El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha lanzado este miércoles en el Congreso un aviso a quienes acusan a su mujer, Begoña Gómez: "Ya les digo que van listos. Soy muy consciente de por qué me atacan a mí y a mi familia, que no es por tener el apellido que tengo", ha espetado. "A la coalición reaccionaria de derecha y ultraderecha, huérfana de ideas y argumentos, solo le queda una estrategia para llegar al poder: la máquina del fango", ha rematado. El líder socialista arranca la campaña de las elecciones europeas un día antes de su inicio oficial para señalar al PP y Vox y mostrarles como lo mismo. El plan es movilizar a la izquierda ante esos comicios, dada la hiperventilación del electorado de derecha.
Sánchez ha defendido a su "honesta" esposa y ha retado a Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal: "Si nos llaman [al Senado], encantados de comparecer". El presidente del Gobierno ha revivido su discurso victimista del pasado mes de abril, tras su falso amago dimisionario, y ha vuelto a señalar al PP y a Vox como responsables de una "máquina de fango" que busca inhabilitarle con la ayuda de "nuevos instrumentos digitales, más poderosos".
El presidente ha avivado su cruzada con los medios de comunicación críticos, a los que ha conectado con una Justicia a la que también quiere retocar vía CGPJ: "Su mecanismo es sencillo. Consiste en financiar a pseudomedios de comunicación digitales para que publiquen bulos, de los que luego se hacen eco los señores Feijóo y Abascal. Por último, esos bulos se convierten en acusaciones falsas a través de organizaciones ultraderechistas como Manos Limpias", ha explicado Sánchez.
Sánchez ha citado al juez de la Audiencia Nacional que investiga el 'caso Koldo' y que ha rechazado citar como testigos al ex CEO de Globalia Javier Hidalgo y a la propia Gómez pese a los encuentros confirmados entre ambos antes del rescate del Gobierno a la matriz de la aerolínea. También ha citado las dos resoluciones de la Oficina de Conflicto de Intereses, dependiente del Ministerio para la Transformación Digital y la Función Pública, en las que rechaza conflicto de intereses del presidente en el Consejo de Ministros que rescató con alrededor de 700 millones de euros a Globalia.
Y para rematar y justificar que "no hay caso", si no "bulos", Pedro Sánchez ha dicho que espera que las diligencias abiertas por el juzgado de instrucción número 41 de Madrid para determinar si Begoña Gómez incurrió o no en delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios, terminen en archivo. "Estoy seguro de que pronto la Justicia archivará estas denuncias falsas".
Sánchez, inmerso en una estrategia polarizadora con el claro objetivo de obtener rédito electoral, se ha lanzado de lleno en la campaña del 9-J: "Tratan de ocultar el verdadero proyecto político de Feijóo y Abascal. Un proyecto político para una minoría de privilegiados, no para la mayoría. Porque, congelar las pensiones y el Salario Mínimo, banalizar la violencia de género o negar los efectos del cambio climático… es un proyecto antisocial que solo unos pocos votarían si tuvieran que explicarlo abiertamente".
Acto seguido ha sacado pecho de todo lo que hace su Ejecutivo: "Se intentan ocultar todos los éxitos del Gobierno que son todo un éxito de país. Tratan de crear una atmósfera artificial frente a la realidad de un país que crece más que la media europea, bate récord de empleo con 21 millones de personas trabajando y cotizando por primera vez en la historia. Una España en la que crecen el empleo y la productividad al mismo tiempo y donde se consolidan las cuentas públicas mientras se refuerza el Estado del Bienestar".
El ring de las elecciones europeas será ideológico. Nada de gestión. Sánchez salió escaldado tras el 28 de mayo de hace un año. En las elecciones municipales y autonómicas, el equipo de persuasión de Moncloa y Ferraz salió a vender logros y se llevó un baño azul popular sin apenas precedentes. Por eso, fuentes del PSOE explican que la próxima contienda en las urnas será en clave ideológica. Es decir, que el presidente del Gobierno repetirá el esquema argumental del 23-J. Que si ultraderecha, que si bulos, que si fango, que si avances, que si derechos sociales...etc. Y lo ha demostrado este miércoles.
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