El equipo de asesores que trabaja para Pedro Sánchez en La Moncloa, liderado por Iván Redondo, mira con preocupación el futuro del Ejecutivo. Además de la debilitad parlamentaria del Gobierno, los juicios abiertos contra Podemos, sobre todo el que afecta a la financiación del partido, están siendo analizado con atención. “La Moncloa maneja sondeos que apuntan a que la ciudadanía quiere que alguien dé la cara por la investigación sobre Podemos. Y el silencio les está molestando, porque temen que acabe afectando a Sánchez”, señalan fuentes del Gobierno en conversación con Vozpópuli.
El malestar en sectores de Moncloa hacia Podemos ha ido in crescendo. Antes del verano, como desveló este diario, Sánchez y sus asesores frenaron los ataques de Iglesias a Felipe VI, dejándole por otro lado libertad de maniobra contra el emérito Juan Carlos I. En esa situación complicada, Redondo y sus colaboradores plantean cambios en el Ejecutivo. Y aspiran, esta vez de acuerdo con algunos ministros, a reducir la fuerza de su aliado incluso entre los suyos.
Fuentes de Podemos señalan a figuras como Yolanda Díaz, la ministra de Trabajo, como posible álter ego del propio Pablo Iglesias. “Yolanda va por libre”, aseguran en Unidas Podemos, donde revelan que la caída electoral de julio en Galicia y el desencuentro de la ministra con miembros destacados de la cúpula de Podemos, como desveló Vozpópuli, han creado una brecha interna que puede ir a más.
En el partido morado, por otro lado, Iglesias tiene un control casi absoluto de sus dirigentes. El partido es más pablista que nunca. Pero en algunos territorios, como Castilla-La Mancha, parte de Cataluña y La Rioja, persisten sectores dispuestos a cuestionar las líneas estratégicas de la cúpula. En esos territorios se encuentran militantes que denuncian pucherazos en las primarias. En La Rioja el asunto ha llegado a los tribunales, y en Cataluña se respira un aire de calma antes de la tormenta.
La Rioja es el único territorio en el que Unidas Podemos cogobierna con el PSOE. En esa región, la presidenta socialista Concha Andreu, muy afín al presidente Sánchez, ha remarcado su liderazgo también en el partido a través de unos cambios en su Ejecutivo. Andreu también ha decidido reforzar a Podemos, que ha logrado más competencias. En ese "laboratorio" se estrena una novedosa entente: el sanchismo aliado de un segmento de Podemos crítico con su líder.
Sánchez confía en los 35 diputados de Podemos para los próximos meses. Pero sus asesores consideran que, en la delicada situación procesal del partido morado (con una peligrosa investigación sobre la financiación), hace falta alimentar liderazgos alternativos al del secretario general.
"Espacio político que no se va a esfumar"
“Sánchez sabe que existe un espacio político ocupado por Podemos que no se va a esfumar. Entendió esto antes que otros socialistas ilustres. Y con ese espacio quiere dialogar para gobernar juntos, pero ahora su interés es segmentar el liderazgo de Iglesias”. Se trata, en definitiva, de debilitar a su aliado para que en las futuras negociaciones, desde los Presupuestos hasta las reformas estructurales pactadas con Bruselas, Iglesias tenga más difícil lanzar ultimátum.
La táctica de Moncloa, que algunos en el PSOE califican de “House of Cards” (la serie estadounidense sobre las artimañas ocultas de la política), propone un desgaste planificado del líder de Podemos afianzando los segmentos de su propio partido que le cuestionan. Y sobre todo prepara el terreno para un desenlace judicial que genera inquietud y que podría obligar de aquí a un año a Iglesias a alejarse de la primera línea. “Y si en Podemos no están preocupados, deberían estarlo”, zanjan miembros socialistas del Gobierno.
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