Pedro Sánchez ha conseguido enervar al feminismo clásico de su partido. El presidente del Gobierno defendió en una entrevista en La Sexta el pasado lunes 'Zorra', la canción que representará a España en Eurovisión; algo que no ha sentado nada bien en algunos referentes socialistas en pro de la igualdad como la exvicepresidenta primera, Carmen Calvo, quien cree que la melodía demuestra escasa inteligencia en conversación con este diario. Pero Calvo no es la única que se ha revuelto con el tema de marras.
La exdiputada socialista Ángeles Álvarez calificó la propuesta española para el festival como "la exaltación del sexismo, la misoginia y la banalización de la violencia". Y remató: "No es cultura, es el ensalzamiento del machismo más zafio". Ferraz explica que el partido no es lugar de "unanimidades", pero lo cierto es que hay socialistas que, en conversación con Vozpópuli, reconocen que ha sido un error no forzado del presidente meterse de lleno en este asunto.
La exnúmero dos de Alfredo Pérez Rubalcaba en el PSOE, Elena Valenciano, también ha salido el paso en X: "A mi no me gusta que me llamen 'zorra' ni que se lo llamen a mi hija. Ni siquiera en broma. Para vindicar nuestra libertad no necesitamos acudir a la violencia verbal". En la misma línea se pronunció la expresidenta de Andalucía Suasa Díaz, en Espejo Público: "Que me llamen puta no me parece que me empodere".
El presidente Sánchez diji que le gusaba la canción cuando le preguntaron por ella. "A ver, sí [me gusta]. A mí me parece que el feminismo no solamente es justo si no que es divertido y por tanto, pues este tipo de provocaciones, además, tienen que venir necesariamente de la cultura". Tras ello, Sánchez apostilló: "Volviendo a la fachosfera, yo entiendo que le hubiera gustado tener 'El cara al sol' pero a mí me gustan más este tipo de canciones".
El presidente Sánchez volvió a la carga y definió así a canción que ha escandalizado a buena parte del feminismo socialista: "Electrónica, ochentera y sobre todo, provocadora. Yo creo que el feminismo es justo pero también puede ser divertido". No es la primera vez que las feministas del PSOE arremeten su partido. En las elecciones municipales del 28 de mayo ya alertaron de que “el feminismo no vota traidores”, criticando que el los suyos participaran en la aprobación de las leyes de la exministra de Igualdad Irene Montero.
El movimiento feminista llegó al 8-M de hace un año partido en dos y se olvidó de abarrotar las calles de España en una jornada menos multitudinaria de lo que fue otras veces. Hace un año, a diferencia de lo que ocurrió en 2018, la ola feminista ensangrentó a la izquierda tras una guerra a navajazo a limpio entre los socios de Gobierno. Los datos de la Delegación del Gobierno en Madrid hablaron por sí solos: la marcha de la Comisión 8-M congregó a 17.000 personas frente a las 50.000 de 2022. Mientras que la del Movimiento Feminista de Madrid, contra ‘ley Trans’, citó a 10.000 personas frente a las 6.000 de hace un año.
En aquellas marchas hubo abucheos y silbidos a los socialistas y a Pedro Sánchez en la marcha principal. Y también hubo un clamor pidiendo la dimisión de Irene Montero en la macha convocada por el Movimiento Feminista de Madrid, afín al PSOE. El grito que lanzaron cientos de miles de mujeres hace cinco años en una manifestación cuya magnitud entonces pocos previeron se ha convertido hoy en un altavoz en el que el PSOE y su izquierda airean sus diferencias. Ahora, con Igualdad en manos de los socialistas tras la salida de Irene Montero, Sánchez sigue encendiendo a los feministas. La titular del ramo, Ana Redondo, no ha criticando la canción, aunque la ha alabado.
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