Convencido de que su mala relación con los 'barones' del PSOE fue uno de sus mayores problemas en su primera etapa, el restaurado secretario general de los socialistas quiere recuperar una relación natural con los dirigentes territoriales. Por eso, Ferraz ha dado el paso y ha comunicado al partido en Andalucía y la Comunidad Valenciana que Pedro Sánchez estará en sus congresos, el último fin de semana de julio.
Según informan fuentes socialistas, ha sido el secretario de Organización, José Luis Ábalos, el que ha descolgado el teléfono para llamar a sus homólogos en el PSOE de Andalucía, Juan Cornejo, y el PSPV, Alfred Boix, y confirmarles la presencia de Pedro Sánchez. La invitación va de suyo: la Ejecutiva federal está siempre invitada a estos cónclaves.
Pero hasta esta semana no estaba claro cuál sería la agenda de Sánchez ese fin de semana. Sí se había anunciado ya que este sábado estará en la clausura del Congreso del PSOE en Baleares y acompañará así a la presidenta Francina Armengol, quien, después de impulsar la candidatura del exlehendakari Patxi López, volvió al 'pedrismo' antes de la votación del 21 de mayo.
Para el fin de semana después, la agenda es más complicada. Esos días celebran sus congresos las federaciones en Andalucía, la Comunidad Valenciana, Extremadura, Navarra, La Rioja y Cantabria. Y el secretario general ha elegido acudir a Valencia y Sevilla. En concreto, estará con Ximo Puig en la inauguración y con Susana Díaz en la clausura.
Tanto en Ferraz como en esas federaciones se defiende lo "lógico" de esa decisión. Es "normal", sostienen, que participe en el acto más importante de las dos federaciones socialistas más numerosas y que se organice como se ha hecho, es decir, dejando su participación en la clausura para la región con más número de militantes, con mucha diferencia, que gobierna en solitario una comunidad con más de ocho millones de habitantes.
Pero, más allá de eso, la decisión tiene muchas lecturas. Tanto en Madrid como en Valencia y Sevilla se entiende que se enmarca en la recuperación de la "normalidad" de unas relaciones que han pasado por muy malos momentos. Desde el PSOE de Andalucía y desde el valenciano se asegura que están "encantados" de contar con el secretario general en sus cónclaves y explican que su participación se ha cerrado con la "naturalidad" con que se tienen que afrontar estas situaciones.
Algo impensable hace unos meses. Después de un mandato convulso, con la mayoría de los dirigentes territoriales en contra y prácticamente sin contacto con ellos, la larga campaña para las últimas primarias endureció aún más la relación entre Sánchez y los 'barones'. Y seis de los siete presidentes autonómicos formaban parte del mismo sector: en apoyo a la presidenta Susana Díaz.
Ahora, el líder del PSOE quiere recuperar los puentes para lo que debe ser una relación normal entre un secretario general y los dirigentes territoriales. Con el primero que lo hizo fue con el extremeño Guillermo Fernández Díaz, a quien designó presidente del Consejo de Política Federal.
Y ahora ha dado el paso en Valencia y Sevilla. Con Ximo Puig lo hará, eso sí, después de echarle un pulso en las primarias por el liderazgo de esa federación. Aunque nunca hubo una declaración pública que le vinculase al alcalde de Burjassot, Rafael García, nadie oculta que ese candidato contaba con el aval de Ferraz, que perdió esta batalla.
Puig cargó contra quienes pretendían descabalgarle porque, decía, ponían en riesgo su Gobierno, pero, después de una campaña intensa, logró ganar al regidor valenciano y, de esta manera, superó el desafío. Ahora, volverá a encontrarse con Sánchez en su congreso.
En Andalucía, sin embargo, no hubo candidato del 'pedrismo', aunque sí intentos para convencer al que fuera contrincante de Sánchez en 2014, el profesor de Filosofía José Antonio Pérez Tapias. En este caso, será su primer encuentro después del 39 Congreso, en el que una cita de pocos minutos permitió visualizar lo profundo de la fractura entre ambos. Susana Diaz salió muy afectada del despacho de Sánchez y se marchó sin votar la ponencia del congreso.
La imagen del domingo 30 será muy diferente. Después de perder las primarias, la presidenta de la Junta de Andalucía aseguró que daba la guerra por terminada. A partir de ahora, prometió, sólo se la encontrará en su gestión y su federación, aunque persisten todavía roces entre 'pedristas' y 'susanistas' que aflorarán de nuevo con toda seguridad en los congresos provinciales que arrancarán después del autonómico.
Ese fin de semana estarán todos en Sevilla, porque Sánchez estará acompañado de los andaluces que han hecho este camino con él: el alcalde de Dos Hermanas (Sevilla), Quico Toscano, su secretario de Relaciones Institucionales, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, o su secretaria de Igualdad, la exministra Carmen Calvo, estará allí.
Desde Ferraz se asegura que se seguirá tejiendo con las federaciones. El poder de su rotunda victoria en las primarias le otorga una seguridad que no tuvo en su primera etapa y no dudará en ejercer ese liderazgo pero, dicen, ha "aprendido de los errores" de entonces.
Eso no garantizará que no haya choques. La prueba, el conflicto con el PSOE de Castilla-La Mancha a cuenta de la consulta a las bases del acuerdo de Gobierno con Podemos, que Ferraz apoya y para el que incluso Pedro Sánchez habló con Pablo Iglesias. Finalmente, se llegó a un acuerdo, pero la situación dejó ver que queda mucho para que se pueda hablar de confianza entre unos y otros.
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