Partidos y sindicatos mantienen un discurso público y otro privado sobre las pocas posibilidades "reales" de reeditar en 2020 los Pactos de La Moncloa (1977), los cuales contribuyeron a estabilizar una muy deteriorada economía nacional en un momento delicado de aquella España recién salida de 40 años de franquismo y con la democracia ni mucho menos asentada.
En público nadie va a rechazar la oferta realizada hoy por el presidente del Gobierno, pero todos lo ven muy difícil por la polarización que vivimos aún en medio de la hecatombe sanitaria y por la dificultad de poner de acuerdo posiciones tan contrapuestas; valga de muestra el gesto del líder de Vox, Santiago Abascal, de no coger el teléfono a Pedro Sánchez y pedir directamente su dimisión.
"Primero vamos a escucharle... si llama, claro", contesta a Vozpópuli muy escéptica una fuente muy cercana a Pablo Casado, en una frase que ejemplifica mejor que ninguna el principal problema para ese posible acuerdo: la desconfianza entre los llamados a ser sus dos principales protagonistas, el líder del PP y el inquilino de La Moncloa.
No se refiere a la llamada telefónica casi protocolaria que este sábado realizó Sánchez uno a uno a todos los líderes políticos a fin de comunicarles su decisión de prorrogar el estado de alarma hasta el 26 de abril, sino de otra de más calado y "sincera"; porque lleva más de once días sin hablar en profundidad con el líder de la oposición ni para comunicarle los decretos, y eso que estamos ante la crisis más grave desde la Guerra Civil y en medio del "caos" sanitario y económico, denuncia el PP.
El PP exige acabar con el "tufo bolivariano" contra la empresa privada que emana de algunos de los últimos decretos. La FAES de Aznar avisa de que Iglesias representa un "relato destructivo" de la Transición
El apoyo del PP y Casado a la nueva ampliación del estado de alarma en el pleno que el Congreso se celebrará el próximo 8 de abril está garantizado, como anunció él mismo en Twitter, porque entiende las razones sanitarias que han llevado al país a la situación que está.
No obstante, el líder del principal partido de la oposición cree que para llegar a unos nuevos Pactos de la Moncloa, con lo que eso supuso de renuncias intervencionistas por parte de Santiago Carrillo y el viejo PCE en el texto que finalmente se aprobó hace 42 años, Sánchez tendría que haber evitado el "tufo bolivariano" y estatalista sobre la empresa privada que, dicen, ha impuesto Podemos.
Este sábado lo señala en un duro editorial la fundación FAES, que preside José María Aznar. Para el think tank en el que Pablo Casado apoya buena parte de sus decisiones, Pablo Iglesias y los ministros de Podemos en el Gobierno no harán posible esos nuevos Pactos de La Moncloa porque "integran en el relato destructivo que descalifica ese gran acuerdo que hizo posible la democracia y la prosperidad como nunca antes en España".
Adiós al presupuesto de izquierda
Tiene que asumir, señalan otras fuentes del PP, la evidencia de que el gobierno "frentista" pactado con Unidas-Podemos no tiene mayoría para aprobar sus últimos decretos -el PNV exige cambios, como Casado- y tampoco la tendrá para ver aprobados unos presupuestos "de izquierda" que preveían una subida del tipo real del impuesto de Sociedades a las empresas del 17 al 21%, la subida del IRPF a quienes ganen más de 130.000 euros, la Tasa Google hoy congelada o el impuesto a las transacciones financieras.
Por contra, la economía española, con una caída del PIB que podría llegar en 2020 al -4% y 1,3 millones de parados, necesita unos presupuestos de "emergencia nacional" que la estabilice y priorice la generación de empleo privado. "Y eso solo se consigue aliviando de cargas fiscales a la empresa, diga lo que diga Podemos", señala otra fuente popular, que cree que el PNV está igualmente "alarmado" porque ve que es Iglesias quien está ganando el pulso en el Gobierno a la vicepresidenta económica, Nadia Calviño.
Y la prueba de que el PP no quiere saber nada de otros Pactos de La Moncloa a menos que la situación empeore o de que los socios del PSOE le dejen tirado es que, en su primera valoración oficial, por parte del secretario general, Teodoro García Egea, no hay ni una linea referida al gran pacto nacional ofrecido por el presidente del Gobierno:
Tras el #AlóPresidente de hoy y las preguntas filtradas de la Secretaría de Estado de Comunicación, seguimos sin saber qué ha ocurrido con los respiradores que se han quedado Turquía, ni dónde están las mascarillas, ni los guantes, ni nada.
— Teodoro García Egea (@TeoGarciaEgea) April 4, 2020
Tras el #AlóPresidente de hoy y las preguntas filtradas de la Secretaría de Estado de Comunicación, seguimos sin saber qué ha ocurrido con los respiradores que se han quedado Turquía, ni dónde están las mascarillas, ni los guantes, ni nada.
— Teodoro García Egea (@TeoGarciaEgea) April 4, 2020
Se comprende que ni Iglesias ni sus socios en la mesa de diálogo social frente a la patronal CEOE, los sindicatos UGT y CCOO, quieran oír hablar de cambiar nada de esos decretos modificándolos con el PP, el PNV y Ciudadanos; y mucho menos de recortes presupuestarios el año próximo tras una primera ofensiva de 100.000 millones dinero público para avales, 18.000 para Sanidad, y 83.000 millones de la Banca para reanimar la economía cuando acabe este mes y medio de hibernación. El problema es que, o pactan con el PNV y eventualmente el PP, o PSOE y Podemos no tienen mayoría para aprobarlos.
