El 15 de noviembre, cuatro días después de su dimisión, Albert Rivera citó a algunos de sus mejores amigos en un restaurante de Madrid. El ya ex líder de Ciudadanos quiso celebrar su 40 cumpleaños rodeado de los suyos. La comida se alargó hasta la noche. Estaban sus padres, también su hija, y algunos dirigentes del partido naranja como Begoña Villacís, Miguel Gutiérrez, Sara Giménez, Edmundo Bal y Marcos de Quinto.
La celebración fue el punto de inflexión en la peor semana política de Rivera. Las caras largas y las lágrimas por el batacazo electoral del 10-N dieron paso a las risas y las anécdotas de los momentos vividos. Un respiro de alegría después de la amargura de caer desde los 57 escaños de abril a tan solo diez.
La vida de Rivera ha dado un vuelco desde entonces. La novedad más importante es el embarazo de su pareja, la cantante Malú. Rivera hizo el anuncio en las redes sociales después de varias semanas de especulaciones sobre el estado de la artista.
El mensaje de Rajoy
Los días inmediatamente posteriores a su dimisión, Rivera vivió en una montaña rusa. Mucha gente quiso ponerse en contacto con él horas después de su rueda de prensa de despedida. El ex líder naranja recibió mensajes de rivales políticos, representantes de la sociedad civil, muchos deportistas y un mensaje que le tocó especialmente: el de Mariano Rajoy. Enemigos pero a la vez socios, quizá el ex presidente del Gobierno supo entender como nadie lo difícil que es una salida tan traumática.
Rivera se marchó de viaje con Malú. Y estos días ha regresado a la sede de Ciudadanos y al Congreso. Han sido visitas muy emotivas, en las que se ha ido despidiendo de amigos y colaboradores mientras recogía sus respectivos despachos. Rivera colgó un vídeo de despedida en el hemiciclo en el que se le veía visiblemente emocionado.
Sus amigos no le ven encerrado en el despacho de una gran empresa encerrado. Otros creen que lo más probable es que vincule a la Universidad
Rivera ha repartido su tiempo entre Malú, su familia y los amigos a los que tanto tiempo ha dado de lado por las exigencias de la política. ¿Ha desconectado del todo? Una persona como Rivera nunca desconecta. Ha trasladado en privado su alegría con la decisión de Inés Arrimadas de dar un paso al frente para sucederle en el liderazgo de Ciudadanos.
Rivera, como cualquier persona informada, asiste preocupado a la negociación de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias con separatistas y nacionalistas. Y comenta la jugada con su entorno más cercano. Se ha sentido algo reconfortado, dicen, porque considera que tenía razón. Y que PSOE y Podemos han formado gobierno y buscan a los independentistas como aliados. También señala al líder del PSC, Miquel Iceta, como el gran muñidor en la sombra de estos acuerdos, marcándole la pauta a Sánchez.
Discurso de Rivera en la Asamblea de Arrimadas
Todavía es pronto, pero nadie en Ciudadanos descarta la presencia de Rivera en la Asamblea General de marzo que elegirá previsiblemente a Arrimadas como sucesora. Será la primera vez que Ciudadanos tendrá un ex presidente del partido. Y lógico, dicen la mayoría, es que intervenga ante los compromisorios en lo que sería su último gran discurso político.
Todo dependerá de qué esté haciendo Rivera en ese momento. El ex dirigente naranja se ha tomado un tiempo para meditarlo. Sus amigos no le ven encerrado en el despacho de una gran empresa encerrado. Otros creen que lo más probable es que vincule de alguna manera a la Universidad, bien como profesor, bien para impartir charlas y conferencias.
Rivera tiene encima de la mesa una oferta para escribir un libro. Pero con su salida todavía reciente, no ha decidido si es el momento. Tampoco está claro si ese libro será sobre los últimos años en Madrid o podría empezar por el nacimiento de Ciudadanos en Cataluña en 2006.
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