Balones fuera. Moncloa ha cerrado todas las vías de comunicación para proteger al ministro de Fomento, José Luis Ábalos, tras su reunión secreta con la vicepresidenta de Venezuela en el aeropuerto de Madrid. La exclusiva de Vozpópuli ha alcanzado una dimensión internacional, porque Delcy Rodríguez es una de las personas del régimen de Nicolás Maduro sancionada por la UE y teóricamente no puede pisar territorio europeo.
El Gobierno ha optado no dar una sola explicación sobre la agenda de este encuentro, que tuvo lugar en la madrugada del lunes en el avión privado de Rodríguez y que se prolongó durante una hora y media. La oposición ha salido en tromba a reclamar explicaciones a Ábalos. El ministro negó la reunión durante varios días, pero no tuvo más remedio que admitirla tras la información publicada por este diario.
El silencio es la forma que Pedro Sánchez y su jefe de gabinete, Iván Redondo, han elegido para salvar a Ábalos, un referente del Consejo de Ministros y una persona clave en el PSOE, donde ocupa la secretaría de Organización. La prioridad es capear el temporal.
Mentiras y varias versiones
Ábalos ha admitido que tuvo "un saludo forzado por las circunstancias" con Rodríguez después de varios días negando incluso que la número dos de Maduro hubiera pasado por España. El ministro de Fomento ha dicho que se enteró se su presencia poco antes del aterrizaje. La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ha pasado de puntillas por la polémica a preguntas de la prensa en Marruecos.
"Él (Ábalos) ha explicado que no ha tenido una conversación, no ha tenido un debate con la vicepresidenta de Venezuela, que en todo caso no entró en la Unión Europea a través de España porque no puede, visto que está sometida a sanciones internacionales", ha dicho. "El ministro Ábalos ha sido bastante claro y bastante transparente".
Los nervios de Ábalos el jueves por la noche eran evidentes. Y respondió casi desafiante a un periodista. Sánchez, que ha visitado Fitur este viernes, ha declinado atender a la prensa. De hecho, la seguridad del presidente ha impedido a los periodistas acercarse al presidente durante el recorrido que ha hecho por varios stands de la feria.
Las distintas versiones que ha ofrecido el entorno de Ábalos hablan de un encuentro casual, que resulta difícil de creer. Según El País, que cita fuentes policiales, Ábalos subió al avión para convencer a Rodríguez de que no entrase en España. Y sostiene que las 14 horas que pasó la número dos de Maduro en Barajas sirvieron como escala para el descanso de la tripulación. El titular de Fomento tiene programada una entrevista el domingo en el El Objetivo de La Sexta.
La falta de explicaciones del Ejecutivo y del propio Ábalos han alimentado los rumores sobre el contenido de la reunión de Barajas. Sánchez llegó a reconocer a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, pero ahora se ha negado a recibirle durante su visita a España.
Guaidó, Podemos y Morodo
Sánchez lidera ahora un Gobierno de coalición con Podemos, que ha defendido abiertamente la legitimidad de Maduro frente a la de Guaidó. Además, el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero es una de las personas más cercanas a Maduro y ha tratado de mediar entre el régimen y la oposición durante los últimos años.
Y en medio de todo este embrollo diplomático está el caso que afecta al ex embajador español en Caracas Raúl Morodo. La investigación es de una supuesta trama de blanqueo de dinero procedente de Petróleos de Venezuela (PDVSA). Morodo, hombre de confianza del ex ministro de Defensa José Bono, fue embajador durante el primer Ejecutivo socialista de Zapatero.
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