El embargo de armas que España anunció ayer que impondrá a Turquía por su intervención militar en Siria tendrá una excepción de gran tamaño, la del buque de asalto anfibio LHD 'Anadolu' que un consorcio hispano-turco está construyendo en el país otomano con la tecnología y asistencia técnica de Navantia.
El buque está finalizado en un 90% y se tomó como modelo el 'Juan Carlos I', el buque insignia de la Marina española. Fue botado en mayo del año pasado tras la colocación de la quilla y está prevista su entrega a la Armada turca el próximo año. Es el cuarto LHD de Navantia después del citado 'Juan Carlos I' y los dos buques entregados a Australia -'Canberra' y 'Adelaida'-.
Navantia se comprometió a aportar el diseño, transferencia de tecnología, equipos y asistencia técnica para su construcción en Turquía, así como los motores, la turbina y el sistema integrado de control de plataforma, entre otros sistemas. El armamento del buque está suministrado por dos firmas turcas.
Cuando se anunció esta venta, la primera internacional de Navantia en casi una década, se explicó que la operación con la turca Sedef reportaría a la compañía pública unos 140 millones de euros y una carga de trabajo para los astilleros de Ferrol y San Fernando cifrada en casi 900.000 horas.
Fuentes de la empresa pública subrayan a Vozpópuli que no se trata propiamente dicho de un contrato de Navantia, sino de un astillero turco que ha utilizado la tecnología española para llevar a cabo los trabajos de construcción. Por lo tanto, la decisión española de imponer un embargo a Turquía "no paraliza" los trabajos en el 'Anadolu'.
Devaluación de la lira
Una situación bien distinta hubiera sido si la operación de venta estuviese en su fase inicial, pues ahí los astilleros públicos necesitan avales de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), dependiente del Ministerio de Hacienda. También se especuló en el pasado con un segundo buque LHD para Turquía, pero la caída de la lira turca y la devaluación de la moneda provocó que Ankara descartase tal posibilidad.
El ministro español de Asuntos Exteriores en funciones, Josep Borrell, aseguró ayer que "sin duda" España también dejará de vender armas a Turquía en respuesta a su ofensiva militar en el noreste de Siria, como ya han anunciado otros países del bloque, incluidos Francia, Alemania, Finlandia, Suecia y Países Bajos.
El jefe de la diplomacia española dejó claro que España y otros países "están fuertemente en contra" de la operación militar turca y avanzó que "sin duda, el Gobierno español está completamente a favor de no más ventas de armas a Turquía".
Aunque se mostró cauto sobre la posibilidad de que se acuerde un embargo de armas de la UE en bloque a Turquía porque "no es una materia de la Unión Europea", sino una decisión que compete tomar a "cada país en particular". "No puedo garantizar que harán los demás países", advirtió Borrell, si bien dijo estar confiado en que "la mayoría de países pare cualquier tipo de venta de armas a Turquía".
Socio principal
España es uno de los principales socios internacionales de Turquía en venta de armas. En 2017, último año del que se disponen datos, España entregó al país otomano materiales de defensa y doble uso por 301,5 millones de euros, el 6,9% del total sólo por detrás de Alemania, Reino Unido y Arabia Saudí, según el informe de la Subdirección General de Comercio Internacional de Material de Defensa y Doble Uso (Ministerio de Economía, Industria y Competitividad).
Turquía es el país líder de las exportaciones españolas a estados de la OTAN no miembros de la UE y en el primer semestre de 2018, el valor de las exportaciones fue de 162,5 millones de euros (9,5% del total), recordó El País.
La mayor exportación en 2017 se debió a dos aviones de transporte A400M dentro del programa de cooperación europeo (245,2 millones de euros) y partes y piezas de aeronaves, piezas para avión de entrenamiento turco, componentes de motores de buques, queroseno de aviación, reactivos y consumibles biológicos para identificación de muestras ambientales, munición y cartuchos para arma corta, granadas de fusil, cordón detonante para la minería y un rifle de caza con munición para un particular
Los astilleros públicos arrojaron el pasado año un agujero de 224,9 millones de euros. Esta es la cifra que refleja la memoria económica de la SEPI del ejercicio de 2018. El dato aportado, después de impuestos, refleja un ligero recorte de las pérdidas en Navantia con respecto al año anterior, que fueron de 296,4 millones de euros.
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