en La Moncloa pudiendo preparar con calma el congreso de febrero, en el que no se descarta que aporte alguna señal orientadora sobre su futuro relevo.
En el PP se opina que Rajoy no abrirá su relevo hasta que el partido no haya superado su calvario judicial
Tanto quienes creen que la elegida será Soraya Sáenz de Santamaría como quienes apuestan por Alberto Núñez Feijóo, están convencidos de que Rajoy no apuntará su dedo a ninguno hasta que el PP no haya superado su calvario judicial. “Es, sencillamente, cuestión de lógica. Quiere un cambio tranquilo y eso no solo se lo puede garantizar permanecer en el Gobierno, sino también estar en paz con los juzgados”, concluye un veterano parlamentario del PP que presume de conocer bien al presidente.
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