Política

Cruce de acusaciones por la gestión del brote de listeriosis: detectar errores llevará meses

La Junta de Andalucía defiende la "diligencia" con la que el Gobierno andaluz ha intervenido ante el brote de listeriosis y advierte  de "un error" en el Ayuntamiento de Sevilla a la hora de comunicar la información

El brote de listeriosis se ha cobrado su primera víctima mortal en medio del cruce de acusaciones entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla por la gestión de la alerta sanitaria. Una mujer de 90 años que ingirió carne mechada de la marca 'La Mechá' ha fallecido en Sevilla y el número de afectados por la enfermedad continúa en aumento. Si hasta este lunes se habían registrado 80 personas damnificadas, de las cuales 56 siguen hospitalizadas, este martes la cifra ha ascendido ha 114, de los cuales están ingresados 53.

Tras lamentar la pérdida, el consejero de Presidencia, Administración Pública e Interior de la Junta de Andalucía, Elías Bendodo, ha defendido la "diligencia" con la que el Gobierno andaluz intervino ante el brote de listeriosis por carne mechada, actuando "a las horas" de que el Ayuntamiento de Sevilla, "competente en seguridad alimentaria como otros ayuntamientos andaluces", comunicara al Ejecutivo autonómico la alerta.

El ayuntamiento de Sevilla descarta que se haya producido algún error por su parte en el análisis de las muestras de carne mechada

Según el también portavoz de la Junta de Andalucía hubo "un error en el Ayuntamiento de Sevilla cuando comunicó, el pasado día 9, que el brote era en una fábrica de la provincia de Málaga". "El día 14 [el Ayuntamiento hispalense] rectificó y dijo que era de la fábrica de Sevilla y cuando nos comunicó la información, el día 15 activamos la alerta", ha explicado Bendodo, incidiendo en que la Consejería de Salud y Familias, ante dicha comunicación, "actúa con profesionalidad y con todos los expertos al frente".

"Aquí los políticos no caben y, por tanto, no vamos a culpar al Ayuntamiento de Sevilla de la situación pero la Junta actuó a las horas desde que el Ayuntamiento comunicara la alerta de seguridad alimentaria, que es su competencia", ha aclarado. Por su parte, el consistorio descarta que se haya producido algún error por su parte en el análisis de las muestras de carne mechada en las que se detectó la presencia de la bacteria listeria monocytogenes.

La empresa guarda silencio

"Antes de realizarse las analíticas en el Laboratorio municipal, estas muestras de carne fueron tomadas, etiquetadas, trasladadas y depositadas en sus instalaciones por parte del personal de la Administración autonómica sin que en las dependencias municipales existiera confusión alguna, mezcla o contaminación entre las mismas", defienden. 

Mientras tanto, la empresa sevillana Magrudis, fabricante de la carne mechada contaminada con la bacteria listeria, guarda silencio. La ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social en funciones, María Luisa Carcedo, ha aclarado en La Ser que la posible sanción a la compañía "vendrá a posteriori". "Después de ver, con serenidad, dónde se produjo el fallo". Profesionales del sector sanitario consultados por Vozpópuli aseguran que la investigación que determine los errores cometidos en la cadena durará meses.

La notificación al ministerio puede llegar por vía sanitaria o vía consumo y confluye en el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES)

Adrian H. Aginagalde, médico titular del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social (MSCBS) explica que el brote se podría haber evitado con una mayor adherencia a las medidas de seguridad alimentaria. "Se desconoce qué falló y se suelen tardar meses en completar la investigación", dice.

Según el experto, la notificación al ministerio puede llegar por vía sanitaria -a través de la Red Nacional de Vigilancia de la Salud Pública (Renave)- o vía consumo -mediante el Sistema Coordinado de Intercambio de Información (SCIRI)- y confluye a nivel estatal en el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES).

