El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, se ha enfrentado este martes en el juicio del 'procés' al interrogatorio del fiscal del Tribunal Supremo Jaime Moreno y también a su pasado más reciente. El representante del Ministerio Público ha basado buena parte de su cuestionario a confrontar los argumentos del acusado con los llamamientos que hizo en su día para defender la celebración del referéndum ilegal del 1-O o la protesta frente a la Consejería de Economía el 20 de septiembre de 2017.
El fiscal ha enfocado buena parte de sus preguntas en los propios comentarios que hizo Cuixart en las redes sociales aquellos días clave. Al ser peguntado por uno de ellos, el líder independentista ha querido dejar claro que lo que declaró ante el juez Pablo Llarena en la fase de instrucción no tiene validez porque su único objetivo entonces era salir de la cárcel “a cualquier precio”. Pese a ello, el fiscal ha insistido, lo que ha provocado que la abogada del acusado saliera en su auxilio para reivindicar el derecho de su cliente a no responder.
Cuixart, en prisión preventiva desde hace más de un año, se ha desmarcado de los actos violentos por los que la Fiscalía le pide 17 años de cárcel por rebelión y en su exposición ha llegado a defender que la convocatoria ante la Consejería fue "espontánea". Sin embargo, el fiscal le ha mostrado los comentarios publicados en las redes sociales donde él y la cuenta oficial de Òmnium llamaban a manifestarse y seguir con la protesta, incluso cuando ya se había percatado de que varios coches de la Guardia Civil estaban sirviendo de parapeto a los presentes. Los vehículos acabaron destrozados y ese es uno de los indicios que presenta el Ministerio Público en su contra.
Consejería de Economía
Moreno ha expuesto además un formulario en el que Òmnium pidió permiso para realizar la concentración frente a la Consejería de Economía. El fiscal ha hecho hincapié en que fue presentado unas dos horas después de que el propio Cuixart, vía Twitter, llamara a la ciudadanía a congregarse. El acusado se ha escudado en que la diferencia horaria respondía a la gestión de los trámites correspondientes.
Aquel día, decenas de miles de personas se acabaron concentrando ante el edificio en cuyo interior se practicaba un registro en el marco de la investigación judicial sobre los preparativos del referéndum. La secretaria del Juzgado tuvo que salir por un tejado, según dijo, por miedo. Pese a ello, Cuixart ha reivindicado el "pasillo de seguridad" que hicieron los propios manifestantes para que la comitiva judicial abandonase la zona entre la multitud. "Yo pasé por ahí", se ha justificado el acusado. Este argumento ha provocado que el fiscal le recordase que él es el líder de Òmnium.
Cuando la Guardia Civil hace un registro corta la calle y se queda tan ancha, no deja unos coches con armas dentro
A lo largo de más de dos horas de interrogatorio, Cuixart ha llegado a culpar a la Guardia Civil de no tomar medidas y dejar los coches abandonados con armas en su interior: "Cuando la Guardia Civil hace un registro corta la calle y se queda tan ancha, no deja unos coches con armas dentro. ¿Alguien en su sano juicio cree que se puede entrar el Consejería habiendo suspendido la autonomía financiera de Cataluña sin tomar medidas?".
Los coches, "un altar majestuoso"
Sobre los coches, el fiscal ha exhibido una transcripción del discurso del líder de Òmnium cuando desconvocó la manifestación frente a la Consejería subido a uno de los vehículos del Instituto Armado. “Mirad desde este altar tan majestuoso…”, se lee en el documento. El fiscal, que ha preguntado a qué “altar majestuoso” se refería, ha logrado mantener en silencio algunos segundos al acusado. Posteriormente, Cuixart ha asegurado que se trataba del escenario.
