"¿Pedro, me puedo hacer una foto contigo?" Ésta ha sido una de las frases que más se han escuchado en la mañana bochornosa de este jueves en torno a la comitiva del secretario general del PSOE en su visita a la Feria del Libro de Madrid. Sánchez se ha llevado libros, más de una decena, y ha posado en todos los 'selfies' que le han pedido.
-No cabemos todas.
-Sí, cabemos, soy un experto.
Pedro Sánchez coge el móvil, alarga el brazo, sonríe, pulsa la pantalla y, efectivamente, caben todas. Una foto más de las que este jueves se ha hecho con chavales, pero también con visitantes de todas las edades, libreros e incluso con algún bebé que dormía en el carro ajeno al robado propiciado por su abuela.
Si el secretario general del PSOE pateó mucha calle nada más llegar a Ferraz, en su primer mandato, las campañas electorales de estos años y su resurgimiento en los últimos meses han hecho que sus paseos generen mucha expectación. Detrás de ellos hay un fenómeno 'fan' que en algunos casos tiene algo de figura del pop. Más aún si de por medio hay adolescentes, y parece que era día de excursiones en colegios e institutos.
Este jueves ha podido dar pocos pasos por el Paseo de Coches sin detenerse para repartir besos y fotos. Entre medias, sí se ha parado en muchas casetas, donde ha hecho acopio de libros para los próximos meses. Según ha explicado antes a los periodistas, ahora mismo tiene en la mesilla Castello contra Calvino, de Stefan Zweig.
De la 76 Feria del Libro se ha llevado más de una docena, entre los que ha habido fondo de armario para un socialista--Cien años de socialismo, de Donald Sassoon y la biografía de Pablo Iglesias de Joan Serrallonga-- pero también un clásico, La zapatera prodigiosa, de Lorca, y novela negra, de la que asegura que es un asiduo: El lejano país de los estanques, de Lorenzo Silva. Después, en su cuenta de Twitter ha destacado esta compra, el primero de la serie de Bevilacqua y Chamorro.
También ha comprado El maestro Juan Martínez que estaba allí, de Manuel Chaves Nogales, Doble esplendor, la autobiografía de la aristócrata republicana Constancia de la Mora y La velada en Benicarló, de Manuel Azaña. Para sus hijas, un ejemplar de la serie El club de las zapatillas rojas y la antología de relatos Por una rosa. Este año los ha elegido solo, ya que a diferencia del anterior, ha ido sin su mujer, Begoña.
Parece que, en sus compras, no ha tenido en cuenta ni las listas de los libros más vendidos ni los más comentados en los suplementos culturales, los círculos comerciales o los más minoritarios. En materia de lectura, Sánchez también va contra el 'aparato'.
Y, aunque en sus declaraciones a los periodistas ha hecho un guiño al país protagonista de esta edición de la Feria, Portugal, al asegurar que parece que está "de moda", no se ha llevado ninguna obra de autores del país vecino.
Eso sí, todos los ha comprado. Aunque algún librero hacía ademán de regalárselo, Sánchez ha sacado su cartera en las casetas, mientras algunas malas lenguas decían que hay otros visitantes políticos que no los pagan. Lo que sí le han regalado, como a cualquiera que haga la correspondiente fila, es un esqueje para que plante un árbol. Un olmo. Ya sólo le queda escribir una novela.
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