La intentona secesionista catalana ha unido a Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. El líder del PSOE telefoneó, con siete días de retraso, al presidente del Gobierno para mostrarle su apoyo en el rechazo a la celebración del reférendum ilegal que impulsan las fuerzas secesionistas catalanas. Una conversación 'normal y fluida', según fuentes de Moncloa, que evitaron informar sobre la duración de la llamada.
Rajoy siente un rechazo profundo y visceral hacia el líder del PSOE. Un sentimiento recíproco. En Moncloa no se fían de cómo vaya a conducirse en un futuro, de ahí el alivio con el que se saludó la conversación telefónica. "Se ha mostrado en la misma línea que la Gestora", saludaban en el equipo del presidente. Una noticia positiva en una situación enrevesada y con visos de empeorar, añadían.
"Ha sido muy tranquilizador", comentó asimismo la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, al ser preguntada por las declaraciones a Cope de José Luis Ábalos, número dos del 'nuevo PSOE', quien se había mostrado muy beligerante con el proyecto secesionista de la Generalitat. Ábalos también le sugirió al Gobierno que convoque a las fuerzas constitucionalistas para unir fuerzas frente al desafío de Puigdemont. Una idea que el Gobierno estudiará y posiblemente pondrá en marcha de acuerdo con la evolución de los acontecimientos.
La vicepresidenta rebaja la tensión
Rajoy está decidido a crear una línea de comunicación expedita con Sánchez y con Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, en previsión de lo que pueda ocurrir en las próximas fechas en Cataluña. Sáenz de Santamaría intentó este lunes relajar el tono de los mensajes emitidos en estos últimos días desde el Gobierno, que hablaban abiertamente de 'golpe de Estado'.
La vicepresidenta dio a entender que toda esta fase del 'proceso' es una engañifa de Puigdemont que concluirá en la convocatoria de elecciones anticipadas. Hay tufillo electoralista en todas estas amenazas, vino a explicar la vicepresidenta en su improvisada rueda de prensa. No todos en Moncloa piensan igual. "Cuando el 9N se hartaron de explicarle a Rajoy que no habría urnas, y las hubo", señalan.
Sáenz de Santamaría dio a entender que toda esta fase del 'proceso' es una engañifa de Puigdemont que concluirá en la convocatoria de elecciones anticipadas. Pero no todos en Moncloa piensan igual
La llamada telefónica de Pedro Sánchez no ha despejado los recelos de Mariano Rajoy hacia el líder del PSOE. Fue una charla 'normal y fluida', según Moncloa. Aséptica y estrictamente ceñida al guión, según comentan fuentes que acompañan al presidente del Gobierno en su viaje a Portugal. "Hablamos cuando tengas un minuto", rezaba el sms enviado por Rajoy el pasado lunes, hace siete días. "Hablaremos cuando él tenga un minuto", repitió este sábado en Sitges. La respuesta no llegaba.
Sánchez no llamaba. Se tomó siete días hasta que descolgó el teléfono. Fue el PSOE quien desveló la llamada. Moncloa justificó la actitud del líder socialista en que quizás el mensaje se envió a un telefóno que ya no está operativo. Ferraz argumentaba que el móvil del secretario general estaba a reventar con felicitaciones por las primarias y seguramente 'se les despistó' el texto de Moncloa.
El presidente no espera gran cosa de sus relaciones con Sánchez, de quien apenas se fía. Tiene la esperanza de que mantenga, eso sí, los mismos criterios de la Gestora con relación a los asuntos de Estado. La primera respuesta de Sánchez ha sido acertada. "A ver lo que dura", dicen estas fuentes.
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