Lentitud de los procesos

"Quizá el problema es que el circuito de las enfermedades de declaración obligatoria es algo lento. Desde que un médico, infectólogo o microbiólogo notifica una sospecha, hasta que se desplaza el epidemiólogo de área y realiza la encuesta para remitirla a la delegación territorial y desde allí se pasa a la Renave se tarde bastante", detalla. Además apunta que es a nivel autonómico donde se deben gestionar las alertas con sus correspondientes redes y que la conexión entre los Hospitales (SAS) y Salud Pública (Consejería) es lenta.

"Salud Pública debería tener médicos epidemiólogos de guardia, pero en muchas CCAA no hay. Además, la mayoría de epidemiólogos de la Consejería son veterinarios, de forma que la gestión de la parte sanitaria resulta difícil y, al final, hay que montar el gabinete de crisis para agilizar la gestión entre personal de unidades administrativas y hospitales distintos", advierte.

Ni en Consumo ni en Salud Pública se sustituye al personal que está de vacaciones por otros de guardia"

Aginagalde señala que se debe informar al consumidor con rapidez. "Esa última parte parece no haber sido todo lo rápida que debería haber sido. Ni en Consumo ni en Salud Pública se sustituye al personal que está de vacaciones", insiste. Una vez llega la alerta a nivel autonómico, hay que verificarla y pasarla al CCAES si es que el producto puede haber sido distribuido por varias comunidades. Como ha ocurrido en el caso del brote de listeriosis en Andalucía.

"En ese momento el CCAES evalúa si es un evento de salud pública de importancia nacional (ESPIIN). Para entonces, a través de SCIRI, todas las autoridades de consumo de las CCAA habrán recibido la alerta y se habrá retirado el producto", especifica.

Errores en la cadena

Según el médico, hay brotes de esta enfermedad todos los años. "Los más recientes han sido asociados al uso de leche cruda en el País Vasco, pero también somos receptores de alertas, es decir, de productos afectados de otros países", recuerda. Entre 1997 y 2015, añade, ha habido 5.697 ingresos por listeriosis y la tendencia parece creciente.

"La listeriosis no se transmite por contacto, sino por ingesta o vía vertical (embarazo). Puede seguir habiendo casos, dado que el periodo desde que se entra en contacto con la enfermedad hasta que se desarrollan síntomas es muy largo, dura hasta 70 días", avisa. El portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), Julio García Rodríguez, coincide en que el período de incubación de esta enfermedad varía desde unos días a más de un mes, por lo que podrán seguir apareciendo casos.

"Los controles biológicos en las empresas son muy estrictos y en este caso han fallado. Se ha producido un error en la cadena, pero aún no se puede saber qué ha ocurrido con exactitud", dice. García explica que España dispone de una buena seguridad alimentaria, pero que la seguridad "nunca se puede garantizar al 100%".

"Depende del grado de contaminación de la carne, que no debió ser el mismo en todos los lotes, y también del tipo de paciente. En la población de riesgo, como fetos, recién nacidos o enfermos crónicos, la tasa de mortalidad de la listeriosis es alta", advierte. Sin embargo, García llama a la "tranquilidad": "Si no has comprado ni consumido carne mechada de esa marca en concreto, no tienes riesgo".

OCU denuncia falta de información

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) se ha sumado a las críticas a las autoridades y ha exigido a la Junta de Andalucía y a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria que proporcionen información clara y precisa sobre el alcance del brote y los establecimientos que han vendido el producto a los consumidores.

La organización lamenta la escasa información proporcionada hasta ahora, que no permite a los consumidores conocer si pueden estar afectados o no por haber consumido la carne contaminada

La organización lamenta la escasa información proporcionada hasta ahora, que no permite a los consumidores conocer si pueden estar afectados o no por haber consumido la carne contaminada, en especial aquellos que la han consumido en establecimientos de restauración. "Esta falta de información provoca incertidumbre entre los consumidores y pude dificultar la detección y tratamiento rápido de los posibles afectados", denuncian.

Además, la OCU exige responsabilidades a la empresa por los daños causados a los cientos de afectados por la intoxicación y recomienda a las personas afectadas que acudan a su centro de salud o centro hospitalario de urgencias, a fin de que les valoren y emitan un informe médico para poder obtener la correspondiente indemnización por los daños sufridos.

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