“No queremos que nos cualguen el San benito por tres ovejas negras”. Habla Javier Vidal, el secretario general del nuevo Grupo Independiente y Liberal (GIL), la histórica formación de Jesús Gil que llevó al entonces presidente del Atlético de Madrid a gobernar la ciudad de Marbella.
La formación ha pasado en los últimos meses por un proceso de refundación que le llevará a presentarse en varias ciudades andaluzas en las elecciones municipales de mayo del año que viene. Su núcleo fuerte está en el gaditano municipio de la Línea de la Concepción. “Queremos revivir este proyecto porque los mejores años de la ciudad fueron con el GIL”.
Su proyecto es “de centro”. De hecho, si no se ven con las suficientes fuerzas como para irrumpir en el Parlamento andaluz acudirán en coalición con Centro Democrático, que al mismo tiempo se enmarca en una coalición nacional llamada Centristas.
No queda nada del espíritu del GIL que puso a la formación en la picota informativa por los sucesivos casos de corrupción
En total no serán más de 60 afiliados. “Sólo nos financiamos con nuestras cuotas. Si somos independientes no deberemos favores a nadie”. Vidal hace hincapié en que no queda nada del espíritu del GIL que puso a la formación en la picota informativa por los sucesivos casos de corrupción en los que se vio involucrado.
Quieren ir poco a poco. Afincándose en aquellas ciudades donde piensan que pueden sacar representación municipal. Han empezado en La Línea, y pretenden presentarse en los municipios vecinos como San Roque o Los Barrios. Aunque no queda ahí su ambición. Probablemente también salten a la vecina Málaga, en ciudades importantes como Mijas o Nerja.
Vidal destaca que los nuevos integrantes del GIL son novatos en esto de la política: “Sólo hay un señor de 54 años que una vez militó en el partido, pero el resto no tenemos experiencia en esto”. La cara más visible es la de Sandra Cabrera, una antigua concursante de un conocido programa sobre copla que se emite en la televisión autonómica andaluza.
Políticas
Una de las prioridades, por ahora, del nuevo GIL son las políticas económicas que implantarían, de llegar a gobernar, en las ciudades del campo de Gibraltar, una de las zonas de España con mayor tasa de desempleo. “El 90% de las empresas de la zona operan en el peñón por su particularidad fiscal, pero los trabajadores son de aquí (por La Línea)”.
Quieren aprovechar la incertidumbre que provoque la salida del Reino Unido de la Unión Europea en las compañías radicadas en Gibraltar para atraerlas a los municipios vecinos. “Tenemos que aprovechar el cierre de la frontera. Quizás así consigamos un paro cero en La Línea”, subraya el secretario general.
El otro gran tema que quieren abordar es el de la seguridad. El aumento de la actividad de los narcotraficantes colocará este asunto entre las grandes prioridades de todos los partidos que se presenten en mayo a las elecciones.
Historia
El Grupo Independiente Liberal fue, desde un primer momento, un partido personalista con el rostro de Jesús Gil en la solapa. En 1991, aprovechando su tirón mediático como presidente del Atlético de Madrid, cosechó más de 20.000 votos en Marbella, consiguiendo 19 de 25 concejales en su histórico bastión. Gil llegó a afirmar en precampaña que la ciudad de la Costa del Sol estaba “llenas de prostitutas, lesbianas y drogadicto”. Sus banderas políticas fueron la seguridad y la limpieza.
Las siguientes elecciones a las que se presentó la formación fueron las generales de 1993, donde consiguió un discretísimo resultado, volviendo a centrarse en las municipales dos años más tarde. Volvió a ganar Marbella y su hijo, Jesús Gil Marín, alcanzó la mayoría absoluta en la vecina Estepona.
En 1999 se juntarion los comicios municipales y autonómicos. Gil vio la oportunidad para dar el gran salto: en su único congreso oficial, la formación afirmó que se presentaría en las ciudades fronterizas de Ceuta, Melilla y La Línea (Cádiz). Consiguió 92 cargos electos, pero se quedó a las puertas de la mayoría absoluta en todas las localidades menos en Marbella y La Línea.
Pero a partir de ahí empezó la debacle. En tan solo 12 meses, un tercio de los ediles había dejado el partido. Al mismo tiempo, Gil era inhabilitado en el Atlético de Madrid y los problemas de salud lo achacaban. "Presentarnos en Ceuta y Melilla fue nuestra sentencia de muerte", dijo.
Los gastos millonarios en mejoras en infraestructuras llevó en 2005 al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales a informar que los ayuntamientos gobernados en su día por el GIL acumulaban aproximadamente la mitad de la deuda municipal con la Seguridad Social y Hacienda de toda España. Cesó definitivamente su actividad política en 2007 al no poder presentarse a las elecciones municipales de dicho año debido a los numerosos casos de corrupción e irregularidades cometidas por miembros del Ayuntamiento de Marbella, como el conocido 'Caso Malaya'.
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