Hostigados, amenazados, señalados. Dirigentes y simpatizantes del PP en Cataluña viven sumidos en un calvario. Mariano Rajoy acude este viernes a Barcelona para darles ánimo. El presidente se reúne con la cúpula regional del partido. Lo que iba a ser una masiva Escuela de verano en Salou, con decenas de altos cargos venidos desde toda España, se ha reconvertido en una escueta y prudente reunión en un hotel. Razones de prudencia y de seguridad obligaron a cambiar los planes en el último minuto.
"Nos escupen, nos insultan", comenta un dirigente del partido en Tarrassa. "Nos persiguen las turbas allá donde vamos, resulta imposible hacer un acto, un encuentro, una mesa redonda, sin que te asalten a pitidos, te silencien a gritos ", añade. La imagen gráfica de esta persecución implacable lo sufrió hace unos días el portavoz de los populares en el Ayuntamiento de Mataró, cuando intentó intervenir en un pleno municipal. Decenas de independentistas con pancartas le cerraron la boca en medio de un griterío ensordecedor.
Rajoy les animó a ser 'valientes'. No queda otra. "Algunos incluso son héroes cotidianos, esta gente nos hace la vida imposible", añaden. La sede central del PP en Barcelona fue objeto de un escrache a cargo de CUP. Un grupo de activistas se plantó ante las puertas del local, lanzaron pintura, octavillas, embadurnaron la fachada, arrojaron basura... al frente de la patota aparecía Anna Gabriel, portavoz del grupo parlamentario y diputada en activo. Los Mossos no intervinieron.
En las últimas semanas, la agresividad ha subido de tono. "Mi mujer ni siquiera puede asomar por el colmado. Hay vecinas que le amparan pero tiene que aguantar insultos de todo tipo", comenta un dirigente de una pequeña localidad de Gerona, la provincia más independentista de la comunidad. La gente de Ciudadanos también es objeto de las campañas iracundas de los secesionistas. A los del PSC también les ocurre últimamente, en especial desde que el partido se sumó a las fuerzas democráticas en contra de la celebración del plebiscito.
Señalados y en la lista negra
"A nosotros nos han puesto en la lista negra desde los tiempos del pacto del Tinell. Un pacto contra el PP. signado e impulsado por Pasqual Maragall, eso no se ha de olvidar", comenta un dirigente de los populares catalanes. "Eran los tiempos de Aznar, cuando la mayoría absoluta, nos quisieron expulsar del mapa político y, de paso y paso pretendieron fusilarnos civilmente", señala esta fuente, bien conocedora de lo que ha sufrido su partido durante los últimos años. "Antes íbamos a la ofrenda de Casanovas en la Diada. Nos pateaban el auto, nos empujaban, nos llamaban botiflers, un año Aleix Vidal Quadras, por entonces presidente de la formación, tuvo que salir a la carrera porque iban a por él", recuerdan.
Perseguir al PP ha sido un clásico en la vida política de la comunidad. Tras el impulso de Puigdemont al proceso y la convocatoria del referéndum, se ha convertido en una concienzuda campaña de aniquilación política y personal sin precedentes. "La tensión se ha disparado, nos quieren linchar y lo están consiguiendo", comenta un concejal de Barcelona. "Apenas aparecemos en público, hay gente que se da de baja, pocos, ahora ya es miedo físico, porque les llaman radicales pero son peores que esos matones de discoteca. Todos los del PP vamos a salir señalados, es un panorama de pesadilla", añade. Rajoy acude a arroparlos y darles moral. El horizonte es estremecedor.
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