Moncloa se pone en estado de alerta ante la llegada de Pedro Sánchez a Ferraz. Finiquitada la bonancible etapa de la Gestora, con Javier Fernández al frente, toca "ponerse el casco y prepararse para lo que pueda venir". El principal riesgo es el fantasma de la moción de censura, una iniciativa que Sánchez nunca ha descartado. El nuevo líder del PSOE dejó claro que sólo se apuntaría a esta fórmula 'para ganarla' y, por supuesto, si él la lidera. No como acompañante de Podemos.
Pablo Iglesias reaccionó con sus reflejos habituales y le ofreció a Sánchez retirar su moción si el PSOE da un paso al frente. No ha habido más respuesta que las palabras de Meritxell Batet, dirigente del PSC y mano derecha de Sánchez en Cataluña, quien subrayó que "Rajoy no tiene por qué acabar la legislatura" y pidió a Iglesias que se guardara la suya.
Un empate en el Congreso
En el Gobierno desconfían de Sánchez: son conscientes de que poco se podrá hablar con él, recelan de sus propósitos por lo que preparan el despliegue de una estrategia defensiva por si se produce un 'ataque' sorpresa en forma de moción. Nadie espera que tal paso vaya a producirse de forma inminente. El PSOE tiene aún que cumplir algunos trámites, como por ejemplo la celebración de su congreso en unas semanas.
Al margen de los calendarios, Moncloa y PP no cesan en la búsqueda de apoyos y se plantean posibles respaldos para conseguir mayorías más o menos estables. Una moción se puede impulsar con 35 diputados y precisa mayoría absoluta, 176, para salir adelante. Amén de un candidato a presidente.
El nuevo líder socialista, en caso de intentarlo, tendrá que contar con Podemos más los votos de separatistas vascos y catalanes. Aún así, no alcanzaría su objetivo si los dos diputados nacionalistas canarios se inclinan por alinearse con el PP, al igual que se disponen a hacer en la votación clave de las cuentas públicas.
"Seguiré buscando apoyos como siempre, como hemos hecho hasta ahora", dijo este lunes tras repetir hasta la saciedad que no se plantea disolver las Cortes ante la abrupta y sorprende llegada de Sánchez. "Si se puede con el PSOE, lo haremos con ellos, y si no se puede, lo intentaremos con otros grupos parlamentarios, como ya estamos haciendo", subrayó. Acaban de aparecer PNV y hasta Pdecat en el horizonte de entendimiento con los populares. Los unos con el Presupuesto y los otros, con su abstención en la estiba.
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