Las miradas en Podemos se centran en estos días en Izquierda Unida. El partido de Alberto Garzón está sufriendo desde hace semanas feroces sacudidas internas bajo la amenaza, nunca directa pero conocida por todos, de que Pablo Iglesias y su hombre fuerte en IU, Enrique Santiago, aparten a Garzón y avancen hacia la fusión de las dos formaciones. IU perdería de facto su autonomía, mientras que Podemos lograría esa estructura territorial de la que carece.
Garzón, que hace tres años promovió el famoso pacto del botellín con Iglesias para crear una lista electoral conjunta (hoy Unidas Podemos), se encuentra de repente en la posición de tener que defender con uñas y dientes la autonomía de su partido. Después de la entrada en el Gobierno con Pedro Sánchez, el ministro de Consumo ha experimentado un duro aislamiento de sus antiguos compañeros, según relatan fuentes de IU y de Podemos.
Ahora que su formación debe convocar el congreso, ese aislamiento se ha intensificado. La XII Asamblea Federal de IU se tenía que haber celebrado el pasado 12 y 13 de junio. Sin embargo, la pandemia de la covid-19 obligó a su aplazamiento a fecha todavía por cerrarse.
Encuentros secretos en verano
A partir del verano, el entorno de Garzón detectó movimientos del grupo de Iglesias que vincularon a su deseo de dar el asalto definitivo a IU. Es desde enero que Iglesias lo planea, como desveló Vozpópuli. Podemos fue desde el principio algo parecido a una opa hostil a IU, pero ahora todas las piezas del puzzle pueden encajar. Para que eso ocurra, sin embargo, hace falta que los pablistas ganen a Garzón en la próxima asamblea (asunto para nada descontado), y en esa operación el líder de Podemos se ha juntado con Santiago, que guía lo que queda del PCE.
Santiago es conocido por su actividad como abogado defensor de las FARC en Colombia y por ser un político navegado y de carácter no muy fácil. En estos últimos meses, con los problemas judiciales que acechan a Iglesias, se ha ganado al confianza del líder de Podemos. “Es él quien le aconseja en todos los temas judiciales”, asegura un dirigente de Podemos. “Santiago está en todas las reuniones, tiene una relación muy estrecha con Iglesias, que se está alejando y mucho del grupo de Irene Montero”, resume otra fuente conocedora de los movimientos del líder morado.
“La clave son las siglas. Iglesias quiere que una persona de su confianza tenga el control de la sigla de IU. Es la única formación que puede pugnar el espacio de Podemos, ahora que en el Gobierno hacen lo que hacen [en relación a los vaivenes y la posición pasiva en un asunto como la fusión de Bankia]. A Iglesias ya no le interesa nada Errejón, pero Garzón e IU sí”, señalan fuentes de IU.
Fuentes de Podemos ubican el momento de ruptura en las vacaciones de Montero e Iglesias en Asturias. Durante ese periodo, los líderes de Podemos mantuvieron varias reuniones con personas de IU, como Santiago y Amanda Meyer, la hija del histórico dirigente Willy Meyer. Garzón supo de esos encuentros, de los que no fue informado ni invitado, y según fuentes de Podemos temió una envolvente contra él. Su grupo en el partido aboga por mantener la autonomía de la histórica formación izquierdista y no dar la otra mejilla.
Iglesias y una izquierda hostil
Tras menos de diez meses de cogobierno con Sánchez, el barco de Podemos hace agua por todas partes. Además de los problemas judiciales sobre la tarjeta de la exasesora de Iglesias y las investigación sobre la financiación, el papel de Podemos en el Gobierno es residual. El último golpe se recibió el pasado viernes, cuando se informó de la negociación para la fusión de Bankia con Caixabank. Podemos siempre luchó por la recuperación de los 24.000 millones de euros entregados a Bankia durante la crisis financiera, y esta operación reduce las esperanzas de recuperarlos. “Este es el fin del proyecto de Podemos”, acusan algunos en el partido.
En la tormenta, Iglesias quiere blindar su liderazgo y el futuro de Podemos. Y para hacerlo necesita que no surjan otros partidos con mensajes regeneradores del espacio de la izquierda alternativa al PSOE. Es decir, que sean hostiles a Podemos. Y sobre todo que IU no tenga la tentación de volver a ese espacio señalando las contradicciones de los morados para dar por roto el pacto del botellín y buscar un camino propio.
"Garzón ha visto la luz"
No es descontado que Santiago se presente en la Asamblea de IU. Puede hacerlo con una persona de su máxima confianza. Pero su intención sigue siendo la de allanar el camino para la fusión con Podemos, admiten en el partido morado, donde señalan como posible táctica para alejar a Garzón apelar a los estatutos internos y la limitación de mandato. Esta jugada, sin embargo, ya está siendo estudiada para frenarla por los defensores del coordinador federal.
El contexto actual es directamente de “guerra interna”, asumen en IU. “Si Garzón pierde la coordinación IU, se hace con ella Enrique Santiago para hacer desaparecer IU. Todo será Podemos y el PCE con Podemos”, advierten miembros de IU que no están dispuestos a dar por perdida la batalla. “Garzón ha visto la luz”, aseguran.
Control de las federaciones principales
El actual coordinador de IU, de hecho, no es tan débil como algunos creen en Podemos. En primer lugar controla las dos federaciones más numerosas del partido (entre ellas la madrileña). Y en Andalucía, donde IU aparece dividida, los garzonistas tienen fuerza suficiente como para aspirar a generar la confianza de la mitad de los inscritos. Otro segmento, en cambio, se está decantando por Teresa Rodríguez y el nuevo partido andalucista de izquierda.
Los rumores sobre una posible remodelación del Gobierno asustan, por otro lado, a Garzón. El ministro obtuvo un cargo aunque Santiago maniobrara para impedirlo. Fue en los últimos compases de las negociaciones del año pasado entre Sánchez e Iglesias, cuando obtuvo su Ministerio de Consumo. En IU, algunos aseguran que lo logró gracias a la actual ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Es decir, que si hay una remodelación, Iglesias no peleará para que Garzón salve el cargo. “Ya se lo ha comunicado a Sánchez”, se atreven a comentar en Moncloa.
Para Garzón, que heredó el partido de Cayo Lara, se acerca una encrucijada. Después de comprobar lo que en su entorno califican de “conjura” de Podemos, el líder de IU parece dispuesto a dar la batalla definitiva para no perder el control de su partido. De eso depende la autonomía de IU, y también probablemente la de su futuro en el Ejecutivo. En varios territorios, además, podrían sumarse sectores deseosos de desmarcarse de Podemos en un momento muy crítico para el partido morado.
En su personal encrucijada, Garzón se enfrenta a un político como Santiago, experto y decidido, pero con apoyos menguantes en Podemos. Esta división interna que muchos relatan pero que públicamente todavía no ha emergido es, tal vez, una de las principales armas del líder confederal de IU para mantenerse al mando de su partido, y de su ministerio.
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