Francisco Granados, cerebro de la 'red Púnica' estará pronto en la calle. El juez Eloy Velasco ha acordado su puesta en libertad si logra pagar una fianza de 400.000 euros. La noticia ha producido un cierto impacto en su formación. Surgen dudas sobre un posible cambio en su actitud.
Tras dos años y medio en prisión provisional, pocos creen que quien fuera mano derecha de Esperanza Aguirre haya decidido colaborar en forma más decidida con la Justicia. "No se ha 'marjalizado', no creo", señalan esas fuentes en relación al caso del empresario David Marjaliza, quien pudo abandonar la cárcel tras colaborar intensamente con la investigación.
Un 'marrón' menos
"Más bien el magistrado ha decidido solventar este asunto antes de tomar posesión de su nuevo destino en la Audiencia", añaden. El juez Velasco, que abandona el juzgado número 6 para incorporarse a la Sala de Apelaciones, de nuevo cuño, "no quiere dejarle ese marrón a su sucesor", se especula en fuentes jurídicas del PP. "Es la tradición". El magistrado de la Púnica adoptó esta decisión una vez que levantó el secreto del sumario y se practicaron todos los registros en la causa. Ha disminuido el riesgo de fuga y de posible destrucción de pruebas, se señala en el auto.
Una vez excarcelado, algunas voces en el PP se preguntan cual será la actitud de Granados. Quien fuera vicepresidente de la Comunidad de Madrid envió el pasado mes de marzo una carta desde su celda a Esperanza Aguirre en la que, entre otras cosas, señalaba que "en Madrid nada se hacía sin tu consentimiento", y pedía al juez que la citara a declarar. Una petición que en el PP sonaba a ansias de venganza.
Apenas existe inquietud en el 'viejo PP'. Cuentan que todos amagan y luego se quedan en nada. Y mencionan el caso de Correa, que incluso se convirtió en valedor de Rajoy ante el tribunal
"No va a tirar de la manta, porque eso significa quitársela a otro y eso no encaja en su forma de ser", declaró en su día el abogado de Granados. Apenas existe inquietud en el denominado 'viejo PP' por esta posibilidad. Cuentan que todos amagan y luego se quedan en nada. Y mencionan el caso de Correa, cabecilla de la Gürtel, que incluso se convirtió en valedor de Rajoy en sus declaraciones ante el tribunal.
Granados lo sabe todo de cuanto se hizo en el partido en Madrid. Ocupó todos los cargos de relevancia, salvo el de presidente de la Comunidad, algo que sí logró su más firme rival, Ignacio González, en prisión desde hace un mes. "Quizás sepa algo sobre Aguirre que no todos conocen, pero no cabe esperar sorpresas, ya lo habría dicho y se hubiera evitado estos largos años entre rejas", explica un antiguo compañero de partido, satisfecho de que al fin pueda volver a la calle en espera de juicio. "No habrá mucha gente en el partido que lo aprecie, pero sí que consideran un exceso judicial lo que le ha pasado", sentencia.
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