Política

Un mosso desvela que Jordi Sànchez amenazó con llamar a Puigdemont para que echase a sus agentes el 20-S

El jefe de los antidisturbios describe un escenario de violencia en el que el líder de la ANC les dijo que se largasen. "Puedes llamar al Papa de Roma", le contestó

El responsable de los antidisturbios de los Mossos d’Esquadra desplegados el 20 septiembre de 2017 ante la Consejería de Economía de la Generalitat ha descrito la actitud del líder de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sànchez como “altiva” y “prepotente” y ha asegurado que le complicó su labor. De hecho ha relatado que quiso echarlos y amenazó con llamar al presidente Carles Puigdemont y al conseller de Interior, Joaquim Forn.

“Largaos de aquí”, ha declarado el mosso que le dijo Sànchez cuando la BRIMO (antidisturbios de la policía autonómica) se aproximaban a la Consejería de Economía para establecer una cápsula de seguridad para sacar de allí a la letrada del Juzgado que se encontraba encerrada por la concentración de decenas de miles de personas.

“Sànchez coge un teléfono que dice que va a llamar al president, al conseller (Forn) y que me voy a largar”, dice este intentende de los Mossos d’Esquadra. “Cuando la gente dice que eso fue festivo… nosotros recibimos una lluvia de latas de cerveza”, ha comentado en otro momento de su intervención donde ha relatado que se llegaron a quedar atrapados y la situación hubiese justificado el uso de la fuerza, pero no lo hicieron por miedo a generar una avalancha.

Sobre el incidente con Sànchez, el testigo ha recordado que cuando estaba hablando por teléfono le escucho decir la frase “Trapero ha perdido la cabeza, casa a la BRIMO de aquí”. “Se gira, me dice que en breve va recibir una llamada y nos iremos y yo le digo que puede llamar el papa de Roma”, ha añadido.

“Ni con el séptimo de caballería hubiésemos entrado en la Consejería”, ha comentado en otro momento de su declaración. En todo su relato ha negado la visión pacifista pretendida por los acusados. También ha dicho que el cordón de seguridad que había establecido la ANC de voluntarios para facilitar el acceso a la Consejería era insuficiente.

“El primer intento es fallido. Cuando yo voy a allí para ver in situ los efectivos que voy a necesitar. Yo cuando llego me dicen que tengo que sacar a la Letrada del Juzgado y a cinco compañeros de paisano, luego me dicen que son diez, a los diez minutos que son quince... el absurdo llegó hasta el punto de que me dicen que tengo que sacar a un perro que había participado en el registro”, ha narrado.

Según ha dicho, al rato la actitud de Sànchez cambia y se muestra conciliadora ofreciendo incluso colaboración. Así hasta el punto de que le pidió su número de teléfono para estar en contacto. Lo tuvo que usar en un momento en el que la multitud se volvió contra dos agentes que salieron de un edificio contiguo. El intendente llamó a Sànchez para preguntarle qué pasaba y lo que le contó es que la gente había confundido a dos mossos con guardias civiles que participaban en el registro de la Consejería.

En consecuencia, el testigo ha dicho que se subió a un coche con un megáfono para pedirle a la gente que depusieran su actitud porque se trataba de mossos de mediación y no de guardias civiles.  

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