En 'Rebelión a bordo' (1962), Marlon Brando lidera un motín contra el capitán Bligh (Trevor Howard), que reacciona impávido ante cualquier sugerencia de los tripulantes. Él es la ley y su aislamiento de cuanto en realidad acontece en el barco que capitanea termina significando su caída. En Vox hace tiempo que se oyen voces discordantes con la dirección nacional en cuanto a democracia interna y capacidad de decisión por parte de los territorios. Una situación que ha estallado por los aires en Baleares, dinamitando el relato tan repetido por Santiago Abascal este fin de semana -tanto en la Asamblea General como en el acto electoral en Vigo- de que la crisis interna es "un invento de los medios".
Es difícil sostener un día que la división en Vox solo existe en la imaginación de unos cuantos juntaletras y que al día siguiente 5 diputados de Vox en el Parlamento balear unan sus fuerzas para echar del grupo parlamentario a la presidenta de Vox Baleares, Patricia de las Heras, y al presidente de la Cámara, Gabriel Le Senne. Además, sin consultar a la dirección nacional del partido ni informarla.
El misil en la línea de flotación del nuevo Comité Ejecutivo Nacional (CEN) ha estallado solo dos días después de la Asamblea General Extraordinaria que volvió a aupar a Santiago Abascal. Este movimiento de los rebeldes de Baleares ha cabreado mucho en Bambú, que precisamente anhelaba que se dejase de hablar de asuntos internos de partido de cara a las elecciones gallegas -donde aspiran a entrar en el Parlamento por primera vez en su historia- y a la ofensiva contra la ley de amnistía de Pedro Sánchez.
No solo eso, esta jugada de la portavoz de Vox en Baleares, Idoia Ribas, y los otros cuatro diputados rebeldes -ninguno acudió a la Asamblea General del partido- supone de facto que el partido de Santiago Abascal ha perdido su poder en el Gobierno balear. La presidenta del PP en Baleares, Marga Prohens, deberá negociar ahora con los cinco díscolos para sacar adelante sus iniciativas. La expulsión de Ribas y los rebeldes de Vox no impedirá que su grupo parlamentario siga actuando en Baleares, marginando a De las Heras y Le Senne al grupo mixto con nula capacidad de acción.
Es la primera vez que Vox sufre un golpe de Estado de semejantes características en un territorio autonómico -siendo imprescindibles para la continuidad del Gobierno-. "Hemos tomado la decisión por asuntos internos a fin de conseguir la mayor unidad posible en el grupo", ha declarado este lunes Idoia Ribas. Por su parte, el secretario general y vicepresidente de Vox, Ignacio Garriga, respondía en rueda de prensa: "Ha sido una decisión que han tomado 5 diputados sin autorización ni información a la dirección nacional del partido. Voy a proponer al Comité de Garantías la expulsión cautelar de estos cinco sujetos. Cinco diputados que por ambición personal han decidido expulsar a quien sí va a dar la batalla desde Baleares".
¿Qué ha pasado con Vox en Baleares?
En Baleares se ha producido lo que algunas fuentes vienen a denominar un "triángulo perverso". El poder ha estado repartido en tres núcleos bien diferenciados. Por una parte se encuentra la líder rebelde, Idoia Ribas, sucesora del diputado nacional Jorge Campos. Sus encontronazos con la cúpula de Vox han sido constantes, y siempre ha demandado más autonomía en su actividad parlamentaria. En el otro lado del ring se sitúa Montserrat Lluis, vicesecretaria de Acción de Gobierno de Vox, a la que fuentes califican de "comisario político" de Bambú. Entre ambas posiciones se encuentran Patricia de las Heras, la presidenta de Vox Baleares purgada por los rebeldes, y Gabriel Le Senne. Si bien la postura de De las Heras es más conciliadora que la de Ribas, fuentes próximas afirman que tampoco le hizo gracia que Lluis la "puentease" en la negociación con el PP sobre el techo de gasto.
El choque más importante entre facciones tuvo lugar en octubre, cuando Ribas se opuso a la directriz nacional de votar a favor del techo de gasto del PP. El enfado con Bambú era mayúsculo, pues consideraban que la negociación tenían que haberla liderado los diputados de Vox en Baleares y no Madrid. Desde aquel momento, fuentes próximas al Partido Popular afirman que las negociaciones dejaron de llevarse a cabo con Lluis para debatir directamente con Ribas. Tras este suceso, Ignacio Garriga en persona viajó a Baleares para tratar de calmar las aguas.
Estos últimos días, ha trascendido una nueva polémica. La dirección nacional de Vox abogaba por seguir presionando al PP por el tema lingüístico en Baleares, algo que los díscolos consideran que carece de sentido hasta el diseño del curso próximo, ya que hasta entonces no podrá implementar modificación alguna. "No solo somos el partido de la lengua", apuntaba uno de los diputados rebeldes. También genera discrepancias con Bambú la creación de una Oficina de Defensa de la Libertad Lingüística, algo que los diputados fieles a Ribas consideran "un chiringuito".
El papel del Partido Popular
Fuentes del Partido Popular en Baleares subrayan que la brecha de Vox no va a afectar al pacto de gobernabilidad. Desde la cúpula de Vox acusan a estos cinco diputados de venderse a sus "intereses personales", pero el PP se desvincula de lo ocurrido: "Es una división interna de Vox que era conocida desde hace meses. Esta división nos ha perjudicado".
Desde la bancada popular subrayan que los cinco diputados, lejos de ser cercanos a las siglas del PP, son considerados el "ala dura" de Vox. "Ellos nos tiraron el techo de gasto y las negociaciones con ellos han sido duras", recuerdan. En cualquier caso, insisten en que mantienen una buena relación tanto con la dirección nacional de Vox como con los críticos.
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