Aunque la máxima de las candidaturas políticas es que se deben lanzar cuanto más tarde mejor, y por supuesto después que los rivales, en el PSOE ya se han abierto las espitas de algunas de las maratones que quienes aspiren a la Secretaría General deberán correr. Carreras en las que, además, no saben la distancia que deben hacer-la fecha la marca la Gestora que domina Susana Díaz-, ni los obstáculos que la líder del PSOE andaluz vaya cavando en su camino.
El primero en prender la mecha fue Pedro Sánchez, en una entrevista en el programa Salvados de La Sexta con la que muy pocos, incluidos sus seguidores, se quedaron satisfechos. Este patinazo ha abierto la puerta a que la denominada tercera vía (ni con Pedro ni con Susana) tome fuerza e incluso cuerpo. El que fuera secretario general de los socialistas vascos y exlehendakari, Patxi López, ha sido el primero en presentar sus líneas maestras en las que apuesta por unir el partido y definir claros los objetivos y el público al que se debe su formación.
Votantes y militantes consternados
En un artículo titulado Un nuevo proyecto para un nuevo siglo y enviado al diario El País, el que fuera presidente del Congreso en la pasada y efímera Legislatura señala que el PSOE es un partido "imprescindible para millones de ciudadanos y ciudadanas maltratados por las políticas de la derecha y abandonados por quienes prefieren pancartas y megáfonos a soluciones reales".
López reconoce que las siglas centenarias del socialismo español pasan por un momento delicado: "tenemos miles de militantes y millones de votantes consternados por el espectáculo que hemos dado". Para recuperar la esperanza y el espacio político, y en contraposición a la postura de Pedro Sánchez de compartir espacio con Podemos, el político vasco apuesta por cuatro grandes ejes de actuación: definir el público objetivo del PSOE; reformar la Administración Pública; participar en la economía; y definir un modelo de Estado moderno.
Para López, el PSOE debe definir quienes son las personas a las que representa y evitar un genérico y vacío "la ciudadanía". Para el vizcaíno, "un partido democrático defiende a los suyos y, a la vez, defiende la democracia como sistema de negociación entre diferentes con intereses contrapuestos. Por eso tenemos que hacer el esfuerzo de poner nombre a los que queremos defender y definir sus intereses". Según el socialista, "estos son un amplio colectivo que ha quedado fuera del bienestar, los que ven la sociedad actual desde la parte exterior de las murallas de los grupos sociales que mantienen un relativo confort".
Austeridad de izquierdas
Patxi López rompe un axioma de los últimos años, especialmente desde el estallido de la crisis, y es que "la austeridad en el gasto público debiera ser una virtud reclamada desde la izquierda, aunque hemos dejado que la derecha usurpara esa palabra para encubrir los recortes de los servicios, que no es lo mismo". López deja claro que hay servicios "para los socialistas: sanidad y educación", pero recuerda que "casi en ninguna comunidad autónoma superan el 50% de sus presupuestos" y, por lo tanto, "debemos preguntarnos a dónde va el restante 50%".
Además, cree que las instituciones deben participar en la economía como agente regulador y considera que "al abandonar el gobierno de la economía la política ha dimitido de su función fundamental, que es regular las decisiones que afectan al conjunto de la ciudadanía".
Fin de la identidad nacional como elemento de cohesión
Termina la propuesta de Patxi López con un tema espinosa: la tensión nacionalista dentro tanto de España como en otros países europeos. En este sentido, considera que "la nación como concepto de sociedad cohesionada por una identidad común ya no existe". La propuesta que presenta es que "los socialistas debemos defender la construcción de un nuevo modelo europeo con la participación de todos, cediendo soberanía a la Unión y buscando la subsidiariedad en los niveles inferiores".
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