Era su debut en el atril. Se le notó. Elsa Artadi, en su día principal 'heredera' de Carles Puigdemont, se mostró insegura, indecisa, incluso cohibida. Pese a su enorme experiencia como profesora en diversas universidades internacionales, Artadi apenas logró suscitar no ya el entusiasmo, sino la atención del Hemiciclo. Incluso su bancada se deslizaba ostensiblemente hacia la modorra. Tan sólo su fiel compañero Eduard Pujol, figura de fuste en el secesionismo luego de triscar por la radio de Godó, permanecía atento a sus palabras.
La portavoz de JxCat, la antiimagen de una independentista irredenta, saltó al estrado para responder a la propuesta de Miquel Iceta (PSC) sobre la reconciliación nacional, la empatía, los consensos y la propuesta de un gobierno de concentración. Artadi intentó ser implacable sin rebajarse a la grosería. Sin que se le alteran los meñiques. Al cabo, viene de la zona de Bonanova, gente bien. Nadie en la Cámara lleva los vaqueros con su displicente elegancia.
El bloque del 155
Le reprochó Artadi a Iceta precisamente su falta de 'empatía' con los familiares de los presos, pese a haber tenido ocasión. El jueves, en la Cámara, allí estaban. Y el sábado, ya con Jordi Turull preso, su esposa e hijas. Y este mismo miércoles, "que hay quince". Fue un mensaje de sentimentalidad ramplona. Se mostró luego más hiriente al recordarle a Iceta cómo puede ofrecer gobiernos y pactos desde un partido impulsor del 'bloque del 155'.
No fue una intervención notable. Mal leída y torpemente expresada. Artadi protagonizó durante la campaña electoral del 21D algunos momentos reseñables, ciertos mítines vibrantes, y un par de comparecencias memorables. En su debut parlamentarios sin embargo, defraudó. La oratoria hace aguas en el parque de la Ciudadela. Su grupo no salió nada convencido. La 'pubilla' pinchó a la primera. Vendrán más.
Ciudadana Inés
La experiencia de Inés Arrimadas brilló a su habitual altura. Mejor que el sábado, cuando mostró su flanco más débil. Se quejó entonces de que algunos diputados no le saludan, no le hablan. Quien se zambulle cada día en la jaula de los leones ha de estar fundido en acero. Compareció este miércoles ya recompuesta y algo enrabietada, que es su mejor ángulo. Y lanzó al aire algunas frases redondas. De las suyas.
Mencionó una serie de 'falsedades' escuchadas durante la sesión. Como que Puigdemont sigue siendo 'president', tal y como insiste en llamarle Ferran Torrent. O el gran bulo de la sanción de Naciones Unidas, manoseado por los separatistas hasta la propia náusea. Lo mejor: "Ustedes pretenden decidir en esta cámara quién sale de la cárcel. ¿Qué será lo próximo?, ¿decidir quién entra?".
Todos contra Arrimadas. El arco parlamentario en pleno, con la salvedad de los cuatro diputados del PP, se lanzaron contra ella por su propuesta de dimisión de Torrent. "Un presidente de parte, no un presidente de todos". Uno tras otro, los diputados intervinientes pretendían acuchillar, con torpona dialéctica, a la líder ciudadana. Arrimadas recibe los arponazos con sonrisas o con desplantes.
Anna Caula (JxCat) quizás reconcomida por la envidia, le lanzó un reproche sonoro y peculiar: "Ni aún con vestidos de lujo o papel satinado, ustedes son capaces de pactar con nadie". ¿Qué tienen que ver los pactos con las fotos del Telva?. La puñaladita rastrera de Caula encumbró aún más a la portavoz de Cs, ella sola contra todos los golpistas. Salió indemne de la sesión, y hasta con alguna oreja prendida del refajo. Arrimadas se crece en estos lances. Fue el mejor momento de una jornada penosa y olvidable.
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