Política

Los partidos vuelven con la reforma electoral: de la lista más votada a la muerte de d'Hont

La aritmética parlamentaria y los intereses de los grandes partidos la limitan a cambios cosméticos como la supresión del voto rogado y dejan abierto el eterno debate sobre la proporcionalidad del sistema

La reforma de la ley electoral es la primera medida concreta presentada por el PP en el Congreso de los Diputados después de que Pablo Casado se hiciese a la presidencia del partido. Mientras los conservadores se niegan a acometer cambios profundos en el sistema, sí proponen una modificación para que gobierne la lista más votada en los ayuntamientos. 

No hace mucho tiempo, Podemos y Ciudadanos llegaron a sentarse en una misma mesa para abordar una reforma de la Loreg (Ley Orgánica del Régimen Electoral General) para hacer un sistema más proporcional. Todo antes del fin de legislatura y sin necesidad de modificar la Constitución, para lo que sería necesario mayorías más grandes. Aunque aquellas conversaciones quedaron en nada, por la negativa del PSOE y del PP a acometer reformas que cambien el modelo de proporcionalidad del actual sistema.

Ambos partidos se remitían a la subcomisión que estudia la reforma del sistema en la Cámara Baja y en la que apenas se producen avances. En junio se prorrogaron seis meses más los trabajos, aunque previsiblemente, los cambios que de ahí puedan salir quedarán limitados a temas muy particulares como acabar con el voto rogado que implantó el PP en 2011 y que obliga a los residentes en el extranjero a pedir el voto con carácter previo cada vez que se convocan elecciones generales y autonómicas. En el resto de asuntos, los partidos discrepan.

No parece que la propuesta del PP tenga muchas oportunidades de prosperar en su trámite parlamentario. El PP quiere modificar la ley antes de las elecciones municipales de mayo de 2019. La reforma se circunscribe al ámbito local y plantea que gobierne con mayoría absoluta el partido que gane las elecciones con el 35% de los votos y cinco puntos de ventaja respecto al segundo; o bien con el 30% de los votos y diez puntos de ventaja. En caso de no cumplirse ninguno de estos dos supuestos, se iría a una segunda vuelta a la que podrían concurrir aquellas formaciones con un 15 por ciento de los votos.

En Ciudadanos se mostraron abiertos a estudiar esta posible modificación, aunque pidieron ir más allá. El secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, apunto que su partido apuesta por que los vecinos "elijan directamente al alcalde" mediante una papeleta en urna aparte. De momento, la proposición del PP tendrá que ser calificada por la Mesa y admitida a trámite por la Cámara Baja.

El pasado mes de junio, el partido de Albert Rivera proponía una nueva ley electoral donde los partidos deban tener "como mínimo el 3% nacional para estar en el Congreso". En las últimas elecciones en 2016, ningún partido nacionalista alcanzó dicha cifra, por lo que los partidos independentistas catalanes se quedarían fuera si no acuden en coalición y los nacionalistas vascos ni siquiera podrían entrar aunque se presentasen juntos. 

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