Moncloa aireó este martes sus planes legislativos para 2024. El Gobierno espera sacar adelante al menos cincuenta leyes de "consenso". Pero gran parte son normas que decayeron con la convocatoria electoral del 23-J. Y al menos tres de las anunciadas (la ley del cine, la ley de industria y la ley integral contra la trata y explotación de seres humanos) ya figuran en los planes normativos de años anteriores. Lo cierto es que el Ejecutivo está dispuesto a retomar buena parte de esos proyectos sin una mayoría asegurada.
El Congreso de los Diputados se ha convertido casi en un mercado de negociación. Se vio en la votación de los tres decretos de enero. El Gobierno solo logró sacar adelante dos de ellos. El problema no es solo Junts o el resto de fuerzas independentistas. También es Podemos. Los cuatro diputados morados se la tienen jurada a Yolanda Díaz y torpedearán cada norma que prepare el Gobierno procedente de los ministerios de Sumar. Según anunció el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, este martes, el plan del Gobierno contempla 198 iniciativas entre las que se incluyen 6 leyes orgánicas, 43 leyes ordinarias y 149 reales decretos.
De estas, aproximadamente la mitad son compromisos con la Unión Europea: 36 con el Plan de Recuperación,
Transformación y Resiliencia, para el cumplimiento de hitos que conllevan desembolsos de fondos europeos; y 62 en materia de incorporación al Derecho nacional de normas que hoy son Derecho europeo. Cabe reseñar que la convocatoria de las elecciones del pasado mes de julio provocó que decayeran un total de 61 leyes del Gobierno que se estaban tramitando hasta entonces.
No obstante, hasta que no se publique el detalle del plan normativo, dentro de unos días según Moncloa, no se podrá realizar el recuento pormenorizado de medidas que repiten carrera legislativa y que el Gobierno vende como nueva iniciativa. Y es que el año pasado, el Gobierno solo aprobó el 5,55% de las 117 leyes que contemplaba el Plan Anual Normativo del 2023. Es decir, dos proyectos.
Algunos socios del Gobierno, como el PNV, ponen en cuarentena el plan del Gobierno. Los jeltzales lo consideran "ilusorio" e "irreal". Y son los primeros en dudar de que el PSOE, que ni siquiera es el primer partido del Congreso y que tiene el Senado en contra, pueda aprobar 50 leyes. Los nacionalistas vascos difundieron un comunicado en el que manifestaron su "sorpresa" tanto por la extensión del Plan Anual Normativo que aprobó el Consejo de Ministros como por la ausencia de leyes que considera imprescindibles, como la reforma de la Ley de Secretos Oficiales, que en teoría ha desaparecido para trabajar sobre la que ha presentado el PNV en el Congreso.
En cualquier caso, es importante reseñar que hay diferencias sustanciales entre el proyecto de ley que presentó el Gobierno en la pasada legislatura y la proposición de ley del PNV. Los diputados comandados por Aitor Esteban quieren que se pueda desclasificar documentos secretos o reservados en 25 años frente al lapso de 50 que situó la propuesta de Moncloa. Sánchez planificó en su primer año de coalición 172 iniciativas; en 2021 se puso una meta de 144; en 2022, de 368 y en 2023, de 117.
Lo que queda claro es que Sánchez no renuncia a su agenda legislativa pese a las dificultades impuestas por el adelanto de las elecciones catalanas y la consecuente prórroga presupuestaria. El presidente del Gobierno intenta retomar la iniciativa en un contexto de debilidad marcado también por el caso Koldo. "Esta es una legislatura más de gobernar que de legislar", explica un senador socialista con asiento en el comité federal del partido. "Ya nos avisaron [desde Moncloa] que estos años bajaría la actividad legislativa", zanja un barón territorial.
En verdad, el cumplimiento de la hoja de ruta del Gobierno para el primer año de esta legislatura queda pendiente de lo que decidan los catalanes en las urnas el próximo 12 de mayo. Y, por consiguiente, de si ERC y Junts mantienen sus estrategias en el Congreso. Solo entonces se sabrá si ambas fuerzas tienen o no incentivos suficientes para seguir apoyando al Gobierno de Pedro Sánchez. De manera que los cálculos de Félix Bolaños son, en la práctica, un brindis al sol.
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