Política

Óscar Puente: “Quienes hablaban de los privilegios de los políticos ahora viven en Galapagar”

Entrevista al alcalde de Valladolid, quien se pronuncia sobre las corrientes internas del PSOE, sobre la 'España vacía', sobre la nueva política y sobre la figura de Ronaldo, entre otros temas

Valladolid es una ciudad peculiar. Está situada a 230 kilómetros por carretera del mar, en mitad de la Meseta, donde las heladas son frecuentes en invierno y se registran casi 40 días de niebla entre noviembre y marzo. De la unión de esos dos factores nació el término “cencellada”, que hace referencia a la llovizna que se aprecia cuando el agua de la niebla se congela.

Durante la Transición, varios muchachos de ultraderecha atentaron contra el café El Largo Adiós, a pocos metros de la Catedral. Uno, lanzó un cóctel molotov y, otro, la emprendió a tiros, lo que hirió a un abogado llamado Jorge Simón. Eso fue aprovechado por un periodista de la revista Interviú para apodar a la ciudad como 'Fachadolid'.

Su alcalde durante los últimos cuatro años ha sido Óscar Puente, del PSOE, quien ha gobernado con el apoyo de la coalición de izquierda Valladolid Toma la Palabra. Puente se posicionó del lado de Pedro Sánchez en las cruentas primarias socialistas de 2017 y eso le hizo salir fortalecido de la última gran tempestad interna. Este político (1968) tiene una especial propensión a meterse en jardines cuando habla. Hace poco, desveló en su cuenta de Twitter el caché de Rosalía, la cantante de moda, lo que indignó a unos cuantos...

Pregunta: Usted estuvo un buen tiempo en el bando de los perdedores. ¿Cuántas veces ha sobrevivido en política?

Respuesta: Yo es que no me considero un superviviente. Soy de los que va siempre en la cabeza de la batalla. Lo milagroso es que haya llegado hasta aquí. No estoy preocupado por sobrevivir o no hacerlo; estoy para hacer política y el día que no la pueda hacer, me iré.

P: Tiene mucho en común con su amigo Pedro Sánchez, ya que fue el underdog en muchas carreras...

R: He tenido un trayecto muy largo. Me presenté a unas primarias en 2001 para ser alcalde de Valladolid y las perdí por 12 votos. A partir de ahí, ha sido una carrera de obstáculos tanto dentro como fuera del partido. Hace unos años, conseguimos la Alcaldía, pero el camino ha sido largo y duro, sí.

P: Después de varios años en política, ¿todavía teme a los paracaidistas políticos?

R: El paracaidista en política puede tener dos papeles: uno es el de quien se presenta a una localidad a la que no pertenece por cuestiones de representación; y otro, el que lo hace por cuotas, sin tener ni idea de lo que ocurre en ese sitio. Yo, en este momento, sólo tengo un candidato enfrente, que es Manuel Saravia, socio de Gobierno, que no responde a ese perfil. Da que pensar. Pero no creo que haya que temerlos en las elecciones, ya que las elecciones del 26 de mayo se celebrarán después de las generales y el debate municipal primará sobre el nacional. Es un rompeolas que ya se ha pasado.

P: Una paracaidista de altura fue Soraya Rodríguez...

R: Y fue una paracaidista efímera. Yo iba a ser el candidato, pero en Madrid impusieron a Soraya porque me temían más que a un nublado. Pero bueno, luego se vio en las primarias que yo tenía el apoyo del partido y ella se marchó en un año a una Secretaría de Estado.

P: ¿Ha tenido contacto con ella después de que se diera cuenta de que, en realidad, es de Ciudadanos?

R: No, ni lo he tenido ni quiero tenerlo.

P: Veo que no le ha parecido bien...

R: Soraya tuvo dos maestros en su vida política. Uno, Tomás Rodríguez Bolaños (nota del autor: alcalde de Valladolid entre 1979 y 1995) y otro, Alfredo Pérez Rubalcaba, fallecidos los dos hace bien poco. No aprendió nada de ninguno de los dos.

Soraya Rodríguez tuvo dos maestros en su vida política. Uno, Tomás Rodríguez Bolaños y otro Alfredo Pérez Rubalcaba, fallecidos los dos hace bien poco. No aprendió nada de ninguno de los dos.

P: Habla de Pérez Rubalcaba. Llama la atención que en su funeral algunos disimularan que eran en realidad enemigos, ¿no?

