Fernando Maura fue ayer destituido del Comité Ejecutivo de Ciudadanos en contra de su voluntad, aunque aceptó de forma disciplinada la decisión de Albert Rivera de prescindir de él. Liberado del deber de confidencialidad que exige estar dentro del sanedrín naranja, este veterano político vasco que ha pasado por el PSOE, PP, UPyD y ahora Ciudadanos acepta hablar con Vozpópuli de su voto rebelde en junio y su deseo de que naranjas y socialistas acerquen posturas tras la fallida investidura de Pedro Sánchez.
De los cuatro miembros del Comité Ejecutivo que en junio se posicionaron a favor de abrir una negociación con Sánchez para facilitar su investidura, el voto más inesperado fue el del citado Maura, encargado del área de Exteriores dentro de la formación naranja hasta ahora.
De Maura se conocía su carácter rebelde allí por donde ha pasado, pero hasta el momento había sido un fiel escudero de Albert Rivera. Por ejemplo, en la votación de abril sobre el fichaje de la popular Silvia Clemente para encabezar la candidatura de Cs en Castilla y León no hubo unanimidad en la Ejecutiva naranja pero los cuatro votos en contra fueron los de Toni Roldán, Luis Garicano, Francisco Igea y Javier Nart.
Tras la sorprendente dimisión de Roldán en vísperas de la Ejecutiva de junio, tanto Nart como Garicano plantearon que se volviera a votar la decisión unánime de no facilitar en ningún caso la investidura de Sánchez. Y junto a los votos disidentes de Garicano, Nart e Igea apareció el de Maura, quien lejos de airear la peor crisis interna del partido naranja, prefirió aceptar entonces la decisión mayoritaria de sus compañeros y se negó a hacer la guerra dentro de Cs o abandonar la Ejecutiva como hizo Nart. De poco le sirvió, pues un mes más tarde le han enseñado la puerta de salida.
Actitud "muy proactiva"
"Estoy tranquilo, desde luego", relata a este medio. "He tenido una actividad de cuatro o cinco años con Ciudadanos desde que aposté por una convergencia entre Cs y UPyD, que era el partido por el que estaba en el Parlamento Europeo", rememora Maura, quien ha mantenido una "actitud muy proactiva" con Rivera, aunque este le colocó muy atrás en la lista de las europeas del 26-M y hace dos meses se quedó sin cargo público al igual que Orlena de Miguel, otra de las damnificadas ayer ante la nueva Ejecutiva que ha diseñado Rivera a su medida.
Maura mantiene, al igual que el 'Financial Times' y el exfundador Francesc de Carreras, que se puede mirar con otros ojos a Sánchez aunque su nivel de exigencia al presidente del Gobierno en funciones es muy alto. En primer lugar, opina que al líder del PSOE le toca tomar la iniciativa y "abrirse a un tipo de relación con el centro-derecha una vez que considera que la vía de Podemos está cerrada".
Eso sí, reclama que Sánchez no se quede en la mera exigencia de la abstención por el bien del país sino que debe acompañarlo, a su juicio, "de un proyecto concreto que pudiera llegar a los partidos de centro-derecha a reconsiderar su opinión".
La "línea roja" de Navarra
¿En qué puede consistir este proyecto? Para Maura hay una "línea roja muy importante" y es que no se consolide el pacto en Navarra del PSOE con Geroa Bai, Podemos, IU y que requiere de la abstención de Bildu, una situación que es "peligrosísima" y que de prosperar, enterraría cualquier acercamiento entre socialistas y naranjas. "Si lo de Navarra se consolida, creo que estaríamos muy lejos de un posible acuerdo", advierte.
Junto a esa exigencia sobre la Comunidad foral, el ya exdirigente de Cs pide al líder del PSOE que tenga "algún tipo de compromiso" de que no habrá indulto a los presos catalanes del procés una vez se conozca la sentencia y, presumiblemente, lo pidan los condenados.
Aquí lo que tiene que haber es algo que acompañe una decisión de esta envergadura y que ayude a los partidos del centro-derecha a que tengan una posición distinta"
Y la tercera parte de la oferta que, a su juicio, Sánchez debería entregar a Rivera para negociar su investidura es una política económica y fiscal que sea acorde con "los parámetros de la UE", es decir que el nuevo Gobierno no incurra en un déficit público que no esté apoyado por los ingresos. También plantea el objetivo de reducir el gasto de las administraciones para que baje la deuda pública, que está "en niveles muy altos", cerca del 96% del PIB.
"Ese tipo de cosas ayudaría, en mi opinión, a intentar reconsiderar (el 'no es no' de Cs al líder del PSOE). Sánchez tendría que dar el primer paso. No vale con decir que Ciudadanos se abstenga y luego que haga la política que quiera: aquí lo que tiene que haber es algo que acompañe una decisión de esta envergadura y que ayude a los partidos del centro-derecha a que tengan una posición distinta", concluye Maura.
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