Política

Lambán exige a Sánchez que se retire "con dignidad" mientras Díaz pide tiempo

El PSOE de Andalucía sigue pidiendo "tiempo" a los partidarios de fijar ya el calendario congresual del partido.

El presidente de Aragón, Javier Lambán, se puso este lunes al frente de los que exigen a Pedro Sánchez que "se retire con dignidad" de la primera línea política, mientras que el PSOE de Andalucía sigue pidiendo "tiempo" a los partidarios de fijar ya el calendario congresual del partido.

La decisión de Sánchez de renunciar a su escaño y postularse para un congreso que no está convocado, así como su defensa anoche en la Sexta de que los socialistas tienen que mirar "de tú a tú" a Podemos y negociar con los independentistas, ha radicalizado posiciones como la del aragonés Lambán, que ha apelado a la "dignidad" de quien ha sido secretario general "para que no se insulte a sí mismo con entrevistas como la de ayer".

Además, Lambán ha pedido a los diputados del PSOE que rompieron la disciplina de grupo votando no a la investidura de Rajoy el pasado sábado, entre ellos la aragonesa Susana Sumelzo, que sigan los pasos de Sánchez y entreguen también su escaño.

Lejos de atender esa recomendación, Sumelzo y otros parlamentarios "sanchistas" han subrayado en las redes sociales el "orgullo" que sienten por su "no" a Rajoy. "Es una puesta de futuro", señala Sumelzo en Twitter, donde arrecian las peticiones a la gestora para que ponga fecha ya al próximo congreso.

En esa línea se han pronunciado diputados que defendieron el "no es no" hasta el final, pero que el sábado acataron la decisión mayoritaria de su partido y se abstuvieron en la investidura de Rajoy.

Uno de ellos, el madrileño Rafael Simancas ha pedido a la gestora que establezca "cuanto antes" el calendario del que, a su juicio, debe ser un congreso de "encuentro" del PSOE con la mayoría social.

Simancas, que ha llamado a su grupo a "optimizar" su actual posición en el Congreso para sacar adelante medidas que favorezcan a los ciudadanos, ha replicado a Sánchez que Podemos sí que es un partido "populista".

También el valenciano José Luis Ábalos y la balear Sofía Hernanz (ambos afines a Sánchez, aunque ella votó en contra de Rajoy mientras que él se abstuvo) han clamado por convocar un congreso que aborde el modelo de partido, asegure la autonomía de su proyecto político y defina su marco socialdemócrata.

"Exijo que la gestora cumpla la resolución del Comité Federal que insta a la convocatoria del congreso ordinario del partido una vez haya gobierno en España. Cúmplase con la misma disciplina, el mismo rigor y la misma rotundidad como hube de cumplir yo con una abstención que nunca acabaré de digerir", emplaza Ábalos a la gestora en un artículo.

El coordinador de los diputados andaluces, Antonio Pradas, ha recordado que la gestora tiene como mandato "normalizar la situación" antes del congreso y que eso "lleva su tiempo".

Desde el PSOE de Andalucía, al que Sánchez acusó de haberse convertido en un elemento "desestabilizador", el coordinador de los diputados andaluces y hombre de confianza de la presidenta Susana Díaz, Antonio Pradas, ha recordado que la gestora tiene como mandato "normalizar la situación" antes del congreso y que eso "lleva su tiempo". "Hay que valorar cuál es el momento adecuado", precisó.

Pradas, que ha subrayado que la gestora que se constituyó en Galicia estuvo nueve meses y la de Madrid ocho, ha advertido de que "no se pueden poner las carretas delante de los bueyes" y de que los socialistas deberán "caminar hacia qué modelo de partido" quieren ir antes de "hablar de las personas".

Por su parte, el presidente valenciano, Ximo Puig, ha abogado por "recoser" el PSOE a partir de un "proceso profundo de discusión respecto al proyecto político", cuya autonomía ha reivindicado.

Otro de los socialistas más críticos con Sánchez y su posición de acercamiento a Podemos ha sido el expresidente de Castilla-La Mancha José María Barreda: "Una cosa es reconocer a Podemos y otra la fascinación hacia ellos", ha reprochado en Onda Cero al ex secretario general.

Mientras que los quince diputados díscolos dan por segura la multa de 600 euros que les impondrá su grupo parlamentario por romper la disciplina de voto, el PSC prepara su congreso del próximo fin de semana, en el que podrían abordar la revisión de su "protocolo de unidad" con el PSOE, antes de que la gestora remita el asunto, en su caso, a un próximo Comité Federal.

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