Política

Moncloa ajusta cuentas con Ciudadanos: "Paga el coste de no entrar en el Gobierno"

PP y Cs cierran una semana infausta para el pacto Rajoy-Rivera, que está en su peor momento desde la investidura. El Ejecutivo se dice dispuesto a cumplir sus compromisos, pero matiza que no suma mayoría absoluta con el partido naranja y explica que todo es más difícil gobernando en solitario.

El Gobierno no cree que esté siendo desleal con Ciudadanos, su "socio principal", y tampoco considera que la relación entre ambos se haya deteriorado tras los choques de esta semana. Son gajes del oficio, algo "normal" en las "relaciones políticas", como explicó el ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo. La asociación pasa ahora por un bache como consecuencia de las tensiones en Murcia y de las resistencias de Mariano Rajoy a desarrollar el pacto anticorrupción que firmó con Albert Rivera en agosto. Ya vendrán tiempos mejores, opinan los populares: Al líder emergente "se le bajarán los humos", entenderá que los tiempos del Gobierno y del PP son los adecuados y las aguas volverán a su cauce.

La reacción que está experimentado Cs ahora, razonan fuentes de Moncloa, es la propia de un partido que no ha ejercido el poder. "Está pagando el coste de no entrar en el Gobierno", exponen: "No pueden participar directamente de las decisiones y tampoco disponen de todos los elementos de juicio para comprender por qué se hacen unas cosas u otras". En este sentido, señalan directamente a Rivera, que en 2015 determinó que Ciudadanos solo negociaría pactos de investidura autonómicos y municipales con otros partidos y no formaría parte de ningún Ejecutivo que no liderara. La misma línea siguió luego a nivel nacional.

La formación naranja se limitó a a ofrecer apoyo externo a los presidentes de Andalucía, Madrid, Castilla y León, La Rioja y Murcia a cambio de un paquete de condiciones, estrategia que plasmó también en los consistorios donde fue decisivo. Al abrirse a negociar la investidura de Rajoy, un año después, estableció idéntica línea roja: no participar en un Consejo de Ministros presidido por el líder del PP. Sí hubieran entrado en un Gobierno de concentración con populares y socialistas que excluyera a Rajoy, pero esa solo fue una posibilidad en la mente de Rivera.

El Gabinete de Rajoy cree que Ciudadanos puede estar arrepintiéndose de haberse negado a ocupar algunos ministerios

"Las diferencias que están surgiendo se salvarían mejor si hubieran entrado en el Gobierno", subrayan desde Presidencia. ¿En el nacional o en el murciano? "En los dos". Con la responsabilidad de dirigir algunos ministerios/consejerías y con la información de participar en las deliberaciones del Consejo de Ministros/Consejo de Gobierno, vienen a argumentar, las cosas "serían distintas". Pero no es así, y Ciudadanos aprieta desde fuera para que los pactos se cumplan en sus términos y en sus plazos. En Murcia, la alianza ha volado por los aires y puede acabar en moción de censura. En la Carrera de San Jerónimo, se tambalea: cuatro de las seis exigencias que Rivera le puso a Rajoy antes de sentarse a negociar están paralizadas y sin visos de salir adelante. Por eso, Cs comienza a mirar a la izquierda para impulsarlas por su cuenta.

"Cumpliremos"

Moncloa y Génova garantizan cada vez que tienen oportunidad que cumplirán con el acuerdo, pero añaden que necesitan negociar cada medida con otros partidos y algunas, las que requieren reforma constitucional, con casi todo el arco parlamentario. No parecen estar encajando bien el empuje de Ciudadanos, que se ha plantado ante los incumplimientos en Murcia y empieza a hacerlo también en el Congreso. "La sangre no llegará al río", pronosticaba el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maíllo, este viernes en Onda Cero.

El mismo diagnóstico realizan en el Gobierno, donde añaden la explicación de que esta crisis es culpa de la decisión de Rivera de no implicarse en la gestión. "Mariano Rajoy propuso el 21 de diciembre de 2015 formar un Ejecutivo de coalición PP-PSOE-Ciudadanos que hubiera sido lo mejor para España y todos lo rechazaron", apuntan. Igualmente, el jefe del Ejecutivo planteó en verano a Cs formar un bipartito, cosa descartada de plano por un Rivera que ahora sufre las consecuencias: ya dio el 'sí' a Rajoy y ahora no tiene modo de impulsar el acuerdo de investidura ni de castigar al Gobierno si cree que incumple. Su única salida es fiarse de la buena voluntad del Ejecutivo o articular pactos con la izquierda difíciles de materializar y también de vender ante su electorado.

Moncloa pone al mismo nivel el pacto con el partido naranja que los que firmó con Coalición Canaria, UPN y Foro Asturias

Es esta última circunstancia la que le hace al PP estar seguro de que Rivera no pasará de la escenificación. Mientras tanto, Génova y Moncloa encajan con indisimulado fastidio sus presiones y críticas y pierden pocas ocasiones de soltar una pulla a los naranjas. Pese a los rumores, no ha habido llamada de Rajoy a Rivera para tranquilizarle y compensar las declaraciones públicas que estos días han emitido sus lugartenientes. Lo confirmó Méndez de Vigo en su comparecencia semanal, poco después de garantizar que el Ejecutivo desarrollará el acuerdo de investidura -"somos serios y responsables"-. El que tiene rubricado con Cs, pero también lo que acordó "con otros partidos, con Coalición Canaria, con UPN, con Foro Asturias". Poner uno y otros pactos al mismo nivel es solo el último desdén del socio grande al socio pequeño.

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