La ley de libertad sexual, también conocida como ley del 'solo sí es sí', ha sufrido a lo largo de las últimas semanas importantes correcciones por parte del Gobierno de Pedro Sánchez. Fuentes del Ejecutivo aseguran que el primer borrador presentado por el equipo que lidera la ministra de Igualdad, Irene Montero, fue recibido con muchas críticas por otros ministros, sobre todo por los socialistas. “Detectamos muchísimas cosas que eran claramente inconstitucionales”, explican a Vozpópuli fuentes del Gobierno, que aseguran que hace falta corregir muchos aspectos de la norma.
“La ley de libertad sexual tal y como la presentó el gabinete de Montero se ha frenado desde el principio”, aseguran las fuentes consultadas. Según esta versión, desde Igualdad se presentó un borrador normativo que obtuvo una severa crítica por parte de los servicios legales de otros departamentos. Fue en varias reuniones internas donde los responsables de Justicia -entre otros- detectaron elementos de inconstitucionalidad que obligaron a replantear el asunto.
Algunos de los puntos del borrador de Igualdad criticado por los otros ministros son los de equiparar la violencia sexual a la de género (en el mismo esquema de una propuesta legislativa que Unidas Podemos presentó en 2018), así como la creación de mecanismos de prevención y de "juzgados especializados". Ese borrador también plantea medidas en el ámbito penal y judicial, como que la presunta víctima hable únicamente con una persona del mismo sexo.
Esas fuentes recuerdan que la cuestión aún no está zanjada. “Tiene todavía que ser revisado, y mucho”, explican desde el Gobierno, donde no dan por cerrada la medida, aunque en la Comisión de Igualdad la ministra anunció que se presentará en el Consejo de Ministros del próximo 3 de marzo.
Relato y realidad
Ese fase será el pistoletazo de salida de una medida que se anunciará antes del 8 de marzo, tal y como deseaba Montero, pero que se estudiará a fondo antes de su llegada al Congreso. “Decir que ya se ha aprobado todo equivale a mentir”, asumen fuentes del Ejecutivo.
En su anuncio, la ministra de Igualdad no detalló los puntos más relevantes de una norma que tiene el objetivo de definir qué es el consentimiento claro para mantener relaciones sexuales. Tampoco se ha cerrado el aspecto de cómo se pueden tipificar en la norma los delitos sexuales. Lo que sí parece acordado es la apertura de centros de atención a las víctimas disponibles durante 24 horas, tal y como avanzó Montero.
La ley del 'solo sí es sí' representa la medida estrella que Montero quiere aprobar como ministra de Igualdad. Fuentes de Podemos aseguran que para Igualdad la aprobación de esta ley es esencial, puesto que en cuanto a fondos y competencias el departamento de Montero tiene recursos limitados.
Crisis interna
Montero calificó la medida de “prioritaria” y llegó a abrir un pequeño pulso con el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo. El ministro de Justicia intentó frenar ese documento para afinar las líneas jurídicas, pero desde Igualdad denunciaron la tardanza. El frenazo irritó a Montero y Podemos activó sus canales mediáticos para hacer público su malestar.
Iglesias apoyó a la ministra, aunque luego tanto en Podemos como en el PSOE rebajaron la tensión. Ni Sánchez ni Iglesias quieren que se manifiesten crisis internas en la coalición. Así que los socialistas confirmaron su interés en sacar adelante la normativa, aunque de puertas adentro comentan que será “ampliamente corregida” con respecto al primer borrador. Mientras, en Podemos algunos reprochan a Montero haber protagonizado el primer encontronazo con los socialistas.
En definitiva, el incendio parece apagado. Y aunque a nivel de relato se ha impuesto la idea de que el PSOE ha reculado, fuentes conocedoras de la negociación aseguran que “no es así”. Y no sería de extrañar que, más allá del anuncio del 3 de marzo, el texto definitivo incluya aspectos que puedan incluso incomodar a Montero.
La ministra de Igualdad se encuentra en la difícil tarea de satisfacer a todos los sectores feministas que no opinan lo mismo sobre temas candentes como la libertad sexual o la gestación subrogada. En ese terreno Montero se juega su futuro como ministra, así como en su capacidad de lograr el visto bueno del PSOE.
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