El presidente del PP no acompañará a Mariano Rajoy en su comparecencia ante el Tribunal Supremo en calidad de testigo del proceso contra el 'procés'. El PP, luego de algunas discusiones internas, ha decidido abstenerse de acudir en apoyo a quien fuera su presidente para evitar la imagen de presión al normal desarrollo de la labor de la Justicia.
"Si montamos la procesión en las Salesas vamos a parecer una panda de esos independentistas que acuden cada mañana a jalear a los golpistas", señalan en privado fuentes del partido. Rajoy tampoco estaba por la labor de que este miércoles se produzcan episodios ajenos al proceso que sustancia la sala presidida por Manuel Marchena contra los cabecillas del golpe de Estado en Cataluña. El expresidente del Gobierno comparecerá a las cuatro de la tarde en tanto que quien fuera su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría y quien fuera su titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, lo harán por la mañana.
Un tibio debate interno precedió a la toma e decisión por parte de Pablo Casado, según informaba La Razón. Algunos sectores del partido pretendían organizar un desfile para mostrar su apoyo sin fisuras del PP para con quien fue su presidente durante 14 años. "No se le puede dejar solo", se escuchaba en este grupo, unas voces muy aisladas y sin demasiado peso específico.
Coche oficial en la Audiencia
Desde la dirección popular se inició algún sondeo en el círculos próximo a Rajoy antes de tomar la decisión definitiva. El expresidente es poco dado a los numeritos callejeros, y menos aún si se trata de un asunto de competencia judicial. Ya se vio en julio del pasado año, cuando acudió a la Audiencia Nacional a declarar como testigo por el 'caso Gürtel'. Entró en el edificio en su coche oficial, sin decir palabra, y lo abandonó de igual modo. Ese proceso fue el origen de la moción de censura presentada por Pedro Sánchez, y su defenestración de la Moncloa.
Rajoy será interrogado por los testigos de la defensa, que le inquirirán sobre algunos aspectos de los episodios ocurridos en el otoño de 2017, cuando los dirigentes soberanistas llevaron a cabo una singular proclamación de independencia. Santamaría, que dirigió la llamada 'operación diálogo', también será cuestionada en la misma línea en tanto que Montoro deberá explicar si hubo o no gasto de dinero público para financiar la rebelión.
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