Sin embargo, y tras la insistencia del Ministerio Público, ha rectificado: “Ah, sí, sí, era el coche de la Guardia Civil”. Días atrás, su compañero de banquillo, Jordi Sànchez, afirmó que fueron los propios agentes quienes les autorizaron a subirse. Moreno ha redundado un poco más en el término “altar majestuoso” y Cuixart, en un intento de explicarse, ha dicho que se refería a la vista que tenía desde el coche. El debate se ha zanjado segundos después con un “no tengo nada más que comentar” por parte del líder independentista.
Cuixart ha querido poner en contexto aquella protesta y lo ha enmarcado en el clima de tensión que existía después de que se viera amenazado el autogobierno, "muy arraigado" en Cataluña. De hecho, ha advertido de que en caso de que se aplique de nuevo el articulo 155 como propone el PP, entre otros, se repetirán protestas como la del 20 de septiembre.
Más mensajes el día del referéndum
En relación con el 1-O, el fiscal le ha enfrentado a otros dos llamamientos a través de Twitter ya el mismo día de la consulta, uno de ellos a las 8.52 horas y otro a las 9.04 horas. “Todo el mundo que pueda en el IES Balmes de Barcelona” y “Resistencia pacífica todo el que pueda a la Ramón Llull”, decían los mensajes ante los que Moreno le ha preguntado si estaba mandando a gente a los colegios “en función de los movimientos policiales”.
Cuixart ha reconocido los mensajes, pero se ha justificado en que siempre apelaba a la resistencia pacífica y que su poder de convocatoria en esos momentos era reducida. “No hacía falta que yo hiciera tuits porque la concentración era muy multitudinaria”. Moreno le ha replicado que tras su tuit se concentraron en el colegio Ramón Llull “700 personas”.
Preguntado acerca de si mandaba a la gente a los colegios con el fin de evitar que se cumpliera el auto del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que instó a las fuerzas de seguridad a evitar la consulta ilegal, Cuixart ha reiterado el argumento que ya usó su compañero de banquillo y presidente de la ANC en esas fechas, Jordi Sànchez. Ha alegado que a ellos nadie les cursó ninguna notificación para informarles de que lo que estaban haciendo era ilegal a pesar de que era público que los tribunales habían prohibido el referéndum.
"Preso político"
En un momento dado del interrogatorio, Cuixart, quien se ha definido como un "preso político", ha reconocido que las imágenes de la Policía cargando contra los ciudadanos el 1 de octubre logró llamar la atención de la comunidad internacional para hacer ver que en Cataluña hay "un 80 por ciento de gente que quiere un referéndum de autodeterminación". Ha sido después de que el fiscal leyese otro tuit suyo publicado el 30 de septiembre, un día antes del referéndum, en el que Cuixart llamaba a garantizar la consulta: "Ni un minuto de distracción, la urgencia es proteger los locales electorales para que puedan votar millones de personas. Catalanes, defendamos las urnas".
"Sí, sí, estamos protegiendo la democracia con nuestro ejercicio de los derechos fundamentales, proteger defender la democracia, promoverla, el adjetivo que usted quiera, pero sí", ha respondido Cuixart tras la lectura de su tuit. "Cuanta más gente había, más se visualizaba -ha añadido- que la violencia que ejercía la Policía ante la ciudadanía, ante un ejercicio que era coger unas cajas de plástico, era tan desproporcionada que si éramos mucha gente mostrando la disconformidad, no solo provocábamos la violencia de la Policía, que no era en ningún caso el objetivo, sino que podíamos mostrar a la comunidad internacional que éramos mucha la que queríamos ejercer nuestro derecho de voto”.
En sus explicaciones, Cuixart ha comparado la concentración en la vía Laetana con la matanza de Tiananmen, que tuvo lugar en Pekín en junio de 1989 y en la que murieron unas 10.000 personas. Ha señalado que la imagen de unos manifestantes ante el coche que llevaba a un detenido el 20 de septiembre le ha recordado la "actitud de resistencia no violenta, nada reprochable para mostrar un rechazo con una actuación que no impidieron", pero con la que mostraron "disconformidad".
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación