Santiago Abascal no es el único que defiende la idea de facilitar el acceso a las armas, tal y como reclamó este martes al decir que los españoles deberían "disponer de un arma en su casa" para utilizarla en "situaciones de amenaza real" para su autodefensa. Corría el año 2012 y Pablo Iglesias, entonces profesor de la Universidad Complutense, antes de ser secretario general de Podemos, defendía que llevar armas es una “de las bases de la democracia”.
Iglesias hablaba de las armas en relación a la situación política en Estados Unidos y conectó su teoría con la rebelión a la democracia liberal y representativa. “Voy a reivindicar el derecho de todos los ciudadanos americanos a llevar armas”, dijo Iglesias en el programa televisivo La Tuerka.
“Lo reivindico en términos teóricos”, añadió citando al artículo de la Constitución de Estados Unidos que así lo recoge. Y argumentó: “Algunos piensan que este derecho [de llevar armas] es una anacronismo que explica que adolescentes pajilleros y frustrados provoquen una matanza en su colegio porque se sienten marginados o porque las cheerleaders no les hacen caso, o porque un padre gordo blanco dispare a un negro humilde porque está entrando en su propiedad. Pero estos hechos son síntomas de una sociedad enferma, y que no tiene nada que ver con un derecho, el de portar armas, que es una de las bases de la democracia”.
“Si algo sabían los patriotas americanos que expulsaron a los ingleses es que la democracia es incompatible con el monopolio de la violencia por parte del Estado”, agregó Iglesias. Cabe señalar que ese “monopolio de la violencia” es uno de los pilares de la actual sociedad democrática representativa en toda Europa, heredada de la teoría política de Max Weber.
“La democracia es tal si el poder está repartido y si la base del poder, la violencia, el pueblo no puede delegar la soberanía”, agregó. “Un pueblo desarmado puede ser sometido a la esclavitud en cualquier momento”, acabó el ahora secretario general de Podemos.
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