R: En política, hagas lo que hagas, alguien lo va a criticar. Si rindes el debido homenaje a una persona como Pérez Rubalcaba habrá una inmensa mayoría que lo entenderá y otra minoría que considerará que lo has utilizado para sacar provecho político. Y al revés. Siempre va a haber quien critique lo que hagas. Lo que se ha hecho es lo que se debía hacer. ¿Que eso tenga unas consecuencias en otros órdenes? Ni me lo planteo. Lo que sí que creo es que el PSOE tiene, por fortuna, un patrimonio humano insuperable. Después de 140 años este edificio está en pie gracias a personas como Pérez Rubalcaba.

P: Pero es un secreto a voces que la relación de Pedro Sánchez con Pérez Rubalcaba no era buena...

R: Mira, no lo sé. Es lógico que se produjera un enfriamiento porque venimos de una etapa durísima. Pero yo creo que el partido, en general, ha cerrado filas y eso que algunos llamaran “coser” hace dos años se ha producido de forma natural, sin que nadie cogiera la aguja y el hilo.

P: Acláreme la duda: ¿usted sigue siendo portavoz del partido o no?

R: Sigo siéndolo, aunque no ejerza mucho de ello (ríe).

P: A usted le nombraron portavoz en tiempos en los que sangraba la herida...

R: Después de un resultado tan contundente en las primarias, el conflicto se cerró prácticamente. Ahora bien, si no se hubieran producido determinados acontecimientos después, como la moción de censura o la victoria en las generales, quizá la situación fuera diferente y se hubiera cuestionado el liderazgo. La política es así.

El PP está haciendo un mal plato en Castilla y León. Han sustituido un liderazgo claro, como el de Herrera, por uno débil, como el de Fernández Mañueco.

P: Entonces, ¿a la Ejecutiva se va ahora con menos temor a un posible escándalo?

R: Pedro Sánchez hizo una Ejecutiva homogénea, de gente preparada. Gente que ha estado el poder, pero también que nunca ha tenido la oportunidad. Eso ha ayudado a cerrar la herida. Ahora veo solidez en Ferraz.

P: ¿Teme que lo de las generales fuera un espejismo o confía que acierten las encuestas para el 26 de mayo?

R: Creo que los resultados van a ser mejores. La incógnita es cuál va a ser la composición final y las posibilidades de acuerdo que habrá. En Castilla y León, como en Valladolid, confío en que gobernemos.

P: Pero sabe que, en Castilla y León, el PP ha sido la fuerza hegemónica. ¿De veras considera posible el cambio?

R: Yo soy de los que cree que cuando uno coge los ingredientes inadecuados, los mezcla mal, no les da el tiempo necesario de cocción y no los adereza bien, el plato acaba saliendo mal. El PP está haciendo un mal plato en Castilla y León y en Valladolid. Han perdido un liderazgo fuerte, como era el de Juan Vicente Herrera, y lo han sustituido por uno anodino, débil y cuestionado, como es el de Alfonso Fernández Mañueco. Las listas son malas y en casos como el de Valladolid han creado un conflicto interno...No creo que eso vaya a dar un buen plato. Creo que Luis Tudanca puede ser presidente.

P: ¿Y qué papel jugará Ciudadanos? ¿Cree que le afectará la polémica de Silvia Clemente?

R: Tienen una oportunidad en Castilla y León para conseguir el cambio. Ellos sabrán si quieren apoyar al PSOE o apostar por una fórmula similar a la de Andalucía. Pueden poner el respirador a un proyecto político que está acabado o apostar por un nuevo proyecto político que va a mejorar Castilla y León.

Si determinados medios, dirigidos por personajes con una catadura moral bastante claro, van a por mí, algo bueno habré hecho. Eso me lo tomo como un trofeo.

P: Cambiando de tercio, me llamaron mucho la atención sus declaraciones sobre la denominada 'España vacía'. Usted puso el acento sobre la necesidad de potenciar las ciudades medianas que están perdiendo habitantes y competitividad y se le lanzaron a la yugular...

R: Vamos a ver. Hay que entender bien la idiosincrasia de Castilla y León. Es una comunidad autónoma que tiene un sentimiento de pertenencia e identitario bastante débil. Aquí cada uno juega a lo suyo y se pierde muchas veces la perspectiva de conjunto. Yo lo que creo es que le vendría bien una apuesta estratégica y debería pensar en cuál es. Dije que había que apostar por Valladolid y eso causó irritación en el resto de territorios. De hecho, me reprobaron en varios ayuntamientos de la comunidad autónoma.

P: Convengamos en que esas declaraciones le pusieron en una situación difícil al PSOE autonómico.

R: Bueno, lo que dije era mi opinión y el PSOE de Castilla y León piensa algo diferente. Yo creo que Valladolid es la locomotora y que hay que echar carbón a la locomotora para que el tren avance más rápido. Pero eso no quiere decir que no haya que atender a los vagones. En cualquier caso, la política de dispersión de inversiones sujeta votos, pero no a la población. Y eso es algo que en Castilla y León no se ha entendido aún.

