Pedro Sánchez no entrará en el juego de Pablo Iglesias de promover otra moción de censura a corto plazo, aunque el líder de Podemos lo intente. Considera que, si algo quedó claro con el fracaso de la debatida esta semana, es que "la alternativa" a Mariano Rajoy debe pivotar sobre el PSOE y él no debe desgastarse en más "fuegos de artificio", confirman fuentes socialistas a Vozpópuli para desmentir una negociación a solas con los morados. Sin el apoyo de Ciudadanos "los números no dan".
Ayer, en un artículo que publicó en El Mundo, Sánchez explicaba que, a partir de 39 Congreso del partido, este fin de semana, sondeará "cuanto antes" a morados y naranjas una moción con él de candidato; iniciativa que parece destinada exclusivamente a ubicarse de nuevo en el centro del tablero político porque, a continuación, la juzga casi imposible tras el enfrentamiento descarnado entre Iglesias y Albert Rivera del pasado miércoles.
Ese enfrentamiento "pasará a la Historia -dice- como un ejercicio de expectativas frustradas para los millones de ciudadanos que demandan un cambio en nuestro país. Seguro que sintieron una gran decepción viendo a la nueva política peleándose a garrotazos, mientras Rajoy sacaba réditos del espectáculo". A modo de corolario, concluye el líder del PSOE con una advertencia: "(...) si continúan los vetos buscaré decididamente ese apoyo mayoritario al cambio en las urnas".
Para que se dé ese escenario, Rajoy tiene que convocar elecciones, y Pedro Sánchez está convencido de que no lo hará a corto plazo. Vamos a una legislatura "larga", dice a los suyos, porque el presidente del Gobierno la alargará todo lo que pueda con dos objetivos: alejar las urnas lo más posible del actual calendario judicial del PP con la corrupción y arreglar su sucesión.
El PSOE no se creen la tesis de Podemos de que Rajoy ha salido más débil de la censura porque el PNV y el diputado de Nueva Canarias, que apoyan sus presupuestos, se hayan abstenido
Y además le puede salir bien a Rajoy después de ver aprobados los Presupuestos Generales del Estado para 2017 con PP, Ciudadanos, PNV, Coalición Canaria y Nueva Canarias, a los que empieza a tantear para que apoyen el objetivo de déficit 2018. Una maniobra, ésta última, en la que va a envolver al PSOE con la excusa de que la gestora ya apoyo el objetivo de 2017 y ahora sus barones en Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Aragón, Asturias o Comunidad Valenciana siguen demandándolo para sanear sus economías.
Es por eso que la nueva dirección del PSOE considera engañoso el cálculo que hace Pablo Iglesias, de que Rajoy ha salido de la moción más débil porque los "síes" (84) y abstenciones (97) a la moción superaron a los "noes" (170, de PP, Ciudadanos y Ana Oramas). Eso no implica que los cinco diputados del PNV y el de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, vayan a desligarse de la mayoría presupuestaria que le han dado al PP para las cuentas de este año.
Todo lo cual lleva al líder socialista a plantearse su vuelta a la primera línea política sin prisa y sin preocupación por carecer de escaño en el Congreso ya que, si su rival no es Rajoy, ambos partirán en similares condiciones de conocimiento ciudadano.
A partir del lunes, ya sentado oficialmente en su despacho de Ferraz, donde lleva oficiosamente desde la victoria en las primarias el 21 de mayo, el secretario general planificará un "diálogo" -que no negociación formal- con todas las fuerzas progresistas a las que quiere atraer hacia su causa, incluido Podemos. Sindicatos, ONG's, organizaciones ecologistas, etcétera, a los que Sánchez ha hecho un guiño invitándoles a inaugurar hoy el 39 Congreso socialista.
Y ahí van a empezar de nuevo los roces porque los morados ya advierten que la relación entre el segundo y el tercer partido debe ser "de igual a igual", algo que muchos en el PSOE no aceptan por más que el clima haya cambiado respecto al rechazo visceral que había entre ellos y los dirigentes de la gestora socialista en estos nueve meses.
No en vano, ayer, tras hacer público Podemos que Iglesias había enviado a Sánchez un mensaje vía Telegram y habían "acordado hablar después del congreso del PSOE", la reacción socialista fue fría y distante. "Confirmamos que Pedro Sánchez recibió ayer (por el miércoles) un mensaje de Pablo Iglesias, al que respondió con cortesía"... Sin confirmación de cita alguna.
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