Política

El uso político que Pedro Sánchez hace de Begoña Gómez en plena imputación alucina al PSOE: “Es increíble”

Hay sectores del partido que están preocupados por la posibilidad de que el presidente cierre su etapa envuelto en esta crisis y arrastrando a su familia tras sus "muchas virtudes"

Pedro Sánchez y Begoña Gómez, en Benalmádena.
Pedro Sánchez y Begoña Gómez, en Benalmádena. EFE / Jorge Zapata.

Hace más de un mes que Pedro Sánchez decidió usar a su mujer políticamente. El día que escribió su primera carta a los españoles lo hizo patente. Pero ahora, tras la imputación de Begoña Gómez y su próxima citación judicial -el próximo 5 de julio-, el líder socialista da un paso más. La aparición publica de ambos este miércoles en un mitin en Benalmádena (Málaga) fue toda una declaración de intenciones.

Y hay sectores del PSOE que no salen de su asombro ante las escenas que el matrimonio presidencial ofreció a los ciudadanos. “Es increíble”, se explaya una de las fuentes consultadas, conocedora desde hace años de la interna socialista desde la atalaya de altos puestos de responsabilidad. En verdad, el origen del desconcierto es la reacción de Moncloa al cerco judicial a la mujer del presidente.

Las fuentes consultadas comparten el diagnóstico: la presidencia de Sánchez ha sido positiva en numerosos aspectos. “Se mueve bien en la arena internacional, se arremanga en las crisis imprevistas, como hizo durante la pandemia, y la gestión económica es positiva”, explica una de ellas. Por eso, causa extrañeza entre las filas intermedias de los suyos que Sánchez pueda estar escribiendo sus últimas líneas al frente del Gobierno de esta manera.

Hay quien le recomendaría, dentro de su partido, más templanza. Y que se abstraiga de su situación personal y marque una clara una línea con la del Gobierno. No se ve con buenos ojos la identificación tan grande que el líder del PSOE está haciendo de unas siglas centenarias con las de su persona y de todo lo que a él le suceda, porque la imagen del partido es la que sufrirá cuando él no esté al mando. "Él tiene muchas virtudes, pero esto no se entiende bien", explica un diputado del partido.

Cabe reseñar que, como contó este diario, hay quien defiende en el PSOE que, al no desempeñar cargo público alguno, a Begoña Gómez no se le debería abrir expediente sancionador pese a ser militante. Y también hay quien critica que Ferraz no tenga autonomía para, al menos, abrir el debate. Una fuente conocedora de la maquinaria interna del del partido recuerda que el código ético no se le aplicó al ex secretario de organización José Luis Ábalos. El también exministro no está imputado en el caso Koldo, y aún así, el partido decidió expulsarle. Bien es cierto que él, en ese momento, ostentaba la condición de diputado. Es decir, de cargo público.

Y, entre medias, el cierre de una campaña electoral de las elecciones europeas que culmina este domingo. Pese a que para cuando Begoña Gómez se siente ante el juez las urnas ya habrán lanzado su veredicto, el efecto de la noticia de su citación no deja de ser demoledor para la estrategia de los socialistas.

En Ferraz estaban animados por el desarrollo de la campaña, ya que habían logrado recortar distancias con el PP, según la mayoría de los sondeos. Gracias, en parte, a la pinza con Vox por la polémica con el presidente argentino, Javier Milei -quien tildó a Begoña Gómez de "corrupta".

Fuentes socialistas consultadas por este diario explican que la citación de la mujer de Sánchez, no obstante, no es ninguna sorpresa. "Se comentaba [en el partido], porque era una posibilidad", explica una fuente del PSOE con solera. Esta misma fuente, en cualquier caso, rebaja la gravedad de la situación: "Solo significa que va a declarar acompañada de un letrado".

Tampoco ayuda nada al desconcierto que reina en el PSOE el hecho de que trascendiera que, muy probablemente, Pedro Sánchez conociera la condición de imputada de su mujer desde dos días antes de redactar la primera carta que publicó, el pasado 24 de abril. Las incógnitas crecen y no se disipan. Y eso perturba a algunos diputados socialistas que observan, atónitos, la deriva del caso Begoña Gómez.

El presidente del Gobierno ha intentado convertir en virtud su talón de Aquiles y utilizar el caso que afecta a su mujer como un arma política para movilizar a sus votantes. Aunque lo cierto es que amenaza con precipitar una crisis política de efectos impredecibles en Moncloa. La inquietud comienza a apoderarse de los socialistas, que empiezan a ver insuficiente la respuesta del equipo del presidente y de Ferraz al caso. 

Es más, si el resultado de las europeas es un varapalo, nadie descarta una revolución tanto en el Consejo de Ministros como en la dirección del partido. La situación del matrimonio que habita en Moncloa ha puesto al PSOE en alerta y en tensión. El grupo parlamentario vive apesadumbrado, molesto e inquieto ante la posibilidad real de que la legislatura termine saltando por los aires por el devenir de una causa judicial de incierto recorrido. En Ferraz aún sigue sin verse un futuro sin Sánchez, pero es probable que la fe en el líder ya esté flaqueando.

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