De todas formas, a Sánchez le ha salido en las últimas horas un aliado en el Eurogrupo, que ha decidido que España pueda acceder a unos 25.000 millones del fondo europeo MEDE sin condicionalidad, sin el famoso Memorándum of Understanding (MOU en sus siglas en ingles), asociado a recortes presupuestarios y austeridad en años pasados.
Pero todos los expertos insisten en que cuando se redacte el Proyecto de Presupuestos Generales del Estado 2021, estos tampoco podrán incrementar sobremanera una deuda que tras la catástrofe sanitaria se va a disparar hasta el 120% del PIB, mínimo, incrementando el riesgo de ataques especulativos a la primar de riesgo por más que el BCE vaya a comprar deuda de los países más afectados.
El PNV tampoco lo ve claro: "Primero vamos a ver cómo se cambian los últimos decretos, si el Gobierno quiere verlos aprobados, y luego hablamos" de otros 'Pactos de La Moncloa'
Y en el partido que lideran Andoni Ortúzar y el lendakari, Íñigo Urkullu, quieren ver, antes de ir más allá, si el PSOE y Pedro Sánchez aceptar modificar los últimos decretos. No han puesto el grito en el cielo por el controvertido asunto de la prohibición o, mejor dicho, del encarecimiento del despido, como sí hizo Génova desde primera hora, pero está en su punto de mira porque cree que puede lastrar la recuperación de las empresas tras mes y medio de hibernación.
Y si esos cambios se producen, el PNV escuchará lo que tenga que decir Sánchez "pero no vamos a estar al dictado de lo que digan los dos grandes partidos", advierten a este periódico fuentes de la formación nacionalista vasca, muy crítica con las últimas decisiones de La Moncloa.
Postura muy similar a que que mantiene el otro gran socio del PSOE en el Gobierno, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que permanece en silencio respecto a unos eventuales Pactos de La Moncloa bis porque "esto no se arregla con las soluciones de la derecha", PP y Ciudadanos, que, considera Gabriel Rufián, es lo que se esconde tras esta llamada a la concertación de patronales, medios de comunicación y hasta sectores del viejo PSOE.
Quien los ve bien es la presidenta de los naranjas, Inés Arrimadas, por el momento, la líder política española que más claramente ha abogado por reeditar los acuerdos de hace más de 40 años para hacer frente a la reconstrucción económica de España; lo cual no quita para que admita la dificultad de su consecución en el actual clima de polarización:
España vive su crisis más grave en décadas. Si el Gobierno actúa en solitario, improvisa y antepone la ideología, será difícil superarla. Si luchamos todos juntos, lo lograremos.
? Es la hora de impulsar unos nuevos Pactos de la Moncloa. Así se lo he pedido a Pedro Sánchez? pic.twitter.com/L15KGX1WKY
— Inés Arrimadas (@InesArrimadas) April 4, 2020
Los que sí son decididamente partidarios de esos pactos son los presidente autonómicos socialistas. Muchos vieron con recelo el pacto del PSOE con Podemos, y ahora creen que la situación del país requiere amplitud de miras porque de esta crisis que ha producido ya casi 12.000 muertos y una devastación económicas sin precedentes, ningún gobierno puede salir sin un gran acuerdo.
"Los veo imprescindibles", dice tajante en conversación con Vozpópuli el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que ya en la formación de gobierno tras la repetición de elecciones generales el 10N era partidario de alguna fórmula que incorporara al PP y a Ciudadanos con tal de que la gobernabilidad no recayera en partidos independentistas como ERC.
El presidente valenciano, Ximo Puig, propone que a ese gran acuerdo nacional se incorporen las diecisiete comunidades autónomas que hace 43 años no existían en España
El presidente valenciano, Ximo Puig, cree, por su parte, que ese pacto necesario debe tener en cuenta la nueva realidad autonómica de España e incorporar al mismo no solo a los grandes actores políticos nacionales sino también a unas comunidades autónomas que no existían hace cuarenta años.
"Creo que otros pactos (de La Moncloa) son tan absolutamente necesarios como difíciles de consumar. Soy totalmente favorable a una iniciativa que, en este tiempo, y tras la Constitución de 1978, debe contar con las comunidades autónomas, entre otras razones, porque aquí están residenciadas una parte nuclear de las competencias del estado del bienestar", añade Puig en conversación con este periódico.
Y Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, va más allá. "Tiene que haber un gran acuerdo nacional de proyecto de país" que vaya más allá del pacto de los Presupuestos para 2021. A su juicio, España se enfrenta a una encrucijada histórica tras la catástrofe sanitaria, económica y social que ha provocado el coronavirus y sus dirigentes tienen que dar la medida de si mismos y del país.
"Esto excede de un presupuesto", sostiene y todos los partidos, particularmente PSOE y PP, que son los que detentan mayor grado de poder institucional, tienen que demostrar que están a la altura del momento histórico que vivimos. Si algo ha demostrado este crisis, añade, es que "todas las autonomías estamos al mismo nivel" y la cooperación entre ellas está siendo "muy constructiva".
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