Que el Gobierno de España adolece de una una gran debilidad parlamentaria no era ningún secreto a voces. Pero cuando las votaciones se suceden y las derrotas se suman, se hace aún más patente. Pedro Sánchez sufre su segundo desastre legislativo en el Congreso en 48 horas. Moncloa vio caer este martes su ley contra el proxenetismo y este jueves ha retirado su ley del suelo por falta de apoyos en la Cámara. Los socios del Ejecutivo lanzan un aviso: "Hay que cuidar esta mayoría tan diversa y plural", explican desde EH Bildu.
Con el proxenetismo, el PSOE se quedó tan solo que hasta su socio de coalición, Sumar, así como el resto de aliados de investidura y el PP votaron en contra. De manera que la propuesta no se tramitará. Ningún grupo parlamentario mostró su adhesión al texto durante el debate en el pleno, más bien lo contrario: las críticas fueron sido unánimes. El grueso de la crítica era un reproche a utilizar el Código Penal para abordar la prostitución sin incluir planes de acompañamiento, soluciones habitacionales, o la derogación de la ley de extranjería.
Ahora, con la ley del suelo, Moncloa sufre su segundo varapalo. Aunque en esta ocasión han preferido que el texto no se someta a votación para que el rojo del marcador no grite tan alto que el PSOE está solo. De nuevo, Pedro Sánchez ha sido incapaz de concitar el apoyo de ninguno de sus socios, ni siquiera Sumar, y tampoco del PP, que este miércoles dejó en el aire su posición para ver cómo respiraba el Gobierno. Y precisamente ese juego asistido del PP es el que ha criticado Moncloa.
Fuentes del Ejecutivo atribuyen esta decisión a "la irresponsabilidad y demagogia del PP". "Nuevamente, vemos a un Partido Popular con falta de sentido de Estado. Han primado sus intereses electoralistas a una demanda de Ayuntamientos y comunidades, para favorecer el desarrollo de vivienda pública"; explican estas fuentes. La norma era una demanda de los ayuntamientos que plasmaron en un carta firmada por la Federación Española de Municipios y Provincias, por las CCAA, en la Declaración Xacobeo 21-22, y por todo el sector, explican las fuentes consultadas en Moncloa. Sumar criticó al PSOE por no haberlo debatido de manera suficiente en el Consejo de Ministros.
Que Sumar sea el ariete contra los planes legislativos del PSOE abre una grieta seria en la coalición. Pese a que tanto el lado socialista del Ejecutivo como el sector que encabeza Yolanda Díaz se empeñan en decir que la cohabitación en Moncloa goza de buena salud, lo cierto es que a la vicepresidenta segunda no le está quedando más remedio que enseñar los dientes a Ferraz, como en su día se hartó de hacer el exvicepresidente segundo Pablo Iglesias.
Pedro Sánchez tiene el motor de Sumar apagado desde que arrancó la legislatura. La semana pasada ambos partidos celebraron su primera reunión de la comisión de seguimiento. Y Moncloa la da por buena tras el comunicado conjunto que plasmó la coordinación para meter mano a la regulación de los medios de comunicación y al Poder Judicial. Aunque esa cita, según fuentes de Sumar, fue un paripé. Al PSOE le interesaba la foto para cuidarse de dar la sensación de que solo mira hacia los independentistas. Y quizá, porque ya intuía que vendrían dos derrotas con dos leyes importantes.
No es la primera vez que el Gobierno suda tinta para sacar adelante leyes y decretos. En enero, logró 'in extremis' alumbrar dos y vio caer un tercero del Ministerio de Trabajo que vuelve a estar en la casilla de salida. Aquella negociación, que se saldó con un chantaje de Junts, levantó la primera gran suspicacia entre el PSOE y Sumar. Y es que el 'súperministro' de Pedro Sánchez, Félix Bolaños, negoció con morados salvar los dos decretos del lado socialista (el ómnibus de su departamento y el paquete con las medidas anticrisis por la guerra de Ucrania y el conflicto en Oriente Medio), pero se 'desentendió' (o así lo creen en Sumar) del decreto de Trabajo sobre los subsidios por desempleo, que fue el único que cayó por la venganza morada.
El presidente sabe que lo es por obra y gracia del independentismo que anhela dividir España. Y su gabinete de coalición con Sumar está sometido al chantaje permanente de ERC, Bildu y Junts. Muestra de ello es que Pedro Sánchez no ha llegado hasta aquí sin pasar por caja. El secretario general del Partido Socialista Obrero Español decidió amnistiar a 309 independentistas y 73 policías que incurrieron en delitos relacionados con el procés, como la consulta del 9-N y el referéndum ilegal del 1-O, para revalidar la Moncloa. Él mismo reconoce de manera implícita que no lo hace con gusto, pero debe "hacer de la necesidad virtud", el eslogan con el que justifica la primera amnistía del periodo constitucional vigente. Pero cada sesión del Congreso es un suplicio para un presidente que ya amaga con irse, aunque sea mentira.
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