Política

La trágica muerte del 'Capitán Optimista': el joven pediatra que cautivó a sus pacientes recetando sonrisas

Formaba parte del galardonado proyecto Los Guachis, un grupo de personal médico y asociaciones del Hospital Universitario de Albacete que ameniza la complicada rutina de los niños con cáncer a través de musicales

Esta es la historia del 'Capitán Optimista', un joven pediatra que recetaba algún que otro jarabe y altas dosis de optimismo a sus pacientes. En 2016, durante su tercer año de formación como médico residente en el Hospital Universitario de Albacete, se detectó un bulto y, de la noche a la mañana, se convirtió en un enfermo de cáncer más tratando de contener la tristeza en una sala de espera de Oncología.

Después de tres años de lucha contra la enfermedad, el doctor Antonio Cepillo ha fallecido esta semana a los 36 años de edad dejando el mejor legado que se puede ofrecer al mundo: un montón de pequeños soñadores. Ahora, cientos de profesionales sanitarios de Castilla-La Mancha y de familiares de niños recogen firmas para que el hospital de la ciudad lleve su nombre. Quieren devolverle su apoyo.

Formaba parte del galardonado proyecto Los Guachis, un grupo de personal médico y asociaciones surgido en el año 2008 para amenizar la complicada rutina de los menores que padecen cáncer a través de musicales. Fue idea del pediatra Miguel Lillo con motivo del décimo aniversario del servicio de Oncohematología Pediátrica del mencionado hospital y, desde entonces, ya son decenas las actuaciones que han organizado. Cepillo era el flautista.

Formaba parte del galardonado proyecto Los Guachis, un grupo de personal médico y asociaciones que ameniza la complicada rutina de los menores que padecen cáncer

"A veces los sueños se los lleva el viento por la impaciencia y la soledad de los humanos. Pero he venido aquí acompañado de un montón de soñadores que creen que gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo", reflexionaba vestido de trovador sobre el escenario.

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La labor del doctor albaceteño, conocido en toda la región como 'Cepi', fue reconocida en los Premios Hospital Optimista 2017, donde le otorgaron el galardón 'Capitán Optimista'. Ya estaba enfermo entonces, por lo que su discurso para animar a los niños y a sus familias adquirió un cariz especial. También para sus compañeros, pues él mismo reconoció que había descubierto cómo un médico no debe tratar a un paciente.

"Las sonrisas no cuestan, los saludos son gratuitos, pero para el paciente que lleva toda la noche en su cama, esa sonrisa, ese saludo, es un soplo de energía", alentó para después instar a los profesionales sanitarios y estudiantes a seguir haciendo ciencia y trabajar en pro de la evidencia científica "sin perder de vista la humanización, que es esencial".

Su paso por el 12 de Octubre

Aunque se licenció en Medicina en la Facultad de Albacete y realizó la residencia de Pediatría en el Complejo Hospitalario Universitario de esta ciudad, Cepillo se 'super-especializó' durante el último año en Infectología y Medicina Tropical y para ello dio el salto al Hospital 12 de Octubre de Madrid.

En una publicación de Médicos de Albacete, la revista del Colegio Oficial de Médicos de la ciudad, el 'Capitán Optimista 2017' reconocía la dificultad de elegir especialidad: "Una cosa tenía clara: que trabajaría con niños y niñas intentando ayudarles a curar o, al menos, aliviar".

Entre otros motivos, se decantó por Infectología por su pasión "por la cooperación, los movimientos migratorios, las epidemias, los nuevos y 'temidos' patógenos, la patología infecciosa como motivo frecuente de consulta en nuestro medio y la importancia del buen manejo de los antimicrobianos".

"Los cambios siempre conllevan un esfuerzo, lo nuevo vivido, el vértigo de salir de nuestro 'corralito'… Pero es necesario, si se puede, para ver otras formas de trabajo y actualizarse en procedimientos o terapias", consideraba tras su experiencia en la capital y como cooperante en países en desarrollo.

Del Albacete Balompié al SNS

Fuentes del Colegio Compañía de María, el centro educativo donde estudió, cuentan a este diario que se trataba de una persona "con estrella" que cautivaba por igual al profesorado y al alumnado. "En 36 años ha hecho más cosas que otros muchos no haríamos ni en dos vidas", señalan.

Era un médico muy querido en el sector, continúan, pero también en cualquier otro sitio por donde hubiera pasado, como el club Albacete Balompié, donde compartió vestuario con Andrés Iniesta.

Tras su muerte, el Colegio de Médicos de Albacete ha descrito a Cepillo -quien formaba parte de su junta directiva- como un pediatra comprometido con la vida y su profesión, de sonrisa fácil y mirada cálida. "Una persona brillante, de gran corazón, sencilla y siempre dispuesta a servir. A pesar de su enfermedad, nunca quiso apartarse del camino de la medicina", destacan.

El Servicio Nacional de Salud despide estos días al 'Capitán Optimista', un ejemplo a seguir cuya sonrisa fue la mejor terapia para cientos de niños hospitalizados.

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