Será a la seis de la tarde. El presidente de la Generalitat comparecerá ante el Parlament para despejar las dudas sobre el camino a seguir en el 'proceso' una vez celebrado el referéndum del 1-O. Los resultados de la consulta se hicieron públicos la semana pasada. Más de dos millones de votos escrutados y un 90 por ciento de 'síes'.
"Se hará lo que dice la ley", declaró Carles Puigdemont este fin de semana. La ley de ruptura especifica que, 48 horas después de proclamados los resultados, se proclamaría la independencia. No dice más. El 'president' no ha despejado sus dudas. Al menos, no las ha hecho públicas. Una enorme marejada convulsiona la familia secesionista. Tensiones internas entre los partidos que forman el bloque de la independencia.
Los escenarios que se barajan son especulaciones sobre un futuro todavía incierto. Todo ha cambiado desde que empezó la fuga de grandes bancos y empresas, un goteo permanente. Menos va influir en el ánimo del jefe del Ejecutivo catalán la masiva manifestación del domingo en defensa de la unidad de España que desbordó las calles de Barcelona. Eran turistas y falangistas, de acuerdo con TV3, a televisión oficial del régimen.
Puigdemont ha vivido un fin de semana sometido a enormes presiones. En su partido, el PDeCat, las grietas son ostensibles. Algunos consellers, con Santi Vila a la cabeza, piden una 'tregua' y empezar a de nuevo. No es una voz solitaria, aunque sí pública. La antigua Convergencia quiere abrir algún tipo de negociación, ganar tiempo y dentro de seis meses, elecciones autonómicas.
¿Elecciones o independencia?
El separatismo radial, que encarnan la CUP, Omnium y la ANC, no acepta otra opción que la declaración de independencia, la DUI. Después de semanas, meses de movilización, resultaría un despropósito traicionar a la calle, a la gente y al resultado del 1-O. Los dos Jordis, Sánchez y Cuixart, se pasean ahora como héroes de la causa tas haber acudido a declarar ante la Audiencia Nacional. Tienen que volver ante el tribunal, donde se arriesgan a medidas cautelares de prisión.
En ERC se defiende la declaración secesionista pero hay un sector que abre la puerta a una proclamación simbólica o 'en diferido' de la independencia para abrir luego el proceso de unas elecciones constituyentes.
La ley de 'transitoriedad', aprobada de forma intempestiva por el Parlament y suspendida por el TC, deja abierta todas las posibilidades. En la Generalitat se habla ya abiertamente de no dar un paso drástico que obligue al Gobierno central a poner en marcha medidas contundentes como el artículo 155. La vicepresidenta del Gobierno, Sáenz de Santamaría, ha asegurado este lunes en la COPE que si se declara la DUI, el Gobierno aplicaría este artículo de la Constitución "para restaurar la ley y la democracia" en esta comunidad.
El vicepresidente del 'Govern', Oriol Junqueras, mantiene un estrepitoso silencio. El portazo económico le ha dejado sin habla. Intentó en su momento de frenar la fuga de empresas, pero con escaso éxito. Siguen las salidas de grupos empresariales. Sólo Grifols ha anunciado públicamente su permanencia, una compañía presidida por un ferviente independentista y que paga la mayor parte de sus impuestos en Andorra.
Pocos conocen la decisión que finalmente anuncie Puigdemont. Este martes, el Parlament celebrará una sesión que se adivina decisiva. Las entidades separatistas pretenden que el parque de la Ciudadela aparezca rebosante de partidarios de la independencia. Una respuesta al inmenso océano de banderas españolas y senyeras que abarrotaron Barcelona este fin de semana. El abismo se abre ante los pies del 'president'.
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