P: Pues su partido invirtió 80 millones de euros en el Aeropuerto de León, que en 2018 tuvo 56.000 pasajeros.

R: Es un buen ejemplo de la ineficacia de la dispersión de inversiones. En Castilla y León tenemos cuatro aeropuertos con los mismos vuelos, casi vacíos. Antes, en Valladolid había vuelos internacionales, pero como la política fue la de dar a todos lo mismo, al final las compañías los dejaron de operar.

P: Desde que es alcalde, hemos sabido que veranea en Marbella, que aparca el coche mal y que gana mucho...

R: Yo esto lo tengo asumido. Me preocupa más el coste para mi familia, porque tener que ver a mi mujer en una publicación me parece inconcebible. Al final, si determinados medios, dirigidos por personajes con una catadura moral bastante claro, van a por mí, algo bueno habré hecho. Eso me lo tomo como un trofeo. Me jode por mi familia, pero qué se le va a hacer.

P: Usted tampoco se corta. En plena polémica por su sueldo, se descolgó con unas declaraciones en las que dijo que los alcaldes ganan poco...

R: La candidata a la alcaldía del PP cobra 120.000 euros al año, yo cobro 76.500. ¿Alguien, en algún momento, se ha preguntado lo que ganaba ella? ¿Alguien se ha preguntado por qué sigue en su puesto de consejera pese a que es candidata a la alcaldía?

P: Pero entonces, ¿considera que usted gana poco, pese a ser el alcalde mejor pagado de Castilla y León?

R: La gente se para a pensar lo que gana un alcalde que 'curra' 24 horas al día, 7 días a la semana y 365 días al año. Lo que yo hago lo sabe todo el mundo: mi agenda es pública y la sabe todo el mundo; pero nadie se pregunta por determinados cargos autonómicos. Yo me fui un día a jugar al golf, algunos lo vieron polémico y todo el mundo me empezó a preguntar por ello. Pero vamos a ver, si yo hasta el día de Nochebuena trabajo. ¿Es mucho que yo gane 76.500 euros brutos al año? ¿Alguien se ha preguntado lo que cobra la gente de la Mesa del Parlamento autonómico?

P: ¿Los alcaldes están, entonces, mal pagados? Cualquiera lo diría en algunos casos...

R: Los alcaldes están muy mal pagados, pero no yo, sino el 99,9% de los alcaldes de España.

Los alcaldes están muy mal pagados, pero no yo, sino el 99,9% de los alcaldes de España.

P: ¿Cuánto debería cobrar usted entonces?

R: Pues mira, en el caso del Ayuntamiento de Valladolid estaba establecido por reglamento: 1 euro más que el funcionario mejor pagado. Sin embargo, yo gano entorno a 40.000-50.000 euros menos que el funcionario que más gana. Ese funcionario, cuando llegan las 15.00 horas, pliega, se va a su casa y hasta luego. Yo sigo mi jornada. Él, los sábados y los domingos descansa, yo trabajo. Yo tengo un trabajo temporal y ellos de por vida; y gestiono 340 millones de presupuesto y más de 3.000 funcionarios. Yo no acepto que ser político sea un desdoro. Se trabaja mucho y creo que eso tiene que estar bien pagado. En Valladolid y en cualquier Ayuntamiento.

P: Lo que opina choca con lo que se transmitía en los años más duros de la crisis, cuando se hablaba de los sueldos de los políticos o de los coches oficiales a cada rato...

R: Con la crisis aumentó la demagogia al respecto. Y los que usaban la demagogia viven en Galapagar ahora, en una parcela de 2.000 metros. Yo nunca le he dicho a nadie dónde tiene que vivir para ser de izquierdas. Los que hacían la demagogia, mira dónde están. Eso clama al cielo. Sobre todo porque ese discurso lo mantienen muchas veces. Me gustaría saber si alguna vez lo van a dejar y van a hacer por dignificar la política, y no sólo por dignificarse a ellos mismos.

P: No parece que tenga una muy buena opinión de Podemos...

R: Es que no comparto esos intentos de desgastar la imagen de la política por quienes tienen problemas en su casa. Mira, yo para ser candidato tuve que ganar unas primarias. Ellos, en Valladolid, eligieron al sexto más votado en las primarias, después de que renunciara el primero. ¿Por qué no eligieron al segundo? Que lo expliquen. Esas contradicciones al final no las detallan ni nadie les exige cuentas. Por otra parte, ¿dónde quedaron los Círculos? Eso ya ha desaparecido. Ahora, hay un tío arriba que manda (Pablo Iglesias) y los demás le obedecen.

P: Le tengo que preguntar sobre Ronaldo. Hace unos meses, compró el Real Valladolid y ya han surgido las primeras fricciones con el alcalde...

R: Yo creo que lo que ha habido es una afirmación innecesaria en un medio de comunicación (nota del autor: una persona de su equipo, David Espinar, criticó al Ayuntamiento de Valladolid por no dar facilidades para reformar el Estadio José Zorrilla y sugirió la posibilidad de construir uno nuevo fuera de la ciudad). No hacía falta que se hubiera dicho eso, pero yo creo que la voluntad de las dos partes es la de afrontar una renovación del estadio y queda por clarificar cuál va a ser el papel de cada uno y cómo lo va a jugar.

Los que usaban la demagogia viven en Galapagar ahora, en una parcela de 2.000 metros. Yo nunca le he dicho a nadie dónde tiene que vivir para ser de izquierdas.

P: Pero Ronaldo es muy popular en la ciudad, ¿teme que este asunto le reste votos?

R: No. Lo que no puede ser es que alguien venga a una ciudad y pretenda que la ciudad poco menos que se rinda. Aquí las cosas tenemos que hacerlas bien: hacer números, llevar con rigor el dinero público, cumplir la ley y entender que hay procedimientos que son lentos y farragosos. Pero, por lo demás, estoy encantado con que Ronaldo haya comprado el club, con su proyecto y con nuestro papel. Espero que este conflicto sirva para sacar conclusiones y no cometer el mismo error en el futuro.

P: ¿Es partidario de que los ayuntamientos destinen cantidades millonarias a los clubes deportivos?

R: Ése no es el debate en este momento en Valladolid. Estamos hablando de una infraestructura del Ayuntamiento que se construyó en 1982 y que hace falta reformar porque desde entonces no se ha tocado y no está a la altura ni de la ciudad ni del club. Entonces, lo que tenemos que hacer es ver costes, procedimientos y financiación. En eso estamos.

Lo que no puede ser es que alguien (Ronaldo) venga a una ciudad y pretenda que la ciudad poco menos que se rinda.

P: Cuando usted desveló en Twitter el caché de la cantante Rosalía se lió la marimorena...

R: Pero el fuego ya está apagado. Las polémicas al final duran lo que duran. En cualquier caso, parece que todo el mundo quiere saber lo que cuestan las cosas, pero, cuando se cuenta, todo el mundo se rasca las vestiduras. Yo creo que hice bien por hacerlo público.

P: Pero eso supuso pisar algún callo de forma innecesaria, ¿no?

R: A algún lobby dentro del mundo musical le ha molestado, pero qué le vamos a hacer. Yo dije la verdad. No sé si es lo que cobra en todas partes, pero 500.000 euros le pidió a Valladolid.

P: ¿Usted es de los que piensa que los políticos deslenguados tienen más aceptación, como Miguel Ángel Revilla o Abel Caballero?

R: Yo creo que en política hay dos formas de estar. Una, que es la ortodoxa, que es la que dice que hay que ser siempre políticamente correcto; y otra menos ortodoxa que es la que a lo mejor llevan Abel, Revilla o yo mismo. A ellos les ha dado resultado. La mía, está por ver. Lo que yo digo es que uno tiene que ser uno mismo. Yo no puedo jugar a lo políticamente correcto porque no me sale y no me apetece. Tampoco me subiría a un escenario delante de 3.000 personas, como hace Abel.

Yo no puedo jugar a lo políticamente correcto porque no me sale y no me apetece.

P: ¿Ha pensado en cerrar Twitter para escapar de estas polémicas?

R: No, en ningún momento. Lo que hago es cerrar Twitter al que me insulta y al que me incordia. Pero nunca me he planteado cerrarlo, es una herramienta útil, tengo mi propia estrategia y ahí estoy, con mis 34.000 seguidores, todos de verdad, ninguno comprado. El 60% son de mi ciudad, así que no le veo problema. Al que no le guste, que me bloquee.

P: Acabamos. ¿Sigue siendo igual de amigo de Pedro Sánchez desde que es presidente y usted no ejerce de portavoz?

R: Sí.

P: Lo digo porque ha habido cierto runrún con el hecho de que a usted le sentó mal no ejercer más de portavoz.

R: La relación es muy buena. Prueba de ello es que la Cumbre Hispano-Portuguesa se celebró hace unos meses en Valladolid; y Pedro Sánchez realizará el último año de la campaña electoral en esta ciudad. Lo demás, son rumores infundados.

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