Política

Marruecos da largas a Sánchez sobre la reapertura de las aduanas fronterizas: "Por parte española está todo hecho"

El presidente del Gobierno reconoce, de manera velada, que es Rabat quien debe aceptar: "Espero ya que pronto, podamos tener avances significativos en esta cuestión"

Marruecos da largas una vez más al Gobierno sobre la reapertura de las aduanas fronterizas en Ceuta y Melilla. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reconocido este miércoles en Rabat de manera velada que son los marroquíes quienes deben aceptar: "El grupo de trabajo, por la parte española, todas las tareas están hechas. Y ha sido una de las cuestiones que hemos tratado en nuestra reunión con el gobierno de Marruecos. Hemos quedado en que pronto va haber una reunión entre ambos gobiernos para clarificar cuál va a ser la normativa de aduanas. Y espero ya que pronto podamos tener avances significativos en esta cuestión".

Los esfuerzos de Sánchez por tener las mejores relaciones posibles con el reino alauí no están dando sus frutos. Y eso que el Ejecutivo de coalición prometió que las aduanas de Ceuta (que implicaría una de nueva creación) de y Melilla serían una realidad a principios de 2023 pero en lo que vamos de 2024 sigue sin haber avances y Marruecos sigue alegando "problemas técnicos" para mantener sine die su cierre.

Han pasado ya 21 meses desde que Moncloa, de manera unilateral y sin consulta al Parlamento, diera su apoyo a las tesis marroquíes sobre el Sáhara Occidental. Pero en todo este tiempo, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, solo ha recibido desplantes. Cabe recordar que el pasado mes de diciembre, su homólogo marroquí, Naser Burita, deslizó en rueda de prensa conjunta que la apertura de las aduanas de Ceuta y Melilla "no es un problema de compromisos o político, es un problema de implementación técnica" después de que Albares dijera justamente lo contrario: que por parte de España "todo esta listo"; la misma tesis expuesta este miércoles por el presidente del Gobierno.

Sánchez se ha visto esta tarde con el rey de Marruecos después del plantón por vacaciones que le dio hace justo un año. Aunque este verano, en agosto, el presidente del Gobierno se desplazó en visita privada con su familia al país vecino. Fuentes diplomáticas no descartaron entonces que el líder socialista se hubiera visto con el monarca. En Marruecos se celebraron las opciones de Sánchez de formar gobierno tras el 23 de julio, porque se aseguraron de que la correlación de fuerzas sobre el Sáhara y la postura española no cambiarían.

El cambio de postura de Moncloa respecto al Sáhara, orquestado por el PSOE sin consenso político alguno con el resto de fuerzas políticas, reconoce la soberanía alauita sobre la excolonia española, ya que ve el plan marroquí de autonomía como la propuesta más creíble para resolver el conflicto contra la posición del Polisario, que quiere un referéndum de autodeterminación bajo el amparo de Naciones Unidas. Ese giro de Sánchez a la política exterior, competencia exclusiva del jefe del Gobierno, provocó una seria crisis en la coalición. El tema es sensible en la izquierda española.

La propia Yolanda Díaz atizó en su momento al presidente por el giro del PSOE, que calificó como "incoherente". La vicepresidenta segunda denunció la opacidad con la que, creía ella, Pedro Sánchez tomó esa decisión. Para más inri, los socialistas evitaron en febrero del año pasado una investigación sobre supuestos sobornos de Marruecos en la Eurocámara por indicación del titular de Exteriores, José Manuel Albares.

En Moncloa está instalada política de no molestar a Marruecos. Las relaciones con el país vecino no acaban de carburar pese al cambio de postura sobre el Sáhara. En verdad, Madrid ha cedido ante Rabat no solo con el Sáhara, también con Ceuta, Melilla e incluso con la política gasística. Lo cierto es que España ha renunciado a que las dos ciudades autónomas adquieran a ojos del escenario internacional el mismo estatus que los territorios peninsulares.

Y es que cabe recordar que Ceuta y Melilla ni están dentro de la OTAN, ni se benefician de Schengen, el espacio de libre circulación de bienes y personas de la Unión Europea. Es más, Madrid no quiere que la agencia europea de fronteras (Frontex) despliegue a sus efectivos porque no quiere que Marruecos monte un numerito en forma de salto masivo.

España ha dejado claro que le interesan más las relaciones con Marruecos que con Argelia. Como contó este diario, ex altos cargos diplomáticos del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero explican que a Madrid le unen muchos más lazos, económicos, políticos, de seguridad y defensa y territoriales con Rabat que con Argel. La guerra en Ucrania amenazó con provocar un movimiento masivo de migrantes hacia Europa y el control de fronteras y de flujos se antoja fundamental. 

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación
Salir de ver en versión AMP