El desbloqueo de más de 4.600 millones para las comunidades autónomas ha sido el último ejemplo de las contradicciones en las que a veces cae Pedro Sánchez. El líder del PSOE ha acostumbrado a utilizar discursos diferentes como candidato y como presidente del Gobierno.
Los cambios se han producido a veces en cuestión de semanas. El caso de las entregas a cuenta para las regiones es uno de los más paradigmáticos. Hace sólo un mes, Sánchez dijo que era imposible liberar ese dinero porque el Gobierno estaba en funciones.
Semanas después, y con el anticipo electoral del 10-N sobre la mesa, Sánchez anunció en un mitin del PSOE que el Ejecutivo entregaría ese dinero antes de la cita con las urnas. Así lo ha aprobado el Consejo de Ministros esta semana después de forzar a la Abogacía del Estado a corregirse a sí misma.
El delito de rebelión
El hito que dio origen a estas contradicciones fue la aplicación del delito de rebelión a los líderes del proceso separatista. Sánchez aseguró en una entrevista en Antena 3 que en Cataluña "clarísimamente" se había producido un delito de rebelión. Pero poco después de la moción de censura, el presidente negó la existencia de ese delito y la Abogacía del Estado lo retiró de su escrito de acusación.
Este cambio provocó una declaración ya mítica de la vicepresidenta Carmen Calvo en una rueda de prensa. "El presidente del Gobierno nunca ha dicho que hubo un delito de rebelión", dijo Calvo. La sorpresa fue tal que un periodista le repreguntó si se "trataba de la misma persona".
Sánchez también ha dado un giro estratégico en sus mensajes al independentismo catalán. Después de la moción de censura, el jefe del Ejecutivo se reunió varias veces con el presidente de la Generalitat, Quim Torra. En ese momento, Sánchez descartaba la aplicación de un nuevo 155 y el PSOE calificaba de "pirómanos" a los dirigentes de Ciudadanos por defenderlo.
"Entre el 155 perpetuo y la unilateralidad que otros proclaman hay un espacio en el que se encuentra la mayoría social de Cataluña y del conjunto del país. Y ahí queremos estar nosotros, ofreciendo diálogo, acuerdo y un compromiso que garantice la convivencia en la sociedad catalana", dijo Sánchez en una entrevista a La Vanguardia.
De pirómanos al 155
En la precampaña del 10-N, no hay mitin, acto o entrevista en el que no mencione el 155 o la Ley de Seguridad Nacional. Y Cataluña se ha convertido en uno de los ejes de campaña. El PSOE no ha estado tradicionalmente cómodo cuando la crisis territorial se sitúa en el centro del debate.
El Sánchez candidato también prometió que su primera medida como presidente sería derogar la reforma laboral. No lo hizo. Y sustituyó esa promesa por la de acabar con las partes "más lesivas" de la ley que heredó de Mariano Rajoy. Podemos ha criticado recurrentemente al jefe del Ejecutivo por no cumplir con esta promesa.
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