Mariano Rajoy emprende este fin de semana en Valencia una intensa serie de desplazamientos por toda España. Recuperar el voto territorial perdido en las autonómicas es objetivo prioritario del PP. Cada fin de semana, un viaje. Ahora, Valencia. El anterior fue Pontevedra, la apertura del curso. El próximo será Zaragoza. Barcelona, después de la Diada y días antes del referéndum. Cada fin de semana, un acto de Rajoy. El partido, en actividad frenética, casi en campaña. Vendrán luego los festejos por el 40 aniversario, otra oleada de actos, charlas, reuniones y actividades hasta final de año.
En el Congreso Nacional celebrado en febrero, Rajoy pidió a su dirección que engrasara la maquinaria de cara a ese importante reto de las autonómicas y locales de 2019. En eso están. En este primer semestre, los populares han celebrado congresos regionales y provinciales en toda España, han renovado sus cúpulas, han rejuvenecido sus cargos y se disponen a librar esa gran batalla de volver 'llenar de azul' el mapa político nacional.
La Comunidad Valenciana acoge desde este viernes la reunión interparlamentaria del partido. Diputados nacionales, autonómicos y europeos aterrizan en la región que fue símbolo y baluarte del partido y ahora es un tremendo costurón sin cerrar. Sendas gestoras gobiernan el PP de Valencia tanto a nivel provincial como en la capital. Génova ni siquiera permitió que se celebrara el congreso previsto en la provincia para antes del verano. Demasiadas divisiones internas, excesivos pulsos camuflados.
Una vicepresidenta y cinco ministros
El volcán de la corrupción dejó en la zona un cráter descomunal todavía incandescente. Isabel Bonig, líder del PP regional, recibe con optimismo este aterrizaje masivo de su partido, como un respaldo a sus desesperados esfuerzos por llevar a cabo la necesaria regeneración que se antoja imposible. "En ese PP levantino hay demasiado pasado, demasiadas familias, demasiadas puñaladas", comentaba hace unos días un alto dirigente de Génova.
Cinco ministros, con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría al frente, y el vértice de la organización de Génova, con Dolores Cospedal y Fernando Maíllo a la cabeza, lideran este despliegue que pretende relanzar la imagen del PP en una comunidad que antaño fue símbolo y ahora se ha convertido casi en una rémora. "Necesitamos Valencia, necesitamos recuperar la región", señalan las fuentes consultadas. "El PSOE está peor que nosotros, muy perjudicado por su pacto con Compromís. Y Ciudadanos vive de escisión en escisión. Tenemos una oportunidad", afirman.
"En ese PP levantino hay demasiado pasado, demasiadas familias, demasiadas puñaladas", comentaba hace unos días un alto dirigente de Génova
Cataluña será, por supuesto, eje de buena parte de los mensajes de los intervinientes, con un cierre de Rajoy previsto para la mañana del sábado y que se anuncia firme y tajante frente al secesionismo y en ferviente apoyo a la unidad de España. De aquí al 1-O, el PP tiene la mirada puesta en Cataluña.
Zaragoza lo acogerá el fin de semana próximo
La intermunicipal llevará a los alcaldes populares a Zaragoza. Recuperar Madrid, Valencia, Cádiz, Valladolid es el objetivo. Se trata de núcleos tradicionalmente del PP y perdidos en el terremoto amargo de 2015. Desde Zaragoza se mirará también hacia la región catalana, sacudida por los vientos del plebiscito ilegal.
Para redondear el despliegue, la escuela de Verano del PP tendrá lugar este año en Cataluña. El monotema, como dicen en Génova. "No hay nada más importante salvo, desde luego, la seguridad pública y seguir avanzando en la recuperación económica", resumen en Génova los tres puntos cardinales de la formación. El PP ha arrancado ya su carrera hacia la cita electoral de 2019. Rajoy sabe que el resultado de regionales y locales será clave en lo que tenga que ocurrir en las generales.
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