Javier Lambán y Emiliano García-Page se han convertido este sábado en los únicos barones díscolos con el cupo catalán. Ambos líderes autonómicos han expresado su malestar en el cónclave celebrado tras la declaración de Pedro Sánchez y lo han repetido también a las puertas de Ferraz ante los medios de comunicación.
Al término del Comité, Lambán ha señalado que el cupo catalán es "inconstitucional" y supone "la pretensión de los catalanes de asemejarse como dos gotas de agua al concierto vasco". Cree que de producirse el pacto, el resto de comunidades "tendrían que rebajar sus servicios o subir los impuestos a sus ciudadanos", lo que supone "una quiebra de la solidaridad y la cohesión".
"Si a Madrid le diera por hacer eso, el resto tendríamos que coger pateras e irnos directamente a Mauritania", ha señalado Lambán, a quien le parece inédito en el mundo que un país "pierda el control sobre la fiscalidad del 28% del PIB"
El primero en hablar ha sido Page antes de entrar al Comité, desde donde ha reclamado tener el documento oficial firmado entre PSC y ERC, un hecho que se ha producido tal y como ha desvelado Lambán, papel en mano, a la salida de Ferraz. El presidente castellano manchego hacía esta declaración tras ver que "todo el mundo habla de que se va a cumplir lo firmado y todavía no he visto nada firmado".
Page ha mostrado su preocupación "por el país y los valores más esenciales de la izquierda", un pensamiento compartido con Lambán. El secretario general de los socialistas aragoneses teme un fuerte crecimiento del PP en el resto del país y augura un mapa de España pintado de un "azul que va a ser cada vez más intenso". Mientras "el PSOE y el PSC suben como la espuma en Cataluña, en el resto del territorio baja cada vez más", un fenómeno que se puede ver agraviado tras la aplicación del cupo catalán. "No quiero ni pensar el impacto que esto tendrá en la voluntad de este concierto que supondrá la quiebra absoluta de la solidaridad fiscal española".
Lambán ha añadido que el cupo catalán está "en las antípodas" de lo que ha defendido siempre el PSOE, una declaración similar a la que ha realizado Page, quien considera este pacto "más egoista que socialista". El presidente autonómico no podía creer que el documento que filtró ERC es lo mismo "que avala el PSOE". Ha sostenido que el PSOE "se fundó para pelear contra los privilegios", algo que este pacto rompe. "No se puede poner patas arriba todos los consensos constitucionales para tener gobierno y ministerios", ha añadido, para después afirmar que evitar una victoria de la derecha "no es un cheque en blanco para jugar con los principios del PSOE".
Tanto Page como Lambán defienden una reforma del sistema de financiación autonómica, pero rechazando "cualquier pacto unilateral". El presidente de Castilla-La Mancha apuesta por "una ley de armonización fiscal para poner horquillas y evitar que haya un dumping fiscal", mientras que el líder de los socialistas aragoneses apuesta por un modelo similar al alemán: "Los landers se encargan de la recaudación pero otorgan la totalidad de lo recaudado al Gobierno federal, que es quien hace la distribución".
Page ha hablado sobre los cambios de opinión de Pedro Sánchez: "Las opiniones duran lo que un telediario, se cambian mucho". Después ha añadido que el documento filtrado por ERC "es grave desde la perspectiva constitucional y de los valores socialistas".
"Quisiera saber qué tiene de singularidad una enfermedad de riñón en Tortosa respecto a alguien que lo tenga en Valladolid o de alguien afectada por dependencia en Gerona, cerca de donde tendría que vivir Puigdemont, no en Waterloo", ha apuntado Page.
Después de que una miembro del equipo de prensa del PSOE pidiera no hacer más preguntas porque el congreso empezaba con retraso, Page hizo caso omiso y contestó una más, señalando que "la política nacional no puede venir impuesta por ninguna comunidad, tampoco por Cataluña. Primero autocrítica, que la echo mucho de menos".
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