El primer giro del PSOE tras la restauración de Pedro Sánchez como secretario general del partido, el paso del apoyo al CETA a una improvisada abstención, se ha saldado con un pésimo resultado para la formación socialista. No sólo porque el tratado ha recibido el apoyo mayoritario del Congreso, al margen del PSOE, sino porque los nacionalistas vascos y catalanes han dejado en ridículo a Sánchez por su dudoso europeísmo y la falta de un modelo económico bien definido. A ello se ha unido, además, la intervención atropellada, nerviosa y sin sólidos argumentos que ha realizado desde la tribuna el diputado socialista Pere Joan Pons.
Del banco azul ha sido la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quien ha defendido la ratificación del CETA y lo ha hecho advirtiendo al PSOE del riesgo que corre si sigue los pasos de Podemos. "No se puede ser equidistante entre más Europa o más populismo, entre más Europa o más Pablo Iglesias", ha subrayado.
La número dos de Mariano Rajoy ha recordado también unas declaraciones del eurodiputado socialista Sergio Gutiérrez, quien el pasado febrero manifestó: "Yo sinceramente creo que el CETA es el acuerdo más avanzado de los que ha hecho la Unión Europea". Tras citar estas palabras del compañero de Sánchez, Santamaría ha recalcado que en estos meses el tratado no ha sufrido ninguna alteración. "Lo único que ha cambiado desde entonces es el afán de algunos por liderar la oposición, algo en lo que no han dudado incluso en hacerse oposición a sí mismos", ha sentenciado.
Así mismo, la vicepresidenta ha destacado que apoyar el CETA es "aportar por el crecimiento y la creación de empleo". "No es sólo un acuerdo de libre comercio, sino también un avance en la construcción del proyecto europeo. Más libertad, más prosperidad y más derechos para todos los ciudadanos. No permitamos que sean las ideas más extremas las que acaben con la Unión Europea", ha remachado Santamaría.
En cambio, por su parte, el diputado socialista Pero Joan Pons ha pedido preguntarse "por qué tantos ciudadanos ahí fuera ven este tratado como una amenaza". "Defendemos el libre comercio pero con reglas, las de la Europa social. Hay margen de mejora para la gobernanza europea", ha subrayado. Al mismo tiempo, ha manifestado que, a juicio de su partido, existe "un déficit de dignidad en Europa que ha aumentado con Trump, el Brexit y el auge de los partidos xenófobos".
En un ejercicio de equilibrismo, Pons también ha dicho a Unidos Podemos, ERC, Compromís y Bildu, todos ellos contrarios al CETA, que "para refundar Europa hay que mejorar esos tratados", por lo que ha propuesta una comisión de estudio para los próximos tratados de este tipo donde se pueda contar con la opinión de los agentes sociales.
Desde el PDECAT, su portavoz parlamentario, Carles Campuzano, ha instado a Sánchez a que se inspire en la "socialdemocracia de Suecia, Dinamarca o Alemania" y apoye este tratado, al igual que hacen sus socios en el Parlamento europeo. "Si Europa no puede negociar un acuerdo comercial con Canadá, no va a poder hacerlo con ningún país del mundo. Es una magnífica oportunidad para las pymes. Quien diga lo contrario engaña a la opinión contraria", ha enfatizado Campuzano.
En este sentido, el diputado del PNV Aitor Esteban también ha insistido en que el tratado "abre posibilidades a las pymes, no a las multinacionales, que no necesitan estos acuerdos para llegar a todos los países". Tras ello, Esteban ha querido también desmontar el argumentario socialista que justifica esa abstención. "Debe quedar claro que los estándares laborales o medioambientales, donde sólo puede haber unas pocas diferencias entre Europa y Canadá, quedan excluidos del tratado. Así que ningún miedo sobre este tema", ha apostillado.
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