El Gobierno español tiene prepara un 'plan B' para hacer frente a un posible desastre en las negociaciones entre la UE y el Reino Unido para aplicar el brexit. Theresa May, la primera ministro británica ha reconocido que no tiene tal plan. Tampoco en Bruselas tiene claro qué habría de hacerse en el caso de que el Parlamento británico dinamite el protocolo de salida dan difícilmente alcanzado.
El Ejecutivo español, sin embargo, sí ha perfilado un plan de salida para afrontar el posible 'cerrojazo' que se produciría se llega a esa situación. Al menos eso es lo que dicen en el Palacio de Santa Cruz. "Tenemos un plan B muy detallado, que habrá de pulirse según vayan sucediendo los acontecimientos", comentan fuentes diplomáticas españolas, que mantienen enorme reserva sobre esta cuestión.
Paraíso fiscal y contrabando
El equipo que ha negociado el brexit tiene ultimado un plan de acción, una respuesta en el caso de que los problemas domésticos de May conduzcan al Reino Unido a una especie de 'salto al vacío', según comentan las fuentes españolas. El acuerdo para poner en marcha un brexit más bien 'suave', ha desatado una intensa batalla política en el seno del Gobierno británico, anticipo del terremoto que se espera en su paso por el Parlamento. Será en ese momento cuando más en riesgo esté la supervivencia del pacto y cuando habría que explorar soluciones alternativas.
Gibraltar ha centrado el interés de la parte española. Finalmente se logró alcanzar un protocolo que incluye cuatro memorándum sobre todo tipo de cuestiones, desde las laborales, pesca, contrabando, seguridad, infraestructuras. También hay un apartado especial de Hacienda, para acabar con el paraíso fiscal en que se ha convertido el Peñón.
Carmen Calvo ha coordinado los trabajos de la parte española tanto con la UE como, en especial, con el Gobierno británico. La vicepresidenta del Gobierno estaba al frente de un equipo de operaciones integrado por ocho ministerios que reportaban directamente con Moncloa. Las líneas maestras se trazan desde Exteriores. Sánchez ha mantenido el mismo grupo negociador que ya estaba con Alfonso Dastis, el jefe de la diplomacia española en tiempos de Rajoy.
Posición de debilidad
Desde el PP, sin embargo, se ha criticado en forma muy vehemente el resultado final de las negociaciones. Los populares consideran que se ha desperdiciado una ocasión única, una situación de preponderancia sin precedentes para poner sobre la mesa la cuestión de la cosoberanía. "Durante las negociaciones, teníamos todo el respaldo de la UE y Londres aparecía en una situación de debilidad como no volverá a estarlo", señalan en el PP. "Es como cuando un delantero la pifia y falla el gol a portería vacía, así lo han hecho Sánchez y Calvo", añaden.
En el caso de que el acuerdo estalle, la posición española se vería particularmente afectada ya que Gibraltar, junto a Irlanda y Chipre, son tres casos especiales en esta marco negociador. "Estaríamos mucho peor, porque en estos meses hemos avanzado como no se había hecho en años", señala el secretario de Estado de la UE, Marco Aguiriano, muy satisfecho con el resultado de protocolo gibraltareño.
En círculos diplomáticos españoles no se comparte plenamente este criterio. "Si el acuerdo de aplicación del brexit salta por los aires, el Reino Unido dejará de ser miembro de la UE y Gibraltar, también. El Peñón quedaría en una situación imposible, ya que los gibraltareños votaron contra el brexit, y necesitan seguir siendo europeos, apuntan. Esto nos beneficiaría a la hora de negociar, según esta versión.
La postura del Gobierno español es otra. De momento, aguarda al desarrollo de los episodios en Gran Bretaña. Si todo se desvanece, será cuando se ponga en marcha este 'plan B'. Algo que, a estas alturas, ni Theresa May ni los mandatarios de Bruselas tienen previsto.
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