Una vez que había pronunciado sus dos discursos, su presencia en el Hemiciclo ya no tenía sentido. Así explica el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, por qué decidió abandonar el Palacio del Congreso de los Diputados para disfrutar hasta la noche de una larga sobremesa en un restaurante cercano, mientras los partidos debatían la moción de censura que le desalojó de La Moncloa.
El bolso de la vicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría apoyado sobre el sillón de su escaño se convirtió en un icono gráfico de aquella jornada que abrió las puertas del Gobierno a Pedro Sánchez. Ahora, en plena negociación para la investidura del socialista, el exjefe del Ejecutivo narra cómo vivió aquellas horas en un adelanto de su libro de memorias 'Mariano Rajoy, una España mejor' (Plaza y Janés) que ha facilitado al diario El País.
"El jueves 31 de mayo de 2018, cuando salí hacia el Congreso de los Diputados, sabía, con toda certeza, que aquel iba a ser mi último debate parlamentario", asegura en un extracto publicado este sábado por el diario de Prisa. "Intuí que la moción de censura iba a prosperar casi desde el mismo momento en que se presentó", revela.
El entonces líder de los populares asegura que tras terminar sus dos intervenciones desde la tribuna de oradores, su "papel en aquel debate había concluido". "Había defendido a mi Gobierno, a mi partido y a mi persona de la mejor manera que supe y nada más podía hacer allí. Ahora era el candidato quien se convertía en protagonista de la sesión al debatir con el resto de los grupos el apoyo para su candidatura", argumenta.
Así que como su presencia era "ociosa", ya había "anunciado" su intención de no quedarse a la sesión vespertina como ya hizo cuando Podemos presentó meses antes la moción fallida. "Pude haberme ido a casa, pero algunos compañeros propusieron montar una comida, algo que hacíamos habitualmente después de un debate parlamentario importante. Aquel día yo lo agradecí. Ellos quisieron acompañarme y yo también prefería estar acompañado", relata.
"Pude haberme ido a casa, pero algunos compañeros propusieron montar una comida, algo que hacíamos habitualmente después de un debate importante"
Rajoy recuerda cómo "alguien escogió un restaurante cercano [el Arahy] y allí nos plantamos María Dolores de Cospedal, Fátima Báñez, Dolors Montserrat, Íñigo de la Serna, Rafael Hernando y yo". "Podían haber sido otros, pero la casualidad quiso que fueran ellos, no hay razones políticas", matiza.
"Pasamos una larga sobremesa que solo se interrumpió cuando María Dolores de Cospedal regresó al Congreso para desmentir una vez más los rumores sobre mi posible dimisión que algunos insistían en difundir. En aquella sobremesa me localizó Andoni Ortuzar para anunciarme lo que ya sabía y no me llegaron más mensajes porque la cobertura de teléfono era pésima", remata.
El exjefe del Ejecutivo permaneció allí durante horas. Y cuando se empezó a correr la voz de dónde se encontraba mientras la sesión proseguía en la Cámara Baja, decenas de periodistas y curiosos tomaron la puerta del restaurante, por donde acabó saliendo flanqueado por sus escoltas hacia las diez de la noche. Además de reflexionar sobre la figura de David Cameron y la utilidad de los referéndums, detalla cómo fue la despedida con los trabajadores del Complejo de La Moncloa y el traslado a su domicilio en Aravaca.