Júbilo en los ministerios económicos del Gobierno de Pedro Sánchez. Después del duro golpe del Eurogrupo, el acuerdo sellado en Bruselas en la madrugada del martes ha generado esperanza y seguridad de cara a la legislatura. Para sortear todo tipo de vetos creen que habrá que prometer a la UE reformas pensiones y empleo, pero en dirección contraria al programa de coalición. El programa, programa, programa, que defiende Podemos parafraseando a Julio Anguita pierde sentido tras el acuerdo europeo del martes.
Sánchez deberá entregar en octubre su plan presupuestario con las reformas estructurales que pretende adoptar para obtener los fondos europeos. Seguirá las líneas marcadas por la Airef hace un año: subir la edad de jubilación y flexibilizar el marco laboral, como adelantó este diario.
La Comisión Europea ya avisó hace meses de que no apoyará un aumento de las pensiones al IPC por el exceso de gasto, como postula el plan de gobierno, ni la derogación de la reforma laboral del PP. En La Moncloa han avisado de que no quieren patinazos en ese punto.
El plan de reformas que diseñan los ministros económicos para obtener el inmediato visto bueno de la UE incumplirá por lo tanto y de manera explícita el pacto de gobierno firmado entre Podemos y el PSOE en diciembre, aunque Iglesias decidió este martes mantener un perfil bajo.
Iglesias: "Es una condicionalidad blanda"
En un largo mensaje enviado por la mañana, el vicepresidente del Gobierno tilda de “ambicioso” el plan de inversiones de la UE. Considera que la condicionalidad es “blanda” con respecto a la que se aplicó en la crisis de 2008, y que el Gobierno de coalición continuará “aplicando su programa”. Pero no menciona la derogación de la reforma laboral ni las pensiones.
Podemos espera tener voz y voto en la aplicación de las inversiones. Así lo detallan desde el partido morado, que señalan la necesidad de “invertir” en medidas como la transición ecológica, la digitalización y las políticas de cuidado, aunque en La Moncloa, sede central del Gobierno, consideran que el pacto europeo “consolida” a Sánchez, y comentan que la influencia política de Pablo Iglesias y Podemos a partir de ahora se reducirá.
Con el acuerdo histórico alcanzado en Europa, España obtendrá en torno a 140.000 mill.€, 72.700 millones en transferencias, para afrontar con solidez la recuperación. Emprendemos así la modernización del país sobre bases más verdes, digitales y justas.https://t.co/YArb8t2FwY pic.twitter.com/EzilUQWNrH
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) July 21, 2020
La Moncloa quiere "acorralar" a Iglesias
“En Moncloa están cansado de Podemos. Quieren acorralar a Iglesias”. Una fuente ministerial del Gobierno de Sánchez lo deja claro en conversación con Vozpópuli para comentar el resultado del acuerdo de Bruselas. La luna de miel de Podemos con los asesores de Sánchez parece haber acabado. Primero fue la polémica con la prensa, que el propio Iván Redondo reprochó. Luego llegó el debate sobre la Monarquía, que incomoda a sectores relevantes del Gobierno, y ahora el plan económico.
“Lo que queda claro es que la coalición ya no suma, y que Sánchez solo puede tener ventajas tras el acuerdo europeo de convocar un adelanto electoral. Por ejemplo, a finales de 2021 o principios de 2022. Mientras, Iglesias ahora solo puede tragar, porque si hay elecciones en el corto plazo es posible incluso que se quede fuera del Congreso”, reflexionan fuentes gubernamentales de área socialista. En ese plan, según revelan fuentes del Ejecutivo, también trabajan los ministros económicos y otros socialistas.
Para describir cómo evolucionan los equilibrios en el Gobierno, algunos tiran de imágenes. Concretamente, de la vuelta triunfal de Sánchez con el aplauso de sus ministros de pie. Entre ellos, el propio Iglesias. La Moncloa ordenó difundirlo a los medios de comunicación y en redes sociales.
Más control en el gasto público
El acuerdo alcanzado en Bruselas deja a Sánchez un margen importante para acabar la legislatura. Los puntos positivos del acuerdo para el presidente del Gobierno son los 72.000 millones de euros en transferencias directas (a fondo perdido) y los otros 70.000 en préstamos. Sobre todo, el hecho de que será la Comisión y no el Consejo (que renuncia a la unanimidad) el organismo encargado de vigilar sobre el cumplimiento del pacto.
El lado que más asusta corresponde a la condicionalidad. En el foro europeo ya se habló de retocar las pensiones subiendo la edad de jubilación y renunciar a la derogación de la reforma laboral del PP. Aunque no figuren en el acuerdo, en el ámbito diplomático y europeo consideran esos puntos como casi oficiales. Además, la política de gasto sufrirá un importante tijeretazo, limitando el desembolso público por el temor a que los Estados del norte Europa pongan su lupa en España y obliguen a revisar su plan financiero.
El pacto europeo se fundamenta, en efecto, en la importante novedad de que la UE empezará a emitir algo parecido a bonos con los que recaudar los fondos para luchar contra la pandemia. La garantía de esos bonos corresponde a los ahorradores de todos los países europeos, incluidos los del norte. Así que el control sobre las políticas de Italia y España, que son los más beneficiados, será férreo.
Desde la oposición reconocen que el acuerdo es bueno para España. Recalcan la cuantía de dinero que recibirá el país, y también la condicionalidad para disfrutar de él. Y sentencian: “El acuerdo de la UE es un freno al despilfarro que había planeado Pedro Sánchez con Podemos”.
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