Gobierno y Partido Popular preparan ya la comparecencia de Mariano Rajoy ante los jueces prevista para el 26 de julio por el caso Gürtel. El 'paseíllo' de cuatro exministros de gobiernos de Aznar ha servido de preparativo para esa cita, que tanto inquieta y enerva al PP. Moncloa reaccionó en forma lineal y aséptica, por boca de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. "Colaboración absoluta con la Justicia" puesto que se trata de "un deber de todos" e insistencia en que todos los comparecientes lo hacían a título de testigos. Como Rajoy.
Santamaría adelantó que "así va a ser por parte de quienes estén llamados a declarar como testigos", como un anticipo de lo que habrá de ocurrir en la cita del presidente del Gobierno. Perfil bajo, nada de polémicas y poco ruido. Es lo que se pretende en Moncloa, luego de que fracasara el intento de que el líder del PP declarara por videoconferencia.
En el PP se sigue la misma línea argumental. Rafael Hernando, el jefe de filas del grupo parlamentario, subrayó esta colaboración con la Justicia, "como debe ser", aunque iba un punto más allá al insistir en que todo cuanto se le preguntó este martes a los comparecientes ya lo habían declarado con anterioridad ante el juez Ruz. "No veo noticia en este asunto, está clarísimo que no hubo sobresueldos ni pagos de este tipo, lo que ahora esperamos ya son las sentencias, todo lo demás es interpretativo", aseguraba el portavoz de la bancada popular.
"Como si llaman al Papa"
Rato, Acebes, Mayor Oreja y Arenas, "son cuatro exministros de Aznar", mencionaba un dirigente del PP al objeto de distanciar este 'paseíllo' de la 'vieja guardia del PP con la futura presencia de Rajoy ante los jueces. "Apenas ha habido ruido, demasiado calor, no había curiosos ni indignados" a las puertas de la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares, señala esta fuente.
Mariano Rajoy está preocupado con este trance. Gente de su equipo, que públicamente insisten en el argumentario oficial de colaboración, consideran que se trata de "una enormidad, un disparate" citar a un presidente del Gobierno en activo para aclarar cómo se financió la campaña electoral en dos localidades de Madrid en el año 2008. "Poco podrá ayudar, porque nada sabe sobre ese asunto, es como si llaman al Papa", declaró en su día Hernando al tener conocimiento de la decisión del tribunal.
El tono, desde entonces, ha descendido muchos puntos en las declaraciones de los dirigentes del PP. El propio Rajoy dejó bien claro que asistiría ante el juez 'con toda normalidad'. La idea es modular los reproches, evitar las críticas a los jueces (alguno de ellos, escasamente complacientes con los populares) y rebajar la expectativa ante la declaración del presidente del Ejecutivo. El calendario, vísperas de agosto, les favorece. Y el interés por la causa Gürtel, después de largos años de instrucción y de presencia mediática, ha decaído en forma notable.
"El momento más complicado e incómodo será cuando Rajoy aparezca ante el micrófoono, con los Correa y Bárcenas como telón de fondo", señala esa fuente. "Es un trago muy molesto pero habrá que hacerse a la